Tercera Vía
] Ernesto Rivera Rodríguez.
El tono de emitir nuestros palabras tiene mucho que decir sobre la fuerza de las mismas. No es lo mismo afirmar: «al diablo las instituciones», que expresar: «Modernizaremos el poder judicial. En política la forma es fondo.
En la semana del 27 aniversario de la muerte de Luis Donaldo Colosio Murrieta, los argumentos sobre su visión del México que él anhelaba hoy parecen convertidos en demagogia, pero existen voces que significan en su discurso extraer el sentido actual de las mismas y en este aniversario más Mario Moreno atendió sin demagogia las palabras del sonorense sacrificado en Lomas Taurinas, Tijuana: «trabajar incansablemente por los hombres y mujeres marginados de este estado»…sin dejar de observar que los principios de Colosio están vigentes.
A todos los mexicanos y aquí a los guerrerenses nos importa mucho que pasa con la justicia y el poder judicial, en tiempos de una profunda reconstrucción politica y social pos pandemia, cómo lo ha expresado fehacientemente Mario Moreno Arcos, cándidato de la alianza «Va por Guerrero», PRI-PRD
Moreno Arcos sabe muy bien que si no tenemos organismos políticos y de justicia fuertes y consecuentes en Guerrero, el cambio a proponer en el que hay que trabajar e impulsar será muy difícil, por lo que los tres poderes de gobierno deberán estar indisolublemente vinculados y que los proyectos en materia judicial estén avalados por cámaras y colegios de abogados organizados… sólo falta que éstos se organicen.
Si Moreno Arcos es un hombre de Instituciones esto lo demostró al celebrar que el gobernador Héctor Astudillo, haya acordado el pacto por ser el responsable de la democracia en Guerrero.
Mario Moreno Arcos debe tener claro que además del discurso eminentemente político que promueve, es como ya lo mencionamos en la anterior entrega contar con la estructura predominante electoral y la promoción y defensa del voto que no quede en manos a instancias que dejaron de funcionar hace tiempo o por un crecimiento oportunista, o por tener al partido como trampolín para cargos políticos. Que están a la vista.