El Santo Oficio
] By Ángel Miguel Blanco
massiosare@msn.com
Recién impuesto (26 de octubre de 2014), decían, quienes pretendían ‘congratularse’ con él, que era «uno de los mejores gobernadores» que había tenido Guerrero.
Por su grado académico, algunos más osados llegaron a considerarlo un «gobernador científico», empero, ni con esos «atributos» pudo Salvador Rogelio Ortega Martínez, alias «Camilo», como mejor fue conocido en el bajo mundo de la guerrilla –la delincuencial, no la idealista–, aproximarse a las expectativas de sus feligreses, pues en más de un año «Camilo» solo ha sido ha un rotundo e inigualable fracaso; no solo ha sido un gobernador inconstitucional, sino también un gobernador «bruto, sordomudo y testarudo».
En Guerrero no hay ley, impera la ley del más fuerte.
Guerrero es, desde hace más de un año, el único estado que mantiene a un parásito social como gobernador, y de paso sufre las consecuencias de la inoperancia de quien se ostenta y cobra como gobernador.
Afortunadamente ya soportamos lo peor, y como dicen los priístas, «lo mejor está por venir», aunque no se trate meramente del nuevo gobierno que se aproxima, con Héctor Astudillo como máscara visible de quienes verdaderamente detentarán el poder, no, sino porque ya comenzó la cuenta regresiva de «Camilo» Ortega. «(Su) final se acerca ya», y esa debe ser música celestial para quienes en verdad se hartaron de un gobernador paria, «nini», fracasado, que actúa inconstitucionalmente y que, aún en la crisis económica que supuestamente vive el estado, vive como rey solo porque supo manejar muy bien su papel de «tonto del pueblo», para no cumplir, acumular sus «moneditas» y que nadie le molestara con obras y servicios.
Guerrero tendrá su mejor fiesta patria no el 15 de septiembre, sino en octubre. Será libre, al menos por unos días –en tanto se conoce el verdadero rostro del próximo gobierno de extracción priísta–, de la peor crisis social, económica y política que ha azorado el estado, bajo los infortunios del gobernador guerrillero y «científico» (entre comillas) Salvador Rogelio «Camilo» Ortega Martínez.
Dicen que «no hay mal que dure cien años», y en Guerrero se cumple otro acierto de este proverbio popular.
Ojalá la salida de «Camilo» Ortega sea benéfica, porque Guerrero no merece seis años más de simulaciones, de infierno, de terror.
«Camilo», nos saludas a la tuya, por favor…
www.efectoespejo.com