] ACAPULCO. * 22 de abril de 2020.
| AFP.
El humorista y locutor argentino Marcos Mundstock, ícono del grupo artístico argentino Les Luthiers, murió este miércoles a los 77 años en Buenos Aires, que llora la pérdida de uno de sus ilustres maestros de la risa.
«Después de más de un año de lidiar con un problema de salud que se tornó irreversible, nuestro compañero y amigo, finalmente partió», informó el grupo en un comunicado.
El artista se había alejado de los escenarios desde enero, cuando se informó que debería transitar meses de «reposo, seguir adelante con su tratamiento y realizar posteriormente el debido proceso de rehabilitación». No se dijo entonces qué enfermedad padecía ni si estaba hospitalizado.
Según la prensa argentina, el humorista falleció como consecuencia de un cáncer.
Mundstock estudió ingeniería, pero afortunadamente para una generación que lo disfrutó, dedicó su vida a arrancar carcajadas al público de Argentina e Iberoamérica.
Autor de monólogos inolvidables y de guiones desopilantes, Mundstock contribuyó con su humor exquisito y vivaz a crear un estilo propio que, sin golpes bajos, fue una receta para el éxito de inolvidables personajes.
«Quise ser abogado, ingeniero, aviador, cowboy, benefactor de la humanidad, tenor de ópera, Tarzán, amante latino, futbolista y muchas cosas más», dijo una vez ironizando sobre su destino en el escenario.
Junto a Daniel Rabinovich, fallecido en 2015, Mundstock fue el principal referente de Les Luthiers.
Humor «con altura»
Nacido en la provincia de Santa Fe, Mundstock fue miembro fundador del grupo que surgió en 1967 en las aulas de la Universidad de Buenos Aires, donde estudiaban sus primeros siete integrantes.
En esa universidad pública se graduó de ingeniero, y paralelamente obtuvo el título de locutor en el Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER) de Buenos Aires.
De impecable frac y moño, Les Luthiers se mofó de los acartonamientos sociales de la clase alta.
También hizo gala de la versatilidad musical de sus integrantes abordando todos los géneros, desde piezas clásicas a boleros, corridos mexicanos, óperas, zarzuelas y tangos.
Juntos, los artistas compusieron más de 170 canciones, y construyeron más de 30 instrumentos musicales.
Entre un sinnúmero de galardones y reconocimientos, el grupo obtuvo el premio Princesa de Asturias en 2017.
«No voy a andar rechazando elogios», había dicho Mundstock con su tono pícaro cuando supo del premio.
Su pluma contribuyó en la creación de personajes de fantasía como Johan Sebastian Mastropiero, con el que Les Luthiers hizo reír a carcajadas al público de cientos de presentaciones a sala llena.
Junto a Mundstock, Les Luthiers conquistaron al público de toda América Latina e hicieron largas giras en Europa, sobre todo en España.
En 2011 recibieron, entre otros galardones, el Grammy Latino a la excelencia musical.
En 1980 brindaron una de sus funciones inolvidables en la Avery Fisher Hall del Lincoln Center de Nueva York, en un espectáculo traducido íntegramente al inglés.
Y en 1986 subieron por primera vez a las tablas del Teatro Colón de Buenos Aires, donde 6.000 espectadores los ovacionaron de pie.
«Lo que hacemos tiene la aspiración cultural de provocar las risas con altura», explicaba Mundstock con la voz solemne con la que parodiaba la falsa impostura sobre el escenario.
Su humor irreverente tenía origen en la tradición de los Hermanos Marx, Jerry Lewis, Peter Sellers y el mexicano Cantinflas.
«Nos quedará el recuerdo de sus chistes cotidianos, rápidos y asombrosamente ingeniosos, listos para brindarnos una chispa de alegría en todo momento, en las buenas y en las malas», dijeron este miércoles en su comunicado, los demás integrantes de Les Luthiers.