#ElBrujoChiripero
* En temporadas vacacionales, solo los turistas tienen agua todos los días donde se hospedan y hasta les descuentan las tarifas de la Autopista y los hoteles.
* En temporadas los turistas tienen los ejércitos de policías y marinos que en mi colonia y en la escuela de mis hijos hacen falta.
* Los turistas pueden hacer desmadre en las calles (drogarse, tener sexo en público, beber en zonas turísticas, pasarse los altos, incluso agarrar a ‘putazos’ a los representantes del orden cuando intentan pasarse ‘de veras’)… y nadie los toca. Pareciera que el poder supremo de los los maestros de la CETEG o los ‘ayotzinapos’ los imbuyera con su inmunidad.
* Solo los turistas reciben atención personalizada y especializada hasta del presidente y su gabinete.
* Los policías y hasta el Ejército o la Marina cuidan de no ser atropelaldos al cruzar la calle.
* Es más, las autoridades estatales o municipales van a verlos hasta en las playas para preguntarles si están bien atendidos o les falta algo. ¡Y los que les falte, se les suministra de inmediato!
* Hasta cuando los turistas marcan el 066 en punto pedos ¡llegan todos en chinguiza!… y si fue falsa alarma nadie se las hace de ‘pedo’.
En pocas palabras, el turista es dios en Acapulco.
¡Cómo quisiera ser turista en Acapulco!
Lamentablemente despierto y resulta que no soy más que un pinche acapulqueño soñador que se baña cada semana o cada mes por falta de agua, que no sale a la calle por temor a ser levantado o asesinado ‘accidentalemente’, que si me le pongo al brinco a algún uniformado voy derecho al ‘bote’ con sabadazo incluido y sin derecho a fianza, que si le pido atención social a las autoridades se hacen los desentendidos y mandan cerrarme las puertas de sus oficinas para que deje de estarlos chingando, en suma, ¡que sigo vivo en Acapulco de milagro!
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