* En el «Día de la Mujer Mexicana», Alejandra solo exige justicia
* Su agresor, ex funcionario del IEPC, huyó y reincidió en Estados Unidos
* “Mi miedo se volvió fuerza, estoy viva y no sé hasta cuándo”, dijo, entre lágrimas
» Ignacio | Hernández Meneses
) Acapulco Press
El acceso a la justicia, no existe en México, así, Alejandra Mateos, resume su vía crucis por los tribunales del Poder Judicial de la Federación en Acapulco.
A pesar de la adversidad, mantiene firme su denuncia penal por feminicidio en grado de tentativa contra su agresor, Víctor Manuel Enríquez Lezama, ex funcionario de la Contraloría del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Estado de Guerrero (IEPC).
En conferencia de prensa realizada en el acceso del Tribunal Colegiado en Materia Penal del Vigésimo Primer Circuito de Acapulco, Alejandra cuestionó severamente al juez Edgardo Mendoza Falcón, por incurrir en violación a su derecho a la seguridad jurídica, dejando a su agresor en libertad.
Narró que en febrero de 2020, la jueza Tanya Alfaro Zapata emitió una sentencia histórica en violencia de género declarando culpable a Víctor Manuel Enriquez Lezama, un feminicida en potencia, la sentencia fue ratificada y el agresor se amparó.
Con lágrimas, visiblemente preocupada, Alejandra Mateos, manifestó que cuando inició el trámite de amparo, su agresor aprovechó y huyó a Estados Unidos, y allá reincidió, al intentar asesinar a otra mujer, según publicó la prensa norteamericana.
Hoy 15 de febrero, Día de la Mujer Mexicana, exige al sistema de justicia, que su caso no quede en la impunidad.
“Mi peregrinar en exigencia de que se me haga justicia, ha sido muy largo, desgastante y pareciera que es limosnero, denigrante, doloroso, vil, porque me hacen revivir una y otra vez lo que Víctor Manuel me hizo en abril del 2018”, enfatizó.
Personal del Poder Judicial intentó persuadirla a que pasara a las oficinas de atención ciudadana para ser atendida y desistiera de la rueda de prensa. Ella, les dijo que sí, pero que luego del encuentro con los reporteros. Al final, se fue con el personal de seguridad pero le advirtieron que no podían llevar a la prensa ni podía grabar nada de nada adentro.
Alejandra Mateos, con pancartas en mano junto con las copias certificadas de su expediente, demanda justicia, y con firmeza manifestó: ¡“Mi miedo se volvió fuerza, exijo justicia, porque hoy estoy viva y… no se hasta cuando!”.
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