» Vinicio Portela.
| Agencia55.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador puede celebrar todo lo que quiera, gastar del presupuesto para montar un espectáculo mediático en un supuesto Informe que solo da cifras alegres, tal y como lo hicieron los gobiernos «neoliberales».
Sin embargo la realidad es otra, una que no puede ocultar con su carisma y arraigo entre un gran sector de los mexicanos, que México está en crisis por la falta de una eficiente Administración Pública.
#AMLO cree, y está seguro de ello, que tan solo con que él lo diga, desde el púlpito de la mañanera, es suficiente para que cambien las cosas. Pero ese es totalmente ficticio, una fantasía, y la gran realidad es que no hay crecimiento económico, que la inseguridad y la violencia va en aumento, que no hay trabajo, además de un colapso en la seguridad social, y esto no es heredado, pues a todos estos sectores les restó presupuesto para hacer sus obras faraónicas, como el Tren Maya o el Aeropuerto de Santa Lucía, además de destinar miles de millones de pesos a programas asistencialistas, los mismos que criticó en las épocas del #PRI y del #PAN, que solo sirven para tener votantes cautivos.
¿Qué celebra Señor Presidente? sí con su política afecta al pueblo de México, que esperaba un cambio verdadero y sin embargo ni a los corruptos combate, al contrario, los protege.
¿Qué celebra Señor Presidente?, si los cadáveres siguen llenando las calles de las ciudades, si la violencia se apodera de la juventud y las drogas de sus vidas, por su política de abrazos y no balazos, que le da impunidad al crimen organizado. Porque la tasa de homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes es de 11.51 en esta administración, casi el triple que en la peor época de la Guerra Contra el Narco iniciada por Felipe Calderón.
¿Qué celebra Señor Presidente?, una economía ahogada, con falsas promesas de gastos transparentes y adjudicaciones directas millonarias. Donde el PIB está tan abajo que ya quiere medir la felicidad, cuando el pueblo sabio está sin empleo, donde más de 12 millones de personas se quedaron sin trabajo por sus malas desiciones. Además de contratar deuda con el Fondo Monetario Internacional por más de dos mil millones de dólares, que ocultó, tanto que juraba que nunca lo haría.
¿Qué celebra Señor Presidente?, el combate a la corrupción que es nulo y la transparencia en su equipo de trabajo es criminal, ocultando propiedades millonarias y fifis. ¿Dónde está su frase de No Mentir?, cuando su Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero ocultó un Penhouse de 13 millones de pesos; o su Secretario de Comunicaciones y Transporte, Javier Jiménez Espriú, ocultó un departamento de casi ocho millones de pesos; o el escandaloso patrimonio oculto se Manuel Bartlett con 23 casas y dos terrenos con un valor de 800 millones de pesos; o el colmo de los colmos, las seis casas que ocultó su propia Secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, valuadas en 60 millones de pesos.
¿Qué celebra Señor Presidente?, vergüenza le debería dar, pues sus promesas no las cumple, porque le dice mentiras al pueblo bueno y sabio, porque sigue siendo más de lo mismo, una decepción total como en las peores décadas del autoritario priismo.