Fue la mañana del viernes 12 de agosto, a eso de las 11:43 horas, sobre la banqueta del Vips de la Plaza Acapulco. Daniel caminaba lento, pero a prisa –según su ritmo– para llegar al parque Papagayo, donde se entregaban las pólizas de seguro a los periodistas de la Región Acapulco.
Lloroso y con los labios temblorosos y sedientos de agua, mientras cojeaba de un pie al caminar en círculos, de izquierda a derecha, Daniel inició una especie de monólogo.
«Estoy triste porque mi hermano Frank está muy enfermo; no tenemos dinero ni comida, yo tengo diabetes, mi hermano también. Ya sufrí un infarto y ni los Escalona, a quienes servimos muchos años en tiempos buenos y malos en sus restaurantes de la Condesa, nos han querido tender la mano. Frank y yo estamos muy agradecidos con la ayuda y apoyos suyos, señor Blanco, igual que de Cotino y de Marino, pero enfermo casi no puedo hacer mucho, me canso rápido, y luego no tengo quién me cuide a mi hermano, por eso casi no salgo a los eventos. ¡Ayúdeme a reinstalarme en el FAP! Me sacaron porque dicen que no soy periodista, cuando les llevé todos mis trabajados de diversos medios donde colaboré, incluso con usted y Acapulco Press, pero me echaron tierra que no soy periodista. ¡Yo jamás he dicho que soy periodista, sino fotógrafo de prensa! Y mis trabajos están por todas partes. ¡Ayúdeme a decirle a Ferrer a que revisen mi caso. Me voy a morir y no quiero dejar a mi hermano desamparado. Él ya perdió la razón, de noche no puede dormir, grita, llora, se revuelca, de los dolores de cabeza y úlceras por falta de comida; sus medicinas son caras, se halla postrado a la cama o en una silla; no tengo para sus medicinas, las despensas que usted nos dio ya se nos acabaron. Antes lo sacaba a relajarse a la calle, pero su silla de ruedas se nos rompió por el uso. Le pedimos una silla de ruedas al regidor del PRI que ahora es del MC, Genaro Vázquez, pero el hijo de la chingada nunca nos apoyó; ese regidor nomás dice que apoya al pueblo pero es chisme, apoya a quienes se prestan a hacerle el ‘caldo gordo’. ¿Me puede prestar 20 pesos para mi camión? Voy al parque Papagayo a ver a Ferrer para que revise mi caso porque me dejaron fuera. El SNRP me retiró su apoyo; Ernesto ya ni me pela, ¡pero bien que me usó para llegar de dirigente! Prefirió quedarse con sus ‘lacrositos’ que ayudarme. Yo que usted ni buscaría regresar al SNRP. Allí hablan muy mal de usted hasta sus amigos; ahorita lo buscan porque Ernesto está solo y quiere gente, pero una vez que lo use, como a mi, lo va a mandar a la chingada, ya verá. Pero, oiga, ¡en serio ayúdeme con Ferrer! Estoy muy enfermo, quiero regresar al FAP, necesito atención médica y mi hermano Frank también. Usted sabe que yo con mucho sacrificio hice mi propia revista «Guerrero es un sol» y colaboraba como fotógrafo de varios medios. Me parece injusto que varios que no son ni periodistas el SNRP los haya respaldado para que los palomearan en el FAP. Del SNRP entraron como 10 y hasta la hija de un abogado que ni periodista es y hasta un contador que nadie sabe para quien trabaja pero se coló en la lista que presentó el SNRP y se quedaron. ¡Uno de esos se ha de haber quedado con mi lugar! Y así como ese abogado de apellido Chavarría y el contador de apellido Hernández hay muchos otros que no escriben, no toman fotos, ni andan en los eventos, pero fueron aceptados. ¡Chingo de gente que no es periodista ni siquiera les revisaron sus documentos! Empleados federales, municipales del ayuntamiento, ya sindicalizados, y estatales, están en el FAP. ¡Ayúdeme con Ferrer a que me revise mi caso! Es lo único que pido, ayuda para que reconsideren mi caso».
Daniel y su hermano Francisco Alfonso Camacho Martínez fueron sobresalientes fotógrafos del restaurante Paradise y luego ingresaron al periodismo como colaboradores estelares de las fuentes de Turismo y Espectáculos de los diarios Última Hora y Diario del Pacífico, en los años 90, y finalmente colaboraron con Acapulco Press hace más de dos años, pero la enfermedad mermó sus actividades de prensa. Los directores de los diarios que dan testimonio de sus trabajos gráficos fueron Ernesto y Arturo Caballero Vela, destacados periodistas de la época de los 80/90, padre y tío, respectivamente de Ernesto Eduardo Caballero Zamora, secretario general de la Delegación XXV del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP) desde 2019 a la fecha.
Nunca supimos qué le dijo Sergio Ferrer, director de Atención a Periodistas del Gobierno del Estado, ni qué solución le dieron en el FAP. Lo cierto es que hoy nos enteraron que Daniel Camacho había fallecido… solo, enfermo, hambriento y preocupado por la salud de su hermano mayor. Murió justo antes de que una comitiva de periodistas entregaría un petición especial –la próxima semana– a la Gobernadora Evelyn Salgado, para ver si se podía hacer una excepción especial para solidarizarse con los hermanos Camacho, a través del FAP.
Ojalá se puede hacer algo aún… sobre todos cuando algunos espacios del FAP siguen acaparados por personas ajenas al periodismo y reciben los beneficios que este debiera otorgar exclusivamente a quienes ejercen y viven de la actividad periodística, como marcan la Ley 463 para el Bienestar de los Periodistas y el Reglamento que norma los requisitos y beneficios de los miembros del Fondo de Apoyo a Periodistas (FAP) .
¡Descanse en paz Daniel Cristóbal Camacho Martínez!
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