Patricia Briseño / Corresponsal
SAN ESTEBAN ATATLAHUACA, Oaxaca. * 18 de noviembre de 2019.
] Excelsior.
Familiares, amistades y ambientalistas emprendieron la búsqueda de la defensora de los bosques, Irma Galindo Barrios, de 36 años, desaparecida hace una semana en una comunidad del municipio de San Esteban Atatlahuca en la región Mixteca de Oaxaca.
A través de distintas redes sociales dieron a conocer la fotografía de la activista, promotora cultural y de la medicina tradicional, a quien vieron por última vez el 10 de noviembre cuando estuvo en el pueblo de Ndoyocoyo y después se retiró a su vivienda en Buena Vista Totoy.
Existen versiones de que en la casa de la activista pudo haber ocurrido un incendio debido a que en ese momento ella almacenaba algunos rollos de cohetes debido a que tenía el compromiso de la mayordomía para la próxima celebración de la Virgen de Guadalupe.
Sin embargo, aceptaron que no se han acercado a la vivienda de Galindo Barrios por temor de una agresión física o armada, además reconocen que tampoco han acudido a la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJ) a reportar la desaparición.
En su momento, la mujer contó a otros activistas que talamontes locales comenzaron a agredirla cuando denunció la tala clandestina ante la delegación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en Oaxaca.
Incluso el 27 de octubre la misma activista utilizó su red social de Facebook para denunciar el clima de hostigamiento y persecución en su contra por parte del presidente municipal de San Esteban Atatlahuca, Heriberto Nicanor Alvarado Galindo y el comisariado, Crescenciano Sandoval Quiroz.
Desde hace días mis propios vecinos me dijeron que vendrán por mí. Igual hoy me di cuenta de dónde sacan las verdaderas mentiras. Es la misma estrategia que usó el comisariado y el presidente para sacarme del cabildo (donde colaboró en tareas de salud) porque yo no estaba de acuerdo que invirtieran más en alcohol que en actividades culturales. Como sea no conozco el miedo. Como siempre digo a las pruebas me remito”, posteó la ambientalista.
Antes, en noviembre de 2017, expuso que el comisariado la amenazó por difundir imágenes de la tala de árboles en la zona comunal de Yozo Tiza’a.
Según la versión de los activistas que denunciaron la desaparición, su compañera recurrió a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en 2018, pero no encontró respuesta.
En ese mismo año presentó su queja ante la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) en Tlaxiaco por actos intimidatorios cometidos por servidores públicos en su contra, pero tampoco encontró respuesta.
También estuvo en la Vicefiscalía regional en Tlaxiaco, donde se celebraron reuniones de conciliación con el comisariado, no obstante, tampoco hubo el seguimiento a los actos de hostigamiento en su contra.