Ángel Miguel Blanco
massiosare@msn.com
No se apasionen ni se estresen: «No existen leyes perfectas», en caso contrario existirían los «políticos perfectos» y no habría que quejarnos de sus mentiras ni sus actos de corrupción.
En cada una de las leyes existen lagunas y mientras no se corrijan seguiremos quejándonos en vano de nuestros gobernantes, porque ellos están a gustos así, con leyes imperfectas y gobernados sumisos e ignorantes de sus derechos.
Cuando la sociedad despierte, se culturice y conozca sus derechos, posiblemente vayamos extinguiendo esa plaga llamada «corrupción» y a sus propagadores. Mientras tanto, hay que ser congruentes y no exigir lo que aún es imposible mientras no haya leyes perfectas que nos permitan un «mundo ideal» libre de patrañas, nepotismo, corrupción, promesas sin escrúpulos e, inclusive, ‘gasolinazos’.
Elijamos bien, en lo sucesivo, y en la medida que sea posible, a nuestros legisladores y gobernantes, pero seamos congruentes y vigilantes pero sin perder de vista que de todo lo malo que ellos hagan tendremos parte de culpa, no tanto por haberlos elegido a la ligera, sino por dejarnos llevar por las pasiones políticas y no saber defendernos más que a gritos e insultos a través de las redes sociales, cobardemente, sin el valor de afrontarlos cara cara, como tenemos derecho, según nuestra Carta Magna. No olvidemos que cuando asumen el poder ellos mismos, nuestros gobernantes, están conscientes que si en algo falla «el pueblo (se los) demande».
¿Acaso no tenemos su consentimiento anticipado?
¡Tomémosles la palabra! «Jesús verbo, no sustantivo».
P.D. Si te interesa, sigue el vinculo hacia el contenido ya adicionado o actualizado de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Si eres de los que gritas y no se te escucha, tómate tu tiempo, deja la pereza viendo las telenovelas o el ‘feis’ y estudia, luego decide qué causa defender, pero sin insultos, que «lo cortés no quita lo valiente» y con decencia «se caen solas hasta las minifaldas»: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/htm/1.htm