Ezequiel Flores Contreras
] CHILPANCINGO, Gro. * 29 de junio de 2017.
Apro
A casi un año de que el gobernador Héctor Astudillo Flores afirmó que el puerto de Acapulco es un lugar seguro porque los asesinados “no son turistas, ni personas famosas”, ahora reconoció que la ola de violencia es un tema delicado porque se rompió el esquema de que se trataba de “una lucha entre delincuentes”.
El mandatario decidió modificar su postura frente a la dramática situación que se vive en Guerrero, luego de que ayer fueron ejecutados una decena de personas en distintos puntos de Acapulco, entre ellos el empresario restaurantero, Abundio Martínez y un escolta del coordinador de la Policía Federal, David Portillo Menchaca.
Consultado sobre la imparable ola delictiva en Acapulco y el resto de la entidad, Astudillo dijo textual: “Sí, lamentablemente, eso es muy delicado porque se sale entonces del esquema que se ha venido teniendo en que la lucha es solamente entre delincuentes”.
Hasta ahora, el gobernador consideró necesario revisar los operativos de investigación y prevención, argumentando que “hay que ver en qué lugares pasaron (homicidios) para tener un análisis de cuáles son los territorios en donde se están complicando las cosas”.
Ello, a pesar que durante los dos años de administración astudillista, la entidad ha venido ocupando el primer lugar en homicidios dolosos a nivel nacional, donde han sido asesinados campesinos, niños, mujeres, estudiantes, periodistas, empresarios, comerciantes y una estela de políticos.
También, Guerrero es considerado en el país como la entidad con mayor reportes de personas desaparecidas, y el último informe de la CNDH afirma que es el primer lugar en hallazgo de cuerpos en fosas clandestinas.
A pesar de este contexto violento donde la falta de certificación de servidores públicos del sistema de seguridad han provocado niveles extremos de impunidad que vulneran el derecho de justicia de las víctimas y generan más crímenes, el gobernador ha mantenido una actitud displicente frente al fenómeno de la inseguridad y corrupción institucional.
El 17 de julio de julio, Apro dio a conocer que durante una reunión con empresarios en el puerto de Acapulco, Astudillo dijo que los paseantes se pueden sentir seguros en los destinos turísticos de Guerrero porque la disputa de estas plazas controladas por el narco es una guerra entre criminales y la mayoría de las personas ejecutadas “no son turistas, ni famosos”.
En ese entonces, consideró que su gobierno estaba enfocado sólo en reducir los índices de homicidios dolosos porque resultaba “imposible garantizar” que no existieran crímenes.
A casi un año de la declaración de Astudillo, la realidad le estalló en la cara y ahora admitió que la violencia que se vive en Guerrero rompió el esquema de percepción de las autoridades, en el sentido de que se trata de una confrontación entre delincuentes.