Un Rapidín
] Con Ángel Irra Carceda
angelirracar@hotmail.com
Mario Moreno Arcos ha sido un excelente candidato a la gubernatura de Guerrero.
A unas horas de que con resultados oficiales se pueda confirmar si no ganó, sinceramente sostengo que desarrolló una gran campaña a lo largo y ancho de Guerrero.
Eso no lo hizo la hasta esta noche de lunes la virtual ganadora, Evelyn Salgado Pineda, y su padre Félix Salgado Macedonio.
Lo digo derecho: por ahí no perdería la gubernatura Mario Moreno. Está a la vista que se impuso la marca MORENA.
Como igual ganarían los candidatos de MORENA otros cargos de elección popular en disputa.
No nos engañemos. La marca MORENA y su Tlatoani siguen pesando. Jamás sus candidatos.
En ese contexto, el voto por inercia se impuso en esta jornada electoral, pese a los escándalos internos en MORENA por pisotear la democracia y la dignidad de quienes creyeron que la “honestidad valiente” se aplicaría en los mismos.
Pero hubo quienes, luego de ser ninguneados, indignamente aceptaron lo que les tiraron sobre la mesa y aceptaron una candidatura que no pretendían, para seguir mamando del dinero del pueblo.
Y otros que, con hipocresía rotunda (traicioneros, pues), dolidos por la patada en el trasero, mandaron a los suyos a operar con otros candidatos diferentes a los de MORENA, pero sin hacer lo mismo abiertamente por el pánico ante el Tlatoani tabasqueño.
Mario Moreno Arcos se erigió como un excelente candidato, como lo fue Héctor Astudillo Flores en el 2005.
Sí puedo decir que el segundo, en el 2005, fue objeto de traiciones caseras, de una derrota bien orquestada previamente.
Sobre si eso operó en contra de Mario Moreno Arcos en esta elección, no tengo elementos para afirmarlo.
Pero sí puedo asegurar que ha sido el mejor aspirante a la gubernatura en esta jornada electoral. En serio. Sin apasionamientos.