Tercera Vía
| » Ernesto Rivera Rodríguez.
El nombre de Amilcar Sandoval Ballesteros en Guerrero, es sinónimo de disfunción política, es sinónimo de atropellos, de intolerancia, carente de humildad, su obsesión por el poder radica en una historia basada en el mito y en una realidad de la lucha política y social que sólo lleva el nombre de Don Pablo Sandoval Cruz. El resto es demagogia, producto del anarco socialismo y del fin de las instituciones bien digeridas de la lectura del libelo «Democracia y Transformación Social», del pseudo intelectual Jonh Ackerman.
Porqué le hace caso al canto de las sirenas?? Vas a ser gobernador!!!
Pablo jamás a trabajado en ninguna institución en Guerrero, no se le conoce ninguna actividad en la administración pública del estado, ni fuera de él, reconocido sólo por su activismo político en las filas del obradorismo que en su caso ha devenido en una lealtad a ultranza, incapaz de generar su propia trayectoria que solo ha mostrado como en un principio del sexenio nombrado super delegado de los programas de Bienestar federal en Guerrero, convertido por su propia falta de oficio político en una simple «Oficialía de Partes». Incapaz de generar una política de construcción de la 4T en Guerrero, sólo aplicada en su retórica.
Emulo gris de su superior jefe político, el mismísimo presidente de la República, midió desde un principio muy mal su visión de la política provocando serios enfrentamientos con el gobernador priísta del Estado, Héctor Astudillo Flores, cuando «creía» que sería recompensado por esas actitudes infantiles, por su pésima lectura de la realidad política que se asume en las «ligas Mayores» diferente a la que se imaginan los jugadores de pantalón corto como él.
No obstante su delirio de poder llevo y hasta la fecha a pretendido manejar al Congreso del Estado a su antojo provocando hasta la fecha una gran disfuncionalidad de ese cuerpo legislativo, arrastrándolo a una grave inactividad y deterioro del trabajo legislativo único en el país, con grave perjuicio nunca antes visto en su vida, catalogado como catastrófico.
La pregunta sin contestar: Qué ha hecho por Guerrero?
El daño ya esta hecho, el pueblo de Guerrero ha perdido una gran oportunidad donde la 4T solo ha sido un slogan sin beneficio alguno de transformación sino de retraso, que solo la madurez política y su entrega sin cortapisas del gobernador priísta Héctor Astudillo, y su institucional colaboración con el Primer Ejecutivo del País, Andrés Manuel López Obrador, Porque y la confianza y respeto que éste a mostrado al titular del ejecutivo del estado ha mantenido con firmeza y logrado sacar adelante de los oscuros callejones de la violencia en las estadísticas a colocarlo dentro de los primeros quince estados en superar tan grave condición, y que desde el Consejo para la Construcción de la Paz, se genero y se ha generado las políticas y los resultados tangibles de la recuperación del estado, donde el entonces super delegado se convirtió en el invitado de piedra, gracias a sus propios desaciertos.
Ya no hablamos de su desaseado trabajo en la entrega del fertilizante en el 2019 y que repitió en este 2020, hasta que por instrucciones superiores fue removido de esa responsabilidad, entonces de qué era superdelegado, convertido en un Oficial de Partes, y su notable ausencia en los meses de crisis del Covid-19, parafraseando a un connotado político costachiquence: «No has aprendido nada Amilcar», entonces cómo y para qué quiere ser gobernador, si no pudo con el programa del fertilizante.