» Lauran Neergaard | Mathew Perrone.
) AP.
Las dosis tamaño infantil de la vacuna de Pfizer contra el COVID-19 parecen seguras y efectivas casi en un 91% para prevenir el contagio sintomático en niños de cinco a 11 años, según detalles de un estudio de la empresa dados a conocer el viernes, en momentos en que el gobierno estadounidense determina si incluye a ese grupo etario en la campaña de vacunación.
La vacunación podría comenzar a principios de noviembre y los primeros niños en la fila estarían totalmente protegidos para Navidad si los reguladores le dan la luz verde.
Los detalles del estudio de Pfizer fueron publicados en línea. Se espera que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) publique en las próximas horas su evaluación independiente de la seguridad y efectividad de la vacuna.
Los asesores de la FDA debatirán públicamente las pruebas la semana próxima. Si autorizan las vacunas, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) tendrán la última palabra sobre quién debe recibirlas.
Las vacunas de Pfizer de máxima fuerza ya están autorizadas para personas mayores de 12 años, pero los pediatras y muchos padres aguardan ansiosos la inmunización de niños menores de esa edad para prevenir contagios de la agresiva variante delta y permitir que los niños vayan a la escuela.
Más de 25.000 pediatras y proveedores de atención primaria ya se han enrolado para introducir las inyecciones en los brazos pequeños.
El gobierno del presidente Joe Biden ha adquirido suficientes dosis pediátricas —en frascos especiales de tapa color naranja para distinguirlas de la vacuna adulta— para los aproximadamente 28 millones de niños de cinco a 11 años que hay en Estados Unidos. Si se aprueba la vacuna, se enviarán inmediatamente 11 millones de dosis a todo el país, junto con agujas del tamaño correspondiente.
Un estudio de Pfizer incluyó a 2.268 chicos de esas edades que recibieron dos dosis con tres semanas de diferencia, se tratara de un placebo o de la vacuna. Cada dosis era un tercio de la cantidad inoculada en adolescentes y adultos.
Los investigadores calcularon que la vacuna de dosis baja era casi 91% de efectividad sobre la base de 16 casos de COVID-19 en niños inoculados con el placebo comparado con tres casos en los vacunados. Ninguno de los niños sufrió una enfermedad grave, pero los vacunados exhibieron síntomas mucho más leves que los no vacunados.
Además, los niveles de anticuerpos desarrollados en los niños que recibieron las dosis bajas fueron tan altos como en los adolescentes y adultos que recibieron la vacuna regular.