Tercera Vía
ERNESTO | RIVERA RODRÍGUEZ
) Facebook @Ernesto Rivera
Una vez más el presidente Andrés Manuel López Obrador en la montaña de Guerrero se dio un baño de pueblo, pueblo que lo sigue abrazando a la par que le hace saber sus múltiples demandas de aislamiento ancestral y sobre el terreno sólido de la construcción de los caminos artesanales, orgullo de sus cansadas pero orgullosas manos al lado de su gobernadora Evelyn Cesia Salgado Pineda que sin dudarlo recibió una fuerte bocanada de aire fresco, políticamente hablando.
A dos meses y días de cumplir Cuatro años de gobierno el presidente se mostró orgulloso al expresar que Guerrero es la punta de lanza de la Transformación que se lleva a cabo en México, punta de lanza electoral debió haber dicho después de su derrota de la consulta de revocación de mandato y sin ponerles el alto a sus «corcholatas» que andan desatadas. Trajo linea política y derroche de recursos para obras, pero en ningún momento habló públicamente de la inseguridad que azota al país, como quedó claro ante los corresponsales nacionales, que ya dentro de su vehículo les contestó que No estaba en la mañanera, al escuchar la pregunta sobre el asesinato de los dos jesuitas en Chihuahua.
Sin escatimar sonrisas y entusiasmo por su visita y atención personal que le brinda, la gobernadora Evelyn Cesia, para mandar el mensaje requerido a todos aquellos tirios y troyanos que han puesto en duda su autoridad y jerarquía como gobernadora, enfatizó ante el primer ejecutivo del país, en el cambio real que se esta realizando en la montaña de Guerrero, zona de alta marginación del país, sosteniendo ahí en Tlapa de Comonfort, región en la cual se construirá un Teletón que viene a dar un empuje serio a la reconstrucción del tejido social y prioritariamente al familiar, al ser una región de alta movilidad de campesinos hacia el extranjero por ancestral marginación, agradeciéndole que son más de un millón doscientos mil guerrerenses los que reciben algún tipo de apoyo de los programas Bienestar en la entidad.
Un fin de semana en Guerrero, tensión en la clase política y en todos aquellos que buscan llevar agua a su molino, saludos, selfies, léase Yoloczin, acercamientos en los saludos al pueblo, atestiguar de primera mano el avance de los programas y proyectos de infraestructura, como la entrega de la Primera Etapa del Libramiento Poniente de Acapulco que permitirá mayor conectividad con la Costa Grande. Qué no le cuenten, él lo quiere palpar, sentir, ver, atestiguar el avance de los compromiso ante con quién cada día es una autoridad que se la está jugando y ganando a pulso como gobernadora, y lo conjugó de manera sutil y firme al solidarizarse, darle el envión moral y político como primera ejecutiva del estado a la alcaldesa de Acapulco ante el llamado -suponemos» en corto del presidente a «que se ponga las pilas y se dedique a trabajar», y que ella debió haber sentido como que la tierra se le abría bajo sus pies.