CHILPANCINGO * 10 de julio de 2023.
) Acapulco Press
Mientras el clamor es cada vez más extenso por la ingobernabilidad, la frivolidad oficial, la carencia de servicios básicos y las marejadas de la violencia que se recrudece en Chilpancingo, capital de Guerrero, la alcaldesa de este municipio, Norma Otilia Hernández Martínez, manifiesta no tener preocupación alguna por las investigaciones de la FGR, como tampoco intenciones de renunciar porque lo que hizo, reunirse con un capo, no fue «tan malo».
Y sobre el video donde aparece congregada con el capo identificado como Celso Ortega Jiménez, alias el ‘Ardillo Mayor’, aseguró entre fatuidad y cinismo que «diálogo no es pacto» y que las imágenes y videos que circulan en redes sociales donde se le mira con el cabecilla del grupo criminal denominado «Los Ardillos» fue un encuentro «fortuito», es decir, ‘inesperado’, casual, por lo que no dudó en subrayar que «fuerzas oscura y perversas» están detrás de la inestabilidad de su gobierno.
Lo curioso es que el video fuer ‘filtrado’ luego de el 23 de junio pasado fueran dejado los cuerpos de siete personas con mensajes exclusivamente para la alcaldesa y el síndico procurador de su gobierno: “Saludos Presidenta Norma Otilia, sigo esperando el segundo desayundo que me prometiste después de venirme a buscar (sic)”, decía la cartulina desplegada para ella.
El clima de violencia que se vive en Chilpancingo no es nuevo, pero desde el inicio del gobierno de Norma Otilia Hernández este grupo ha mantenido su disputa por la plaza con el grupo rival de ‘Los Rojo’, quien según informe de The International Crisis Group en 2020 sobre la violencia en Guerrero, en uno de los 40 grupos criminales que se disputan el territorio en la entidad. En la capital del Estado ‘Los Ardillos’ son las más predominantes.
u centro de operaciones se ubica en los municipios de Chilapa y de Joaquín Herrera. Desde su orígenes se han dedicado al secuestro y la extorsión. Con el paso del tiempo incursionaron en actividades del narcotráfico en la región de La Montaña en Guerrero.
Entre sus fundadores se encuentra Celso Ortega Rosas, alias ‘La Ardilla’, un expolicía rural que se dedicó a la siembra de amapola en Quechultenango. Dicho individuo fue detenido en el 2008 por el asesinato de un par de agentes de la extinta Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SEIDO). Tras su liberación en el 2011, ‘La Ardilla’ fue liberado y con ello logró regresar a Quechultenango, donde juntos a sus siete hijos, entre los que se encuentran Celso e Iván Ortega Jiménez, quienes encabezaron el grupo criminal tras la muerte de su padre ese mismo año.
A raíz de entonces, se fueron apropiando del terreno a grado que se volvieron casi intocables, lo que obligó a que el Gobierno de la capital del Estado decidiera no confrontarlo. Según el exfiscal general Jorge Zuriel de los Santos, ‘Los Ardillos’ están identificados como como probables responsables de los hechos de violencia que azoran Chilpancingo.
La debilidad y apatía que ha mostrado Norma Otilia Hernández como alcaldesa de Chilpancingo han sido bien capitalizadas por los grupos criminales que escenifican sus batallas a todas horas del día sin que ninguna autoridad policial municipal o federal se inmute e intervenga para frenar las oleada de delitos y homicidios cometidos en la «Ciudad de Las Pachangas», como se conoce al Chilpancingo de Norma Otilia, quien desde que juró defender y velar por el bienestar de los chilpancinguenses ha hecho todo lo contrario.
La falta de servicios tan vitales como el agua potable y la recolección de basura, entre otras cosas, han servido para que el crimen organizado azuce a la población a manifestarse, acciones que aprovechan para demandar diálogos y pactos que Norma Otilia llama encuentros ‘fortuitos’ y solo diálogos.
Los comentarios en las redes sociales de parte de enardecidos ciudadanos no dejan lugar a sospechas ni mentiras. Las ‘fuerzas oscuras y perversas’ que inestabilizan el gobierno de Norma Otilia no son más que incapacidad, su apatía, su irresponsabilidad y su habitual hábito por las ‘pachangas’, por eventos sociales con los que da ‘pan y circo’ a sus gobernados, como bien dice el líder estatal del PRI, Alejandro Bravo Abarca, que se sumó recientemente al llamado ciudadano a la alcaldesa para que se deje de frivolidades, de ‘pan y circo’ y se ponga a trabajar para que cesen las revueltas sociales que capitaliza el crimen organizado para fortalecer su presencia en Chilpancingo.
Bravo Abarca recordó que en 2021 los chilpancinguenses votaron por un gobierno que prometió mejoras y cambios positivos, pero “a la fecha no hay resultados palpables, y sólo hemos atestiguado que destacan la frivolidad y el desinterés”.
] Síguenos en Facebook.com/acapulcopress