» De Frente
MIGUEL ÁNGEL | MATA MATA
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1.
El jueves, tres de febrero, por la mañana, colérico, arrebató la pancarta de protesta a un enfermero del ISSSTE. Lo pendejeó.
Jaime, el hermano del diputado local de Acapulco, Jacko Badillo, en su veloz huida pendejeó también a los mirones agentes de tránsito que nada podían hacer para disolver una protesta en la costera Miguel Alemán.
— “¡Pendejos!”, les gritó.
¿Pendejos?
Según el diccionario, pendejo es el pelo que nace en el pubis y en las ingles. Al menos dos veces al día, ese pelo es ensuciado por desechos humanos. No sirve para maldita cosa; están en oscuro, húmedo y escondido lugar; no lo puedes ver, pero, por favor, ¡que no te lo arranquen!
Su hermano, el diputado Jacko, concluyó con éste lapsus al proponer, en el Congreso local de Guerrero, a nombre de MORENA, reglamentar todas las protestas.
Para calmar el dolor de su hermanito, y para lograr ello, habría que modificar la Constitución General de la República, en sus artículos sexto y séptimo, donde se consagra la libertad de expresión de todos los mexicanos.
— ¿De quién ha sido el lapsus? ¿Quién el pendejus?
2.
El 28 de enero fue la primera vez. Guardias nacionales y policías estatales impidieron que estudiantes de la escuela normal Rural, Rafael Isidro Burgos, de Ayotzinapa, tomasen las casetas de peaje en la Autopista del Sol.
Jugosa costumbre que les redituaba, según investigaciones periodísticas, alrededor de dos millones de pesos al mes, al tomar las casetas cada fin de semana.
El gobierno de Guerrero dio a conocer que las casetas de peaje serían blindadas, como una manera de brindar seguridad a turistas y residentes.
El aplauso de empresarios y trabajadores del sector turismo de, sobre todo, el puerto de Acapulco, dieron inédito voto de confianza a la gobernadora, Evelyn Salgado Pineda.
Alguien tuiteó por ahí que con Ángel Aguirre esas prácticas se multiplicaron y que ni Rogelio Ortega o Héctor Astudillo lograron testificar lo que la joven gobernadora: blindar las casetas de peaje.
— Testificar tiene su etimología latina en testes o testículos, según el derecho romano, por si alguien se siente aludido o sufre un lapsus que lo lleve a la inhóspita región del pendejus.
3.
Volvieron, con refuerzos, el cuatro de febrero. En camiones de pasajeros que han robado, embozados, dijeron ser estudiantes, hallaron a cientos de guardias nacionales y policías estatales resguardando las casetas.
Comenzó la agresión: cohetones, piedras, palos, empujones y patadas a los policías quienes, en inédita acción, no respondieron la agresión y contuvieron a los supuestos jóvenes estudiantes.
El reporte oficial dice que al menos 17 uniformados sufrieron heridas como contusiones, torceduras y una fractura.
— Inédita inteligencia aplicada para desarmar, ante los ojos de la opinión pública, a agresores que acostumbran vestirse con perversa retórica de víctimas.
— Hoy quedaron como auténticos habitantes de esa húmeda y oscura región, hábitat de los pendejos.
4.
Ellos se enojaron.
Nunca antes les habían negado acompañar a su derecho constitucional de manifestación con el robo del pago de peaje que deja millones y millones y muchas cejas levantadas con la sospecha de que desde los anteriores gobiernos se les cubría con la capa de complicidad para un reparto de millonario botín.
Bajaron al chofer de un tráiler que pusieron en marcha. La velocidad quedó en punto muerto. Amarraron el volante y dejaron que toneladas de fierro se deslizaran en contra de las vallas de guardias nacionales y policías estatales convertidos en toreros a la hora de esquivar el arma mortal.
Todos lo vimos. Ellos perdieron la oportunidad de convertirse en víctimas agredidas al hacer uso de su derecho constitucional a manifestarse. Tonta maniobra que, según el diccionario puede traducirse como una pendejada.
— ¿De quién fue el Lapsus? ¿De quién el pendejus?
5.
La gobernadora, Evelyn Salgado, sostuvo su postura de blindar las casetas y ofreció dialogar con los estudiantes.
El presidente de México dijo que, “si lo que les falta (a los ayotzinapos) es dinero, ¡ahí están las becas!”. Lanzó la sospecha:
— Tenemos información de que, aunque ellos no lo sepan, pero están infiltrados por el crimen organizado”.
Ellos ofrecieron ruedas de prensa donde se dijeron víctimas. Que los policías los agredieron y ellos solo se defendieron, pero, ya nadie les cree.
Hay vellos púbicos que crecen en la ingle. Algunos son chiquitos. Otros son grandototes. Los de éstos jóvenes se deslizaron… de más.
6.
Alguien hubo que, como al joven ex presidente de Coparmex, se le atravesó un púbico vello, de esos que crecen en las ingles, son ensuciados al menos dos veces al día; crecen en húmedo y oscuro lugar; no los puedes ver, pero, por favor, ¡que no te los arranquen!
— “A nadie se puede acusar. El tráiler se manejaba solo”, sentenció con angelical postura que olvida que también el Diablo fue ángel.
— ¿Fue un Lapsus? ¿Fue un pendejus?
7.
Aunque la definición de pendejo, según la Real Academia Española es la de un pelo que crece en las ingles y coloquialmente es una persona tonta, el Colegio de México, en su diccionario del idioma español en México, lo define así:
a) Que es tonto en extremo, que resulta despreciable: “No seas hablador, pendejo, fíjate en lo que dices”, “Uno no se pasa la vida estudiando, para que venga cualquier pendejo a quererle enseñar su oficio”, “De pendejo me meto a esa cueva”, “¡Ya cállese, vieja pendeja!”
b) Hacerse pendejo, Hacerse tonto, disimular o eludir la responsabilidad: “Todos estamos en el pedo, no se hagan pendejos”
c) A lo pendejo, a lo tonto, sin prever ni calcular los efectos: “No puedes salir a la calle a lo pendejo, a que te asalten”
8.
Lapsus, en latín, significa deslizamiento, movimiento rápido, caída, tropiezo, error, se formó a partir de labi: resbalar, tropezar, caer.
Pendejus es… ahora ya lo sabemos.