La Columna
| » Ángel Irra Carceda
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Hace cinco años Héctor Astudillo Flores recibió una administración estatal a la deriva.
El accionar del gobierno estatal estaba en pésimas condiciones. Pero no se amilanó.
Primero se levantó tras aquel revés electoral del 2005, cuando no logró el anhelo de convertirse en gobernador.
Continuó en la brega política, sin quitar el dedo de ese renglón cuyo guion tenía que terminar con el ansiado colofón: la gubernatura con su firma bien impresa.
Y alcanzó finalmente su meta, diez años después, rindiendo protesta como mandatario el 27 de octubre del 2015.
Y todo estaba de cabeza. Más de 30 sedes de ayuntamientos tomadas. Plazas públicas en similares condiciones, protestas, marchas y tomas de edificios de estudiantes y la inseguridad galopante, entre muchas más condiciones deprimentes. Ingobernabilidad, pues.
Pero, sin importar eso, porque tenía bien presente a lo que se enfrentaba, sin quejarse empezó a remar a contracorriente, hasta estabilizar la nave.
HAF no es de los que buscan un refugio para lamentarse. No es así. No es de los que buscan revancha contra aquellos que, por la causa que Usted quiera, le jugaron la contra o lo agredieron de una u otra forma.
Y claro que hay algunos le jugaron la contra. Claro que hay quienes le faltaron. Y, sin embargo, demostró que sabe otorgar segundas y hasta terceras oportunidades.
Los hay. Incluso ahora en el gabinete que encabeza. Y con esto, demuestra a aquellos que lo califican de “rencoroso”, que NO LO ES.
No le ha sido fácil la travesía. Alcanzó la estabilidad en este gobierno con trabajo. Y, sin embargo, el año próximo concluirá su mandato con iguales condiciones de su arranque gubernamental, debido a la pandemia por el COVID-19.
Las limitaciones que impone la pandemia en prácticamente todos los órdenes, además de las severas medidas presupuestales del gobierno federal contra estados y municipios, así lo sentencian desde ahora.
Pero, como cité antes, es un hombre que no se paraliza ante la adversidad.
Y, si me dicen que en este gobierno se han cometido errores, de inmediato respondo que sí. Claro que algunos le han fallado en determinados momentos. E incluso, al propio HAF no lo eximo de haberlos cometido. Y él, más que nadie, lo debe saber.
Pero, de que no hay comparación entre esta administración estatal con las anteriores, recientes, no hay duda.
Y propios y extraños lo han reconocido ahora, con motivo de su Quinto Informe de Gobierno.
El reconocimiento con trabajo se gana.