* Con mucho respeto para las partes implicadas en el conflicto de Ayotzinapa-Iguala
El Santo Oficio
Ángel Miguel Blanco
massiosare@msn.com
Me puse en el papel del ciudadano común para entender la otra parte que quizá no entendía, la de los ciudadanos que se solidarizan con saldo del dolor provocado por las «(autoridades) de Iguala y el crimen organizado», según conclusiones de la Procuraduría General de Justicia del Estado, avaladas por la PGR..
¡Y tienen razón!
Yo sigo firme en mi postura de mantenerme neutral –tanto sentimental como periodísticamente– en torno al caso, pero la razón me obliga a darle la razón a quienes le hacen caso a su razón y deciden sumarse a las exigencias de presentación con vida de los 43 normalistas desparecidos, independientemente de los actos criminales detrás de los jóvenes de «Ayotzinapa».
Cuando veo en las redes sociales el «No Estás Solo» a favor de Ángel Aguirre, o el posicionamiento del PRD y sus diputados a favor de la permanencia del gobernador en su cargo, el mensaje real que se interpreta es «que te valga (madres) el dolor ajeno», «que te valga (madres) la muerte de los estudiantes normalistas», «que te valga (madres) lo que ocurra a tu alrededor: tú aférrate al poder y no te olvides de los que estamos contigo».
¡Alto! No me fusilen sin leer mi defensa ante la sarta de «disparates» que acabo de mencionar.
Lo sensato, lo ecuánime, lo lógicamente humanos, no es que Ángel Aguirre renuncie al poder, basta con que pida licencia temporal en lo que se le sujeta a proceso de investigación y deslinde de responsabilidades, esto con el fin de demostrar que está dispuesto a asumir su responsabilidad y a contribuir a que se investiguen los hechos y regresar la paz social que todos ansiamos en Guerrero.
Salió bonita la foto donde se reunió, el miércoles pasado, con los supuestos familiares de los estudiantes desaparecidos. Sigo sin entender cómo consiguió que unos enardecidos padres que piden su cabeza y han captado la solidaridad mundial a favor de la caída de Ángel Aguirre hayan accedido a entrevistarse con él. Pero igual tienen mi respeto, por cualquiera que haya sido el motivo para acceder a tal «vituperio», tomando en cuenta el clamor popular de «Aguirre, asesino», no más.
Lo importante de todo esto, independientemente de las investigaciones que siguen su curso, el mensaje enviado a la ciudadanía es ese, que al gobernador le vale «madre» todo, si Guerrero se incendia, si hay más muertos, si el crimen organizado y el narcotráfico despachan en «Casa Guerrero» o en el Congreso, o si a los normalistas los ejecutaron, desollaron, quemaron vivos o si están muertos o andan de parranda, lo importante es terminar su gobierno y que su pandilla siga mofándose del dolor ajeno y enriqueciéndose a manos llenas, por si en el futuro no tienen otra oportunidad de robar con tanta libertad e impunidad como ahora con su amigo, compadre y pariente Ángel Aguirre Rivero.
Ese «No Estás Sólo» tiene muchas connotaciones, pero la principal es esa, poniéndose en el lugar de los ciudadanos, de los padres de los muchachos asesinados y desaparecidos.
Desde mi punto de vista, los amigos de Ángel Aguirre haría mejor papel si eliminaran de sus cuentas de Facebook esas «ofensas» y contribuyeran mejor con el gobernador haciendo su parte: siendo imparciales, respaldando a su gobernador, pero sin acciones zalameras ni actos que pongan en duda la buena disposición del Gobierno del Estado para devolver la paz social perdida, y cooperando con lo que puedan en las investigaciones, porque con el dolor ajeno no se juega ni de broma.
Ángel Aguirre, por lo que a él corresponde, debería analizar por sí mismo el costo de su obcecación por el poder, en lugar de dejar en sus brillantes asesores los consejos de su permanencia o renuncia en el cargo, sin tener que exponerse a la burla, pidiéndole a la ciudadanía si se va o se queda, porque «666 mil 294» votos no son ni el 50 por ciento del resto de «3 millones 546 mil 710» guerrerenses a los que habría que tomar también en cuenta en este crucial dilema que puede solucionarse con un poco de conciencia, con una renuncia temporal, al menos para dar una muestra de cordura y disposición de contribuir a que se aclaren los hechos. Y si el saldo de las investigaciones es que Ángel Aguirre es culpable, que cada quien acepte su responsabilidad; en caso contrario, el gobernador podrá regresar a su mandato con la calidad moral que le confiera una conciencia tranquila, y sus amigos, compadres y parientes podrán vitorearle con dignidad.
Como siempre, usted tiene la mejor opinión, la mía ha sido expuesta.
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