Editorial
Hoy es Jueves 15 de enero de 2015.
Vamos para cuatro meses sin gobernador legítimo (desde la licencia de Ángel Aguirre Rivero), y los guerrerenses aún desconocemos si tenemos gobernador, en el estricto sentido de la palabra, o sigue usurpando el cargo la marioneta del rector de la Uagro, Javier Saldaña Almazán, a saber, Salvador Rogelio Ortega Martínez, quien en sus ratos de ocio ejerce la «política del avestruz» y aparece en los medios y la tele para dejar en claro que no solo es el «Amigo Imaginario» de los guerrerenses, sino que también a veces le dan permiso de hacerse notar, pese que las decisiones más importantes de Guerrero se toman en la Rectoría de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), pero igual, sin tacto político ni sensantez social, y por ende, mucho menos académicas.
Guerrero sigue en llamas, en el infierno de la inseguridad y las injustcias, pero nadie, ni el que se ostenta como gobernador sustituto ni su titiritero, mucho menos sus brillantes asesores, le indican el camino a seguir.
¡Dueles Guerrero!
Pero duele más que tengamos que mantener a un «guerrillero de closet» y político advenedizo que solo se burla de las necesidades de un estado sediento de paz social y progreso y gobernantes con alto sentido humano y capaces de ejercer la justicia y el poder con apego constitucional.
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