] El Brujo Chiripero
Me preguntó (alguien) esta semana por qué estoy ‘enemistado’ con el presidente de la Comisión Defensora de los Derechos Humanos de Guerrero (Codehum), Ramón Navarrete Magdaleno, a quien muchos periodistas y activistas sociales consideran una «buena persona», «atento», «respetuoso», «profesional» y un «gran luchador de la justicia».
No respondí el cuestionamiento de ese ‘alguien’, obviamente.
Personal y profesionalmente yo no me enemisto con nadie, quien reniega mi amistad es porque no comparte mis puntos de vista ni mi estilo deshinibido de hacer periodismo, sin zalamerías, cursilerías, ni simulaciones, o simplemente es de los que no sale de noche para evitar a sus fantasmas o simplemente se espanta con luz o la verdad le provoca sarpullido.
Hoy me acordé porque me enviaron unas fotos de la Coddehum… para ver si las publico.
Siempre he sostenido que puedo no simpatizar con algún servidor público o político, pero esto no impide que, como periodista, difunda también sus buenas acciones a favor de la sociedad.
Considero que como periodistas estamos obligados no solo a denunciar o criticar, sino también a informar a la ciudadanía de las acciones positivas de los políticos, exista un convenio publicitario de por medio o no.
Lamentablemente, muchos medios de comunicación confunden compromiso publicitario con abnegación, sumisión, servilismo, adulación o lambisconeria, y allí es donde se tergiversa la misión periodística ante la ciudadanía, que con justa razón tilda al periodista de «vendido, chantajista, ´chayotero’ y mentiroso’, porque al confundir compromisos con adulaciones siente que su deber primordial es con quien le paga un espacio y no con quien debe mantener informado con su trabajo periodístico, dilema que no es tan complicado si durante la firma de los compromisos se dejan bien claras las reglas, principios, cláusulas y excepciones de ambas partes.
Por lo que respecta al tema de este comentario, dejo muy claro que no existe enemistad alguna con el presidente estatal de la Coddehum, lo que existe es desconfianza absoluta, porque cuando denuncié hostigamiento y amenazas de muerte contra mi familia, mis colaboradores y mi persona, de parte de algunos servidores públicos y políticos vinculados con el crimen organizado, Ramón Navarrete Magdaleno, en su calidad de delegado de la Coddehum en Acapulco, pese a los testimoniales presentados, optó por soslayar, omitir, mi queja y le dio ‘carpetazo’ por la simple razón que los denunciados eran (son) amigos y compadres suyos.
Y Navarrete todavía tuvo el cinismo de citarme a su oficina para entregarme mi expediente y disculparse por no poder dar trámite a mi queja, importándole poco si a mi esposa e hijos, y al jefe de Información de nuestro portal Efecto Espejo, y a su esposa, los «hacían en cachitos y los (tiraban) en las escalinatas del ayuntamiento, como viles perros», como decía una de las amenazas enviadas por correo electrónico, si no dejábamos de ‘balconear’ a los «acusados» (un político que entonces era candidato a gobernador del estado por un partido de izquierda, el dirigente de dicho partido político, y a un servidor público del gobierno del estado, muy amigo del excandidato en cuestión, a quienes se les había denunciado en vídeo e imágenes por organizar un «Día de las Madres» con show para adultos, sin censura, en presencia de niños de entre 4 y 9 años de edad, y a cuya fiesta los invitados de honor eran destacados miembros del crimen organizado, quienes se inconformaron con el video y salieron a la defensa de la fiesta organizada por el excandidato a gobernador, argumentando que sus esposas y amantes habían sido exhibidas junto con los políticos en cuestión).
Por eso, desde que asumió la presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos Ramón Navarrete Magdaleno me he mantenido distanciado de su persona y he dejado, también, de apoyar algunas quejas de mis compañeros ante la Coddehum, porque con justa razón considero que mientras Navarrete esté al frente de la esta institución las denuncias y quejas periodísticas por amenazas, agresiones, homicidios y hostigamiento político, jamás procederán.
Pero enemistad con Navarrete, minguna… solo desconfianza ‘de la buena’.
Con la Coddehum… ningún problema.
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