] CIUDAD DE MÉXICO. * 17 de junio de 2020.
| Reuters.
Luego de que estudios internacionales revelaron que la dexametasona logró reducir el número de muertos por Covid-19, autoridades sanitarias internacionales y de México alertaron que este medicamento no se debe administrar durante la primera fase de la enfermedad, puesto que puede generar consecuencias negativas.
“Es un medicamento que no debe utilizarse de manera masiva y menos en primer nivel, las investigaciones muestran que puede tener utilidad en cuadros muy graves, en hospitalizados que están conectadas a un ventilador”, advirtió la titular de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, Oliva López Arellano.
Explicó que el manejo de este medicamento es muy especializado, además que está en fase de protocolización, por lo que el equipo médico de la Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad (CCINSHAE) está evaluando si se incorpora como recomendación para pacientes graves.
En conferencia de prensa virtual, la secretaria local reiteró que dicho medicamento no puede ser utilizado por la población en general ni recomendado por médicos de primer contacto, puesto que es un antiinflamatorio muy potente que funciona en cuadros graves.
Por su parte, el director de Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, David Kershenobich Stalnikowitz, refirió que el suministro de la dexametasona puede generar un efecto contraproducente en el paciente durante la primera etapa del padecimiento, ya que su mal uso puede favorecer más infecciones.
“Hay un gran número de medicamentos que se están investigando, quizá los más prometedores son los antivirales directos, porque lograrían tener un efecto inmediato sobre el virus”.
Abundó que la dexametasona no actúa en contra del virus que causa el Covid-19, sino contra los efectos que produce.
Por separado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo este miércoles que es importante reservar el uso de dexametasona para el tratamiento de los casos más severos de Covid-19.
El jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, sostuvo que la investigación por fin está dando esperanzas para el tratamiento del virus, que ha matado a más de 400,000 personas en todo el mundo e infectado a más de 8 millones.
Los resultados de los ensayos anunciados el martes por investigadores en Gran Bretaña mostraron que la dexametasona, un fármaco genérico usado desde la década de 1960 para reducir la inflamación en enfermedades como la artritis, bajó las tasas de mortalidad en alrededor de un tercio entre los pacientes con coronavirus más graves ingresados a un hospital.
Eso lo convierte en el primer medicamento que se ha demostrado que salva vidas en la lucha contra la enfermedad. Los países se apresuran a asegurarse de que tienen suficiente a mano, aunque los funcionarios médicos dicen que no hay escasez.
Algunos médicos se mostraron prudentes, citando posibles efectos secundarios y pidiendo ver más datos.
El jefe del programa de emergencias de la OMS, Mike Ryan, dijo que el fármaco sólo debería utilizarse en los casos graves en que se haya demostrado su utilidad.
“Es excepcionalmente importante en estos casos que la medicina se reserve para pacientes gravemente enfermos y críticos que puedan beneficiarse claramente de esto”, sostuvo.
La metilprednisolona, un esteroide similar pero menos potente que la dexametasona, se usa en Suecia desde marzo, dijo un médico de Estocolmo a los medios de comunicación.
El esteroide se introdujo en la práctica habitual después de que se demostró su eficacia en un paciente con coronavirus que no mostraba signos de recuperación con otros tratamientos, dijo Lars Falk, del Nuevo Hospital de Karolinska, al Dagens Nyheter de Suecia.
Los resultados del estudio de la dexametasona son preliminares, pero los investigadores del ensayo dijeron que sugieren que el fármaco debería convertirse en la atención estándar en los pacientes gravemente afectados.
Descartó que se tenga una fecha para el inicio de este centro de investigación, aunque ya se contactaron a las compañías que podrían hacer la instalación del mismo, para que comience a laborar lo antes posible, pero esto podría llevar meses.
“Estamos trabajando ella (la vacuna), hay un consorcio internacional donde nos hemos sumado para conseguir o intentar conseguirla. Una vez que esté lista tiene que pasar las fases correspondientes de investigación y la producción masiva”, adelantó.
El también médico confió en que se obtenga este descubrimiento en el transcurso de este año o para los posibles rebrotes de la enfermedad en 2021.
“No debemos pensar en la vacuna como la necesidad para reactivarse, no sucederá probablemente pronto”.
Al respecto, Kershenobich Stalnikowitz aclaró que los avances de la vacuna no serán inmediatos, puesto que se tienen que probar su eficacia y seguridad.
“Se tienen que hacer estudios en población que puede ir de 5,000 a 60,000 personas para tratar de ver la eficacia”, añadió.