] CUPERTINO, Cal. * 21 de junio de 2017.
El Mundo
A veces, el odio puede generar cosas buenas. Y si no, que se lo digan a Apple: según ha comentado Scott Forstall, jefe de desarrollo de iOS y el iPhone, el teléfono inteligente de la compañía
tiene su origen en el intenso rechazo de Steve Jobs sentía por un ejecutivo de Microsoft. Este hombre sin identificar era el marido de una de las mejores amigas de su mujer, Laurene Powell.
Según parece, cuando ambas parejas cenaban juntas, el alto cargo de Microsoft se pasaba toda la cena presumiendo de lo bien que su compañía había implementado el uso de lápices y pantallas táctiles en sus dispositivos.
Y esto ponía de los nervios al CEO de Apple. Un día, Jobs estaba tan harto de este hombre que, según ha revelado Forstall durante una charla en el Museo de la Historia de la Computación, llegó a la oficina y dijo a sus empleados: «Que le jodan a este (hombre), vamos a demostrarle lo que es un tablet de verdad». Así fue como la compañía empezó a trabajar en el denominado ‘project purple’, un proyecto cuyo objetivo era producir un tabler con una pantalla táctil que pudiera manejarse perfectamente con los dedos de la mano, pudiendo incluso usar varios a la vez. En otras palabras, lo que en 2010 se convertiría en el iPad.
¿Qué tiene esto que ver con el iPhone?
El teléfono nació del mismo proyecto porque, pese a lo que odiaba a este hombre, el CEO de Apple no se dejó llevar del todo y supo tomar una dirección más adecuada.
En lugar de producir un tablet, viendo que la cuota de mercado del iPod peligraba por culpa de los teléfonos inteligentes, Jobs decidió que era mejor idea hacer un teléfono con pantalla táctil para anular a sus posibles competidores.
Y aunque a los ingenieros de Apple les llevó bastante tiempo reducir el tamaño de la pantalla, pues tuvieron que replantear muchos de los paradigmas del proyecto inicial para que entrase en el bolsillo, al final consiguieron crear lo que en 2007 se anunció al mundo como el primer iPhone.
Puede que el teléfono de Apple no fuera recibido del todo bien en aquel momento, pues su paradigma era bastante diferente y todo el mundo estaba acostumbrado a escribir con el teclado de la BlackBerry y a funcionar con teclas, pero pasados los años, está claro que el formato con el que se obsesionó Jobs triunfaría.
La entrevista completa a Scott Forstall está disponible por completo en YouTube, aunque está íntegramente en inglés.