] Tercera Vía.
» Ernesto Rivera Rodríguez.
En vísperas de la visita oficial a Guerrero, particularmente a la ciudad y puerto de Acapulco, del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, el disque super delegado federal, «San Amilcar» Sandoval Ballesteros se metamorfoseo momentáneamente en vendedor de «cachitos de lotería», no de cualquier sorteo, sino del Sorteo del «Santum Santorum» de la rifa del ex avión presidencial, sin el avión Presidencial, verdadero fenómeno psicólogo que pretende alterar la realidad con un «retruecano» retórico, que científicamente se llama esquizofrenia.
Una vez más Pablo Amilcar equivoca la estrategia política para atraerse la atención de sus seguidores, con el fin de «acomodar», vender, distribuir 31mil 592 cachitos para participar en la rifa del avión Presidencial, a través de los tres mil 943 Comités Escolares de la administración participativa, que recibirán cada uno, 8 (ocho) cachitos para su venta.
Utilizaré estudiantes para vender cachitos en tiempos de la pandemia y en la vispera de la visita de su jefe político, demuestra una total falta de oficio político, oportunismo y «agandalle» al utilizar estudiantes para sacar tajada política y pretender quedar bien ante su superior absoluto.
Por qué no entregaron esos «cachitos» a los ya muy conocidos y respetados vendedores de la Lotería Nacional, en tiempos de la pandemia, el desempleo, el cierre de negocios, la sana distancia y sacar a los estudiantes a la calle, en lugar de «mantenerse en casa» de acuerdo a los protocolos establecidos.
Pero ya estando en este absurdo, debió mandar alguno de sus achchincles a negociar con los dueños del «Bono Estrella» que cotidianamente rifan 7 mil pesos, Si, siete mil pesos en el Mercado Central de Acapulco, y toda su periféria y calles adyecentes, boletos que son vendido por un enjambre de vendedores hombres y Mujeres, que gustosos hacen su trabajo ante el beneplácito de los cientos o miles de vendedores establecidos, ambulantes y ciudadanos que a diario asisten a ese populoso mercado, con la plena seguridad de que esos 31 cachitos se venderían como pan caliente, pues no es lo mismo rifar 7 mil pesos diarios, los cuales son acumulables, que por $500 pesos, tener la esperanza y la suerte de sacarse la rifa de un avión sin avión, pero convertirse por arte de la retórica nacional en poseedores de 20 millones de pesos constantes y sonantes, el próximo 15 de Septiembre, en el Gran Sorteo del «Santum Santorum», a las 4 de la tarde, desde el Edificio de la Lotería Nacional.
Cuántos boletos, cachitos venderán los estudiantes en tiempos de la pandemia, el desempleo, el quédate en casa y el mal tiempo que cubre ya el territorio guerrerense…y ni hablar del fertilizante, Nudo Gordiano de San Amilcar. Mucha Suerte..