Tercera Vía
ERNESTO | RIVERA RODRÍGUEZ
) Facebook @Ernesto Rivera
Demagogia, retórica, fisicoculturismo indígena oral, es lo que representa el pueblo para Abelina López Rodríguez, más conocida como «Mamalina», para quien la 4t, es parte de su estrato político morenista de la cotidianidad, donde las imágenes son innegables, en contra de sus propios hermanos indígenas como ella, de origen zapoteco, de la región de Pochutla, Oaxaca, hoy como alcaldesa de Acapulco, Abelina López Rodríguez, los desconoce los humilla, protegiendo intereses oscuros y privilegiando sus ambiciones políticas, bien expresó alguien, usa su doctorado en gestoría.
Las imágenes de su director de Via Pública, Raúl Ceballos Carvajal observando y ayudando a sus inspectores a levantar el carrito de madera de un indígena que ofrece su producto como su modo humilde de ganarse la vida ofreciendo raspados a los transeúntes por las banquetas aledañas del Parque Papagayo, es críticamente humillante y ultrajante.
Raúl Ceballos es su funcionario más maniobrable, faldero, (Ernesto González, Director de Reglamentos y Espectáculos no canta mal el mismo tono), a quien no le importa lastimar a sus semejantes, el cumple y aplaude al llevar a cabo sus tareas, ha y públicamente, si «aplaude» la labor de su jefa.
Por qué hace esto Mamalina, en contra, de sus congéneres, y permite invadir con todo tipo de mercancías el Zócalo porteño, también por indígenas convertido en un mercado y muladar. Y no se diga el resto de las banquetas del primer cuadro de la ciudad, desconociendo en su totalidad el Triangulo de Movilidad, que delimita la importancia esencial del «peatón». En lugar de corregir, de buscar alternativas, en una ciudad dónde escuchamos hasta el hartazgo, que No tenemos industrias ni maquiladoras, sólo Turismo, la industria sin chimeneas, como es lo mismo el ambulantaje. Pero es obvio que para Mamalina su ignorancia sobre ello es supina.
Mamalina sigue usando el factor de «gestora» según ella a su favor, al fin dictirada en gestoría, sin darse cuenta que está cabando su propio desastre político, al utilizar esos recursos que como oposición desde las calles que le dieron la empatía y fuerza política con la gente más humilde que hoy en el gobierno agrede, humilla, pisotea, por haber vendido su «alma al diablo».
MAMALINA debe recordar que No es lo mismo, borracho que cantinero.