PARIS, Fra. * 30 de Julio 2024.
) Olympics.com
Prisca Awiti hizo historia para el deporte de México en los Juegos Olímpicos de París 2024 al convertirse en la primera atleta de esta nación en ganar una medalla olímpica en judo. Lo hizo al alzarse con la plata en la categoría de -63 kg y representando a la nación que dio refugio a sus sueños.
Esta presea no fue solo una nueva página entre los grandes momentos deportivos de México, sino la demostración para sí misma de que ella es quien conduce su propia historia.
De madre mexicana y padre keniata, Awiti nació en Londres en 1996 y empezó en el judo siguiendo los pasos de su hermano mayor, Philip Awiti Alcaraz, quien llegó a ser dos veces campeón británico.
Sin embargo, el camino de Prisca en el judo de Gran Bretaña no fue sencillo.
«Mi categoría de peso en Gran Bretaña era muy competitiva. Era muy estresante que cuatro chicas lucháramos por una plaza. Así que estuve a punto de abandonar», contó para JudoInside en una entrevista.
Dos lesiones duras parecían secundar la idea del retiro.
Fue entonces cuando su entrenador le propuso representar a México, a sus raíces. Y entonces, las alas de Awiti se expandieron.
Vive y entrena en esta nación desde 2019 y ahora es subcampeona olímpica.
¿Qué le diría ahora a la joven Prisca que pensó en alejarse del judo y retirarse?
«Lo logramos. Valió la pena. Creo que podemos hacer los sueños reales si trabajamos duro. Estoy orgullosa de dónde estamos», reconoció en exclusiva para Olympics.com tras alzase con la plata de París 2024.
México, el refugio de los sueños de Prisca Awiti
En un primer momento le costó digerir la plata al caer en la final disputada en Champs de Mars. Incluso digerir en sí la final.
Sus nervios determinaron la posición en el podio, según continuó contando para Olympics.com: «Creo que la presión de la final me llegó un poco. Aunque todo el día me sentí bien, no logré mantener mantener el punto y al final, aunque estaba enfocada al oro, gané la plata olímpica».
Aunque después del combate definitivo se mostró ciertamente cabizbaja, en la entrega de medallas su sonrisa lo decía todo. Todavía sin entender la magnitud de lo logrado, pero sí: así es cómo se sonríe al haber hecho historia. Con una sonrisa profunda.
«Me llena de orgullo. No me lo creo ahorita, todavía creo que tal vez en unos días ya como que me voy a sentar y me voy a enterar. Pero sí, la verdad que siento mucho orgullo, y muchos sentimientos encontrados: felicidad por la medalla, tristeza por la final», remarcó antes de mandar un último mensaje a la nación gracias a la cual siguió soñando.
México fue el refugio de sus sueños y su última oportunidad con el judo.
Por ello se dirigió a los mexicanos: «Muchísimas gracias por apoyarme en todo momento y este medalla es tanto de ustedes como mía».
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