¿Tanta faramalla, circo, maroma y derroche de dinero para declarar a Claudia Sheinbaum como candidata oficial del partido en el poder, cuando desde el principio del fraudulento proceso interno ya estaba ‘palomeada’ por el ‘dedito’ de AMLO como la elegida para contender por la Presidencia de la República en 2024? ¿Qué gana el presidente Andrés Manuel López Obrador con dividir a su partido, ahora que más fuerte debe llegar al proceso electoral del próximo año, confrontando a los morenistas que salen más fracturados que fortalecidos del proceso que el mismo Marcelo Ebrard estaba consciente de que solo era un montaje de ‘democracia cuatrista’? La elección de Claudia ni fue sorpresa, ni novedad, ni primicia noticiosa. Solamente se oficializó lo que la candidatada del Frente Amplio por México (FAM), Xóchitl Gálvez Ruiz, había augurado: «Que la disputa por la Presidencia de México 2024 sería entre Claudia y ella». ¡Ahora solo falta que Marcelo le aseste otro golpe mortal a Morena ‘desertando’ hacia Movimiento Ciudadano, donde de ser candidato externo de ese partido complicaría aún más la situación para Sheinbaum, quien contendería contra dos aspirantes más fuertes y mucho más populares que ella. Si Morena no la tuvo fácil en el Estado de México, donde ganó la elección el pasado 4 de junio, gracias a la suma de votos de sus aliados PT y PVEM, ¡la presidencia de México 2024 no será nada fácil! Y de ello, AMLO está consciente.