Joaquín López-Dóriga
] LD Digital
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, CNDH, que preside Luis Raúl González Pérez, hizo la recomendación 29/2019 de fecha 10 de junio, a la secretaría del Bienestar, de la que es titular María Luisa Albores, porque la cancelación del programa de Estancias Infantiles vulnera los derechos de los niños, padres de familia, así los de los responsables de esas instalaciones.
A esta recomendación siguió una vitriólica respuesta de dicha secretaría, como si su titular continuara en la oposición, y en un acto de arrogancia, la rechaza: es una aberración inaceptable porque no se está violando, sostiene, ningún derecho de la niñez.
Y viene el manifiesto ideológico: Durante el período autoritario neoliberal (la CNDH) en lugar de defender a la población de atrocidades cometidas por autoridades, se convirtió en un instrumento de simulación para mantener la impunidad del régimen de injusticia, corrupción y privilegios. Tampoco actuó con independencia y nunca exigió justicia en hechos ocurridos durante los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, quien dejó sin castigo los crímenes de Tlatlaya, Tanhuato y se esmeró en ocultar la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y de innumerables casos de violación a los derechos humanos por parte de las autoridades del Estado mexicano, para luego referirse a la tragedia de la guardería de Hermosillo y acusarla de defender el modelo privatizador de subrogación de servicios a particulares..
Y, digo yo, ¿para qué hacer un manifiesto ideológico contra la CNDH cuando se trata de una recomendación que recibir y resolver?
¿Qué tienen que ver Tlatlaya, Tanhuato, Ayotzinapa con las estancias infantiles?
Esa respuesta no es una buena señal.
Al contrario.