Ángel Blanco
] CIUDAD DE MÉXICO. * 19 de febrero de 2020.
| Acapulco Press.
Hábilmente, como es su costumbre, Andrés Manuel López Obrador evadió el cuestionamiento del periodista Misael Habana sobre la acusación de Matilde Testa García, presidenta suplente de Acapulco, contra la alcaldesa Adela Román Ocampo, de quien es del dominio público la corrupción y nepotismo que consumen su administración.
Sin cortapisas, AMLO optó por la salida fácil: Acreditar a los tiempos electorales dichas descalificaciones.
Los señalamientos contra servidores públicos de Morena, especialmente, en tiempos electorales, siempre serán “politiquerías”, como subrayó al responder el cuestionamiento incisivo sobre si “¿si se va investigar?” el caso de Adela Román y su familia.
López Obrador trastabilló en su respuesta que se trabó en un prolongado y disléxico “ehhh…”.
Misael Habana le aclaró que la parte acusadora, Matilte Testa García, presidenta suplente de Acapulco y consejera estatal de Morena, le había hecho llegar un escrito sobre el caso, lo mismo que al Comité Ejecutivo Nacional de Morena.
“¿Conoce la denuncia?”, insistió el periodista en la tradicional conferencia matutina celebrada en Palacio Nacional.
¡Entonces AMLO habló en “plata”!
Le ‘calento’ que le preguntaran “qué recomendaría a los presidentes municipales que —como Adela Román, alcaldesa por Morena en Acapulco— cometen actos de corrupción”, y “¿qué recomendara a la sociedad hacer con estos presidentes corruptos?”.
—¡Entre menos nos metamos en la politiquería, coloquialmente llamada grilla, mejor!—, reviró el presidente.
Y remachó: “La ‘mañanera’ tiene su nivel, la gente por eso nos ve”. En ella no se permiten temas que desacrediten ese espacio “que es muy importante para informar”, enfatizó.
Prácticamente llamó a la denuncia de Matilde Testa un acto de “manipulación” el pretender atraer la atención del presidente de la República y la opinión pública para desacreditar a Adela Román Ocampo, a quien AMLO dio una especia de espaldarazo al aludirla que “en el futuro pudiera ser un rival o un adversario de otro candidato en potencia”.
Este duro golpe a las “politiquerías” de la presidenta suplente de Acapulco contra Adela Román deja sin argumentos a Matilde Testa García, quien entre sus planes de hacer presión para desenmascarar las corruptelas de Adela Román y su parentela figuraban la toma masiva del Ayuntamiento de Acapulco y el Palacio Nacional, a partir de que la alcaldesa osara despedir a tan solo uno solo de sus seguidores, como fue el caso de Melquiades Bedolla Figueroa, exdirector de Mercados, que fue cesado el 31 de enero pasado, pero ante cuya acción la presidenta suplente no hizo ningún reclamo mediático ni tampoco protesta pública alguna.
Lo más lamentable del ‘batazo’ del Presidente AMLO a la denuncia de Matilde Testa contra la titular del Gobierno de Acapulco no es que haya tachado a la presidenta suplente de ‘manipuladora’ electorera, ni haya considerado su denuncia como“politiquerias”, sino que la persona en quien Maty tenía depositada una fe ciega y un cariño genuino, casi mitificado, haya rechazado, en conferencia nacional televisiva, investigar a su adversaria política que «gracias a (ella) es presidenta municipal de Acapulco.
Con este evidente rechazo a su denuncia, a Matilde Testa solo le resta probar sus acusaciones de “corrupción, nepotismo y amenazas”, no sólo contra la alcaldesa Adela Román Ocampo y familiares políticos y cercanos (Adriana Román Ocampo, Aurora Román Ocampo, Jorge Román Ocampo, Nicolás Román Ocampo, Víctor Román, Elena Román Ocampo, María Elena Godoy Román, Carlos Godoy y Alfonso Godoy), sino al resto de funcionarios “cómplices” de las supuestas corruptelas de Adela (Leonel Galindo González, Raúl Isidro Juárez Ponce, Rodrigo Ramírez Olmedo, Rodrigo Ramírez Justo, Silvestre Arizmendi Torres, Juan Carlos Manrique García, Eloy Cisneros Guillén, Camilo Valenzuela, Ernesto Manzano, Ruy Manuel Escalantw Lira, Ricardo Castillo Barrientos, Ricardo Contreras y Felipe Camacho Díaz), asentados y ratificados en la Carpeta de Investigación 12030310200105240120 que la Fiscalía General del Estado está obligada a investigar para el respectivo deslinde de responsabilidades o la aplicación de las sanciones correspondientes.
Pero… “¿si no consigue aportar las pruebas que incriminan a todos los acusados?”.
Esa es la disyuntiva que queda pendiente tras de haberse conocido las palabras de AMLO de no dar cabida a “politiquerías” electorales.
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