El Santo Oficio
Ángel Miguel Blanco
massiosare@msn.com
] Twitter e Instagram: MrPapazito
Jennifer Lawrence, la más ofendida de las celebridades exhibidas en imágenes comprometdoras (léase desnudas), supuestamente por ser la joya más preciada de la corona que todo mundo deseaba ver como Dios la trajo al mundo, consiguió que el FBI cobijara la investigación de las ‘famosas en hack‘ como si se tratase de un asunto de seguridad nacional.
¿Y sólo porque un morboso quiso ver la desnudez de la ganadora del Óscar como «Mejor Actriz» en 2013?
Si bien es cierto que «peca tanto el que mata la vaca, como el que le sujeta la pata», como dice el populoso refrán, comparto el teorema de las articulistas de El País, Mónica Luengo Montero y Paula Arantzazu Ruiz, quienes en su artículo «Lo que perdemos cuando se roban fotos de una famosa desnuda» aseguran que el trasfondo de esta caso es «cuestión de principios».
¡Y tienen mucha razón!
Las periodistas argumentan que «cuando se filtra la imagen de una famosa desnuda, la instantánea recorre Internet como la pólvora. Miles de personas la comparten, cientos de páginas la cuelgan. Hay quien, tras conocer de su existencia, la busca, (pero) no se puede eliminar. No hay margen para la reacción. En el momento en el que existe ya es demasiado tarde. A veces se encuentra al culpable pero, ¿qué más da? El mal ya estará hecho. Millones de personas han violado la intimidad de la protagonista de la foto».
Mejor aún, lejos del nivel técnico de la óptica, «en planos más abstractos, cada foto nueva ayuda a asentar un nuevo ritual cibernético. El público escucha del infame robo, lo asimila como parte de un género de noticias parecidas que han ido saliendo en los últimos años, y reacciona según le parece. Unos se suman al circo público de escandalizarse y otros, a la carrera privada por encontrar las imágenes», añaden las analistas del tema.
Pero, ¡alto!, he aquí lo importante: «Ninguna de estas opciones es grave», subrayan Luego y Arantzazu.
¡Y de nuevo tienen razón!
Según su perspectiva, «sentir culpa, u obligar a los demás a sentirse culpables, nunca ha solucionado nada. No es cuestión de prohibir el visionado de las fotos, ni de imponer o censurar alguna conducta en el público no responsable del robo. Es cuestión de entender al menos el mundo que va naciendo con cada clic y cada filtración. (…) Estas fotos, al y fin y al cabo, se venden y las leyes del mercado imponen que hay que ir a más para cobrar más.»
CUESTIÓN DE PRINCIPIOS
Hay que darle crédito al hecho de que la violación de la privacidad «no es un problema solo de famosos», como bien aciertan a aclarar las periodistas de El País, sino de principios, pero no principios legaloides, sino principios morales, esos que se aprenden en el seno familiar.
El primer caso en el que FBI se ocupó de un asunto particular y lo convirtió en asunto de estado fue el hurto de imágenes comprometedoras de Scarlett Johansson, en octubre de 2012, tras la captura de Christopher Chaney en el operativo Hackerazzi, condenado a 10 años de prisión, el 18 de diciembre de 2012, tras el penoso testimonio de la agraviada, quien entre lágrimas dijo sentirse «humillada y averngonzada», lo que bastó para que una corte de California imputara a Chaney «26 cargos: 9 de ellos por infiltrarse ilegalmente en ordenadores ajenos, otros 8 por suplantación de la identidad, y, finalmente, 9 por escuchas telefónicas ilícitas», o sea, «invasión de la privacidad».
Sin embargo, la disyuntiva más importante no es si solo por el hecho de ser actores y hacer películas, los famosos tienen más derecho a tener privacidad que las personas comunes, sino si solo por ser famosos gozan de impunidad y poder para incurrir en libertinaje y luego demandar justicia cuando su privacidad se filtra al terreno público.
Es aquí donde entran en juego los principios: «La privacidad no es exclusiva de famosos, sino de todos los seres humanos», aunque cada quien hace de su privacidad lo que le da en gana.
Mejor aún, no hay que olvidar que la Ley de Privacidad 74 vigente en Estados Unidos y avalada por la ONU deja muy en claro que para que el delito cometido contra Jennifer Lawrence proceda, la actriz y su representante deberán demostrar ser dueños de esas imágenes, las cuales, al no ser «selfies», o sea, imágenes tomadas por la propia actriz, el derecho de autor pasa a terceras personas, o sea, al fotógrafo de esas imágenes. Ese sería el primer obstáculo conque toparían los abogados de la ganadora del Óscar 2013 a «Mejor Actriz» de reparto.
Bien dice otro refrán: «Si no quieres ver fantasmas, no salgas de noche», lo que traducido y aplicado al caso significaría que si los famosos no quieren ser criticados, exhibidos o blancos de persecución paparazzi lo ideal sería retirarse de la fama y vivir una vida «terrenal» como cualquier otro humano o, en contraparte, tratar de llevar una vida menos alocada, sexualmente hablando, porque los curiosos siempre existirán y los chismes y escándalos siempre tendrán audiencias.
LIBERTAD DE EXPRESIÓN, LIBERTINAJE Y LIBRE ALBEDRÍO
Con los argumentos descritos, quedaría claro, sin trasfondos legaloides y sí por sentido común, que los famosos deberían tener más cuidado con sus acciones y actos, y debieran estar conscientes, también, que en la medida que la ciencia y la tecnología avanzan su privacidad queda mas vulnerable cada día.
Si alguien, en el uso pleno de sus sentidos, asume la responsabilidad de ‘resguardar’ su vida privada en teléfonos móbiles o la «nube» (servicio de almacenaje que ofrecen algunos proveedores de Internet), deberá estar consciente que cifrar su vida en manos ajenas es poner en ‘charola de plata’ la llave de su privacidad, y en lo sucesivo, nadie, ni Dios, podrá impedir que algún imprevisto humano o tecnológico divulgue el contenido de su privacidad ante el mundo.
Si bien es cierto que las leyes de muchos países sancionan la invasión de la privacidad, no hay ley que impida que los famosos sean blanco de chismes y escándalos que les dan más popularidad que vergüenza… hasta que el efecto pasa de moda.
Scarlett Johannson, Jennifer Lawrence, Paris Hilton, Pamela Anderson, Rihanna, Kate Hupton, Kim Kardashian, fueron mucho más famosas luego de haber sido exhibidas en vídeos e imágenes comprometedoras, y no hay adulto que no haya visto esas imágenes, aunque luego haya alegado decencia.
Muchas otras famosas se han ofrecido voluntariamente a ser famosas vendiendo su cuerpo a revistas famosas para caballeros, ¿es eso, acaso, lo que molesta a las que no han salido en Playboy, Maxim o GQ, que se las han hecho famosas sin ganar un céntimo de dólar por su desnudez?
Por eso volvemos al punto de punto de partida: desde el ángulo que se mire, todo apunta a una «cuestión de principios».
¿QUÉ PAPEL JUEGAN LOS MEDIOS EN LA AMENAZA DE DEMANDA COLECTIVA?
Apenas divulgadas las imágenes de Jennifer Lawrence, el representante de esta, conmovió al FBI para que en conjunto iniciaran una cacería contra el invasor de la privacidad de la estrella de «Los Juegos del Hambre» y la nueva Mystique de «X-Men: The Last Stand». Y no solo eso, contrario a lo ocurrido con Christopher Chaney, esta vez el representante de la «Mejor Actriz 2013» ha amenazado con demandar a cualquier sitio que divulgue el material sexualmente explícito de su representada.
¡Oh, Dios! Y el FBI… a sus servicios.
Si bien la invasión de la privacidad de las famosas no fue autoría de ningún medio de comunicación, es casi un hecho que tanto el representante de Jennifer Lawrence como el FBI serán ridiculizados si insisten en demandar a los sitios y medios que divulguen las imágenes públicas de las ‘agraviadas’, por el hecho de que la libertad de expresión es un derecho universal, y el delito universal de la violación de la privacidad, según la Ley de Privacidad de 1974, avalada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), indica que dicho delito es imputable a personas que arbitrariamente obtienen información de otra persona mediante mecanismos no autorizados por las autoridades correspondientes, y en ningún apartado de dicha ley prohíbe o advierte a los medios de comunicación sobre sanciones colectivas al respecto.
Recientemente, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, informó que «la Convención Internacional sobre Derechos Políticos y Sociales requiere de los Estados que protejan a las personas de interferencias arbitrarias e ilegales de su privacidad. En otras palabras, cualquier acto que tenga un impacto en la privacidad de una persona debe ser legal», lo que «significa que cualquier búsqueda, vigilancia o recolección de datos acerca de una persona debe ser autorizada por la ley», sin embargo, no se halla advertencia alguna contra quienes divulgan de modo informativo –aunque sean estos escandalosos– las secuelas de estas acciones, como ocurrió con los informes de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA), divulgados por Edward Snowden, a quien Estados Unidos persigue, no así a los medios que divulgaron sus filtraciones.
En el caso de las ‘famosas en hack‘, pese a lo que el representante de Jennifer Lawrence, el FBI y Apple digan, lo único que aplica es el libre albedrío de los propietarios de sitios, redes sociales y medios de comunicación que viven de la información, sin importar el género o estilo que la genere.
Aún con el último alegato de apelación al Acta de Derechos de Autor Digitales del Milenio o (DMCA – Digital Millennium Copyright Act) –que permite a cualquier persona denunciar cualquier tipo de material que consideren como propiedad intelectual– será difícil que el representante de Jennifer Lawrence o el mismo FBI consiga validar el alegato de violación a la privacidad de la actriz, pues el hecho de que ella no pueda demostrar la propiedad intelectual de sus desnudos será el principal obstáculo para que los sitios que difundieron las imágenes explícitas de su desnudez puedan defenderse, a menos que el autor de las fotografías presente cargos y reclame su autoría.
Las únicas imágenes que Jennifer Lawfrence o cualquier otra actriz afectada por el hackeo masivo del domingo 31 de agosto serán aquellas que hayan sido tomadas por ellas mismas, como las «selfies» frente al espejo… y nada más.
En contraparte, si bien es cierto que los vídeos comprometedores de Jennifer Lawrence, Kate Upton y Jessica Brown Findlay son propios de sitios exclusivamente pornos, no dejan de ser escándalos de prensa por las celebridades que los protagonizan.
Quizá lo que más preocupa a Jennifer Lawrence de los supuestos 2 minutos de vídeo (del cual el hacker solo divulgó 00:04 segundos para comprobar que posee dicho material) donde practica una felación, sea el hecho irrefutable de lo desagradable o, mejor dicho, denigrante que luce una estrella juvenil de Hollywood en ascenso.
El rostro impregnado de semen es característico de estrellas pornos en decadencia, no de celebridades del séptimo arte en el clímax del éxito.
Al respecto, en torno al libre albedrío de cada persona, si las imágenes o escenas fílmicas ofenden las conciencias sensibles, será el espectador quien debe apelar a su conciencia y hacer click en la ventana «close» del video o sitio para respetar el llamado de su conciencia. Los que no, deben asumir su propia determinación en torno a las diferencias entre libertad de expresión y libertinaje y seguir sus instintos.
Pero «¡que no panda el cúnico!», al menos ahora sabemos la clase de vida que llevan hasta celebridades imponentemente respetables, como Jennifer Lawrence y Jessica Brown Findlay, al parecer las únicas que han quedado en «shock» con la divulgación de sus vidas privadas que son distintas a la que todo mundo consideraba ejemplares.
Por lo que de ahora en adelante, deberán hacerle caso al progreso de la tecnología antes de respaldar en teléfonos y iCloud o la «Nube» cualquier travesura sexual o imagen «prohibida» de su persona.
Como siempre, sin daños a terceros… sin soslayar, desde luego, que el «derecho a la privacidad «significa «disfrutar de una vida privada libre, sin interrupciones o intrusiones indeseadas; derecho a comunicarse libremente con cualquier persona sin el temor a ser vigilado y controlar el acceso de su información personal».
Ley de Privacidad 1974 (Estados Unidos – Anexo V) by Efecto Espejo
Listado completo de celebridades exhibidas
AJ Michalka (actriz y cantante)
Alyson ‘Aly’ Michalka (actriz estadounidense, hermana de AJ)
Allegra Carpenter (actriz)
Abigail Spencer (actriz estadounidense)
Alana Blanchard (surfista y modelo de bikinis)
Alexa Jane (modelo), Angelina McCoy (actriz)
Anna O’Neill (modelo y empresaria)
Ashley Blankenship (actriz)
Aubrey Plaza (actriz)
Abigail ‘Abby’ Elliott (actriz)
AnnaLynne McCord (actriz y modelo)
Avril Lavigne (cantante)
Amber Heard (actriz y modelo. Prometida de Johnny Depp)
Rebecca ‘Becca’ Tobin (actriz y cantante)
Brie Larson (actriz, guionista, directora y cantante)
Brittany Booker (ex Miss USA)
Candace Smith (abogada, actriz, modelo y reina de la belleza)
Candice Swanepoel (modelo, ángel de Victoria’s)
Cara Delevingne (modelo)
Carley Pope (actriz)
Carmella Carcia
Carrie Michalka
Cat Deeley (presentadora de TV, actriz, cantante y modelo)
Carly Foulkes (modelo y actriz)
Chloe Dykstra (modelo y actriz)
Clare Bowen (actriz y cantante)
Dove Cameron (actriz y cantante)
Elena Satine (actriz y cantante)
Elle Evans (modelo y actriz)
Ellenore Scott
Emily Browning (actriz y cantante)
Emily DiDonato (modelo)
Emily Ratajkowski (actriz y modelo)
Erin Cummings (actriz)
Erin Heatherton (modelo y actriz)
Farrah Abraham (estrella televisiva y actriz porno)
Gabrielle Union (actriz y modelo)
Gabi Grecko
Hayden Panettiere (actriz, modelo y cantante)
Hope Solo (deportista olímpica)
Heather Marks (modelo)
Hilary Duff (actriz y cantante)
Jacqueline Dunford
Janelle Ginestra
Jennifer Lawrence (actriz)
Jessiqa Pace
Jessica Dunford
Jessica Riccardi (modelo)
Jesse Golden
JoJo (cantante y actriz)
Joanna Krupa (modelo y actriz)
Jennifer ‘Jenny’ McCarthy (modelo y actriz)
Josie Loren (actriz)
Joy Corrigan
Kaley Cuoco (actriz)
Kaime O’Teter
Kate Upton (modelo)
Kate Bosworth (actriz)
Kelly Brook (modelo y presentadora)
Lauren ‘Keke’ Palmer (actriz y cantante)
Kim [Kardashian] West (celebrity televisiva)
Kirsten Dunst (actriz)
Krysten Ritter (actriz)
Lake Bell (actriz)
Laura Ramsey (actriz)
Lea Michele (actriz y cantante)
Leelee Sobieski (actriz)
Leven Rambin (actriz)
Lisa Kelly (camionera, apareció en ‘Ice Road Truckers’)
Lisalla Montenegro (modelo)
Lindsay Clubine (estrella televisiva y ‘Jet Setter’)
Lizzy Caplan (actriz)
Mary-Kate Olsen (actriz y diseñadora)
Mary Elizabeth Winstead (actriz)
McKayla Maroney (gimnasta)
Melissa Benoist (actriz y cantante)
Meagan Good (actriz)
Megan Boone (actriz)
Michelle Keegan (actriz)
Mikayla Pierce
Misty Treanor (jugadora retirada de vóleibol)
Nina Stavris
Rachel Nichols (actriz y modelo)
Rihanna (cantante)
Sarah Shahi (actriz)
Sahara Ray
Sarah Schneider (actriz)
ScarJo (posiblemente, Scarlett Johansson, actriz)
Selena Gomez (actriz y cantante)
Shannon McNally (cantante)
Tameka Jacobs (modelo)
Teresa Palmer (actriz y modelo)
Uldouz (actriz y modelo)
Vanessa Hudgens (actriz y cantante)
Victoria Justice (actriz)
Wailana Geisen (actriz)
Winona Ryder (actriz)
Yvonne Strahovski (actriz)
Alison Brie (actriz)
Dave Franco (actor)
Video Full del Hack a Jessica Brown Findlay
(Use discernimiento el lector)
Los 4 segundos del supuesto video falso de Jennifer Lawrence
(Use discernimiento el lector)
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