No. Ya no se ve, ya no se siente… ni el respaldo del Presidente de la República ni de Morena.
La alcaldesa Abelina López Rodríguez y su insultante soberbia se han estrellado con una realidad inevitable: «Se ha quedado sola», solo con sus focas aplaudiendo por inercia o para desquitar el pago y sus sueños húmedos de reelección.
Abelina López no fue invitada hoy ni a la conferencia matutina ni a la reunión de gabinete de seguridad que sostuvo Andrés Manuel López Obrador en Acapulco… donde tampoco le informaron de su visita al puerto, como antes, cuando era la primera en anuncias la visita de su amado presidente.
Días antes, la alcaldesa de Acapulco tampoco fue invitada al encuentro de «mujeres líderes del Estado», presidida por Mario Delgado Carrillo, líder nacional de Morena.
¿Ya no existe su «territorio Acapulco»?
Siendo la verdadera «conocedora de los problemas de Acapulco», (lo cual no se ha visto en los casi tres años de su mandato); siendo la única que cuenta con las firmas del presidente para proyectos importantes; siendo la única que cuenta con el respaldo del presidente López Obrador para combatir la inseguridad en Acapulco, como aseguró su gallo presidencial, Marcelo Ebrard, ¿por qué es cada vez más invisible para el Presidente de la República y hasta para el dirigente nacional de su propio partido, Morena?
Todo lo anterior son malos augurios políticos para la alcaldesa de Acapulco… no solo malos, sino muy malos.
Si ya no ‘existe’ ni para el presidente nacional de su partido, mucho menos figura en la agenda del Presidente de México, por dignidad, la soberbia alcaldesa acapulqueña debería irse olvidando de su reelección bajo las siglas de Morena y buscar otras opciones políticas… o preparar maletas para la cárcel, porque su nuevo enemigo, Ramiro Solorio Almazán, le tiene todo preparado para denunciarla penalmente y llevarla a juicio con todo y acalorada soberbia y sueños de reelección.
En suma, ¿cavó ya la alcaldesa de Acapulco su tumba política?
«Lo que se ve no se juzga».