En la entrega anterior quedaron algunos aspectos relevantes en el tintero, referente a los ejemplares y titánicos esfuerzos de las madres buscadoras de sus hijos e hijas desaparecidos, en terrenos inhóspitos donde han puesto en riesgo sus propias vidas y algunas, siendo asesinadas vilmente, en esa incesante búsqueda palmo a palmo, en los confines de la geografía nacional.
Las madres buscadoras guerrerenses han subido a intrincados cerros de diferentes municipios, con hallazgos mortales de personas muy pocas identificadas, que yacen en las morgues oficiales, sin que decaiga el ánimo en ningún momento, hasta encontrar a sus seres queridos de una u otra forma,
La organización civil “Los Otros Desaparecidos”, han encontrado 250 cuerpos de fosas clandestinas de Iguala, de los cuales 64 han sido identificados y entregados a sus familiares. Así también en El Veladero y El Encinal, en Acapulco.
En la ciudad de Iguala se han tomado muestras de saliva a todos los familiares que tienen algún desaparecido o con un perfil genético incompleto, a fin de corroborar la identidad de los hallazgos localizados.
La cifra de personas desaparecidas en el estado de Guerrero, hasta el 2023, asciende a 4 mil 136, de los cuales 3 mil 405 son hombres y 714 mujeres.
En Acapulco, mil 237; Chilpancingo, 534; Iguala 467 y Chilapa 273, víctimas que fueron sustraídas y desaparecidas sin que se conozcan indicios de su ubicación, aunque en algunos casos se tiene conocimiento de la forma que fueron capturadas por bandas criminales.
Las abnegadas madres buscadoras han publicado las fotografías por todos los medios a sus alcances, sin tener respuestas de las autoridades, pues la Fiscalía General del Estado, nunca informa de avances de las supuestas investigaciones, sin ofrecer resultados coherentes y satisfactorios a los familiares, ansiosas de conocer el destino de sus seres queridos.
En los meses recientes, cuando existe la desaparición de una persona, sus familias se avocan inmediatamente al bloqueo de carreteras y avenidas para exigir su pronta localización, con resultados inmediatos por parte de las autoridades estatales, porque cuando se deja transcurrir mayor tiempo, resultan imposibles de localizar.
El ejemplo extremo fue la desaparición de los jóvenes estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, por el cártel “Guerreros Unidos” de Iguala, donde lograron rescatar con vida a más de 60 estudiantes, porque se procedió a la búsqueda la noche de 26 de septiembre y al día siguiente, por orden del gobernador Ángel Aguirre Rivero, sino la pérdida de estudiantes fuera una cifra mayor.
Las ejemplares madres buscadoras merecen no tan solo el mejor de los reconocimientos, sino también el homenaje por esa extraordinaria y abnegada labor que merece todo el respeto y la admiración de la sociedad guerrerense y mexicana.
Marea Baja.- Desde que el famoso “Toro sin Cerca”, el senador Félix Salgado Macedonio, realizó los destapes prematures a la gubernatura del estado, hay quienes se la creyeron en serio y echaron toda la carne al asador para promoverse de manera abierta y descarada.
Uno de ellos es el imberbe diputado reelecto por la vía plurinominal y presidente de MORENA, Jacinto González Varona, a quien sus huestes arengaron: ¡Gobernador!, ¡Gobernador!, durante la presentación de su tercer Informe como diputado local, en la colonia Galeana, de la capital del estado.
Marea Alta.- Prácticamente quedan dos aspirantes a la Junta de Coordinación Política (JUCOPO), del Congreso del Estado, la actual coordinadora Citlali Calixto y Jesús Urióstegui, en virtud de que el dirigente estatal de MORENA , Jacinto González Varona, se autodescartó y dejó el paso libre a los dos más fuertes aspirantes felixistas.
El celebérrimo Pablo Amilcar Sandoval Ballesteros, considera erróneamente que por el hecho de haberle regalado el TRIFE, la diputación local plurinominal de la séptima posición, podría ser designado por la mayoría morenista como coordinador de la JUCOPO, está rotundamente equivocado. Sus épocas de gloria ya pasaron, aunque arguya tener “mayor experiencia”, lo cual es un disparate.
Maremoto.- El sainete provocado por los escoltas de los alcaldes en funciones y electo de Iguala, David Gama y Erik Catalán, no fue más que un incidente intrascendente al calor de la pasión política del momento, entre los ediles saliente y entrante.
Como nunca falta un negrito en el arroz, los agentes de seguridad también se apasionan, en el cumplimiento de su deber, y hacen cada espectáculo que merecen los mejores espacios en la nota roja.
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