* ¡Jálalo que es pargo!
·] Jacko Badillo
Han concluido los festejos patrios por el inicio de la Independencia de México –parece que a muchos se les olvida que la consumación se dio un 27 de septiembre y solamente celebran el inicio de la gesta heroica – y todo parece volver a la normalidad, salvo para quienes acostumbran combinar dicho fervor con unos buenos tequilazos y aún libran una encarnizada batalla con la “cruda”.
Vueltos a la normalidad, a muchos, si no es que a la gran mayoría de los guerrerenses, nos queda el sentimiento por el hecho de que en la ceremonia del Grito, nuestro presidente de la República olvidó u omitió vitorear el nombre justamente del consumador de la Independencia, nuestro paisano Vicente Guerrero.
Sin embargo, ya entrados en lo que estrictamente marca la Ley, López Obrador tampoco mencionó a Aldama, que junto con Hidalgo, Morelos, Allende, La Corregidora y por supuesto Guerrero, son los personajes que oficialmente está establecido deben ser arengados.
Pudiéramos conceder que fue un error involuntario, pues al calor de la emoción a cualquiera se le olvida el guión, y más frente a una multitud; sin embargo, hay que recordar que con anticipación se anunció que serían 20 los vivas que gritaría nuestro mandatario, aunque no se dio a conocer cuáles. De haber sido así, seguramente hubiéramos hecho la observación y podría haberse corregido.
Finalmente nos queda esperar que esta omisión, voluntaria o involuntaria, no haya tenido que ver con el trato que la Federación está dando a nuestro estado, de por sí vapuleado por años de marginación, con medidas francamente inexplicables, la más reciente el incremento a las cuotas de peaje en la Autopista del Sol, en vísperas, justamente, del puente por los festejos patrios.
Sin mencionar los recortes a sectores como el turístico, que nos pega donde más nos duele como entidad que tiene al turismo como principal actividad económica; también la reducción del presupuesto para las comunidades indígenas, que por cierto fueron incluidas en el Grito. No es por nada pero cuando lo estaba escuchando, iba enumerando los Vivas, esperando que pronto viniese la mención de Guerrero, con emoción e incertidumbre llegó el 19, pensé que el 20 sería el bueno, el que sentimos seguramente más nuestro nosotros los Guerrerenses, el final todos lo conocemos.
Mientras tanto, ¡que viva Guerrero!, ¡que viva Acapulco! y… ¡Jálalo que es pargo!