El estado se queja de la crisis. Constantemente recorta, inclusive, el presupuesto de algunos programas sociales vitales para la sociedad, perjudicando a «madres solteras, ancianos, jóvenes estudiantes» y hasta la mismísima «seguridad pública» de los ciudadanos, al despedir a elementos policíacos a los que asegura no poder pagarles más…
Si este argumento fuera cierto y válido, ¿cómo explicaría, entonces, los miles de «millones de pesos mensuales» que destina a servicios de seguridad privada, cuando para ello cuenta ya con una Policía Auxiliar que, de entrada paga el pueblo, y cumple, prácticamente, con esa tarea exclusiva para lo que fue creada y, de paso, hasta el mismo gobierno se da el lujo de subarrendar a algunos elementos para la protección particular de personas físicas y morales del sector público y privado?
¡Que alguien explique esta mafia, esta complicidad, esta corrupción en materia de seguridad privada a la vista de todos, solapada por los propios partidos políticos y organizaciones civiles o no gubernamentales que presumen de ser los vigías ciudadanos contra los actos de corrupción e impunidad!
¡Que alguien explique con qué derecho el gobierno subarrenda los bienes del pueblo! O mínimo, que lo haga copartícipe de las utilidades… ¡sería lo justo!
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* La usura es entendida como el cobro excesivo de intereses en un préstamo. Durante mucho tiempo se equiparó el término usura con el cobro de interés en un préstamo. De acuerdo con esta segunda acepción, cualquier interés que se exigiese por pequeño que fuese por un préstamo era considerado una muestra de usura. En términos tecnocráticos, la usura es un impuesto muy caro que se le «exige» a los ciudadanos.