CIUDAD DE MÉXICO. * 10 de agosto de 2020.
| ANSA.
El hambre se duplicará como resultado de la pandemia global de Covid-19 en México, alertó el Instituto Nacional de Salud Pública (INSAP), al publicar un estudio sobre el impacto de la crisis sanitaria en los niveles de nutrición de los pobres en el país.
El Reporte Global de Nutrición de 2020, el INSAP urgió a»garantizar la cantidad de alimentos nutritivos suficientes, sobre todo para grupos vulnerables», a fin de evitar este desenlace atroz.
Anabelle Bonvecchio Arenas, directora de Políticas y Programas del organismo, propuso primeramente «garantizar la
cobertura alimentaria de todas las mujeres embarazadas y niños menores de dos años, que es el periodo crítico».
En sus recomendaciones también planteó «fortalecer y apoyar el recién creado programa de Asistencia Social Alimentaria del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, un organismo gubernamental que asiste a personas desamparadas.
Lo fundamental es «tratar de garantizar que este grupo específico de población reciba alimentos de origen animal, ricos
en vitaminas y minerales o micronutrientes, incluyendo los otros alimentos que están contenidos en las canastas que ya
distribuyen», afirmó.
Bonvecchio indicó que se necesita además «aprovechar los padrones de beneficiarios de todos los programas que están disponibles en el país» para atender a todos los niños vulnerables y cubrir a los beneficiarios de los programas escolares.
El estudio calculó que el 55% de los hogares mexicanos atraviesa actualmente por un problema de «inseguridad alimentaria» que en zonas rurales se extiende al 70%.
«A medida que se adoptan acciones para mitigar la propagación del virus y controlar la enfermedad, es necesario que se garantice la cantidad de alimentos nutritivos suficientes para estos grupos vulnerables de población que son lo que principalmente se verán afectados», afirmó.
El organismo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) pronosticó al arrancar la pandemia que los servicios esenciales de nutrición y algunos de los sistemas de salud en todos los países podrían verse afectados hasta en un 30% por las medidas de contingencia aplicadas, es decir, el confinamiento.
La autora del estudio recomendó a los gobiernos locales rechazar donaciones de fórmulas o sucedáneos de leche materna para dárselas a los niños porque «se ha documentado que en situaciones de emergencia desplaza a la lactancia materna y trae consigo serios riesgos para la salud» de los infantes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja, aún en estos tiempos de la peste, mantener la lactancia materna exclusiva, incluso en casos sospechosos o confirmados de Covid, siempre que se adopten medidas de higiene adecuadas por cuanto no hay evidencia de que transmita la enfermedad de madres a hijos.
Otro estudio difundido en mayo último, denominado «La política social en el contexto de la pandemia por el virus SARS-Co V-2, realizado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval), arrojó que la pobreza de ingresos podría aumentar entre 7,2 y 7,9%.
En términos absolutos, esto significa que entre 8,9 y 9,8 millones de personas se sumarán a la población con recursos insuficientes para adquirir una canasta alimentaria, bienes y servicios básicos. Según el organismo, que mide la pobreza en México, para el segundo trimestre de 2020 el porcentaje de la población con un salario inferior al costo de la canasta básica aumentará de 37,3 al 45,8%.
El número total de personas en situación de pobreza extrema por ingresos, es decir, cuyo ingreso es insuficiente para adquirir la canasta alimentaria se incrementaría en ese lapso entre 4,9 y 8,5%, equivalente a entre 6,1 y 10,7 millones de personas.
«La crisis podría provocar que la población que en 2018 no era pobre ni vulnerable» caigan en la «pobreza o vulnerabilidad», de acuerdo con el documento. Según el análisis de Coneval, además de los posibles efectos en la pobreza, las mujeres deberán afrontar esta pandemia de Covid-19 con mayores desventajas.
Otros sectores a los que la pandemia tomara mal parados son los trabajadores del sector formal e informal, los desempleados, jornaleros y pequeñas empresas, entre otros. .