» Dave Graham.
| Reuters.
Desafiando las advertencias de que reunirse con Donald Trump era jugar con fuego, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, emergió de su primera reunión como un “querido amigo” de su homólogo estadounidense, pese a que algunos demócratas lo miraban con inquietud.
El espectáculo de López Obrador y Trump elogiándose mutuamente el miércoles estuvo muy lejos de la tensión que ha plagado las relaciones bilaterales desde que el estadounidense lanzó su apuesta por el poder en 2015 con repetidas amenazas y burlas contra México.
Reunidos en la Casa Blanca, los dos líderes se comprometieron a fortalecer los lazos económicos y evitaron en gran medida el tema de la inmigración que Trump ha utilizado para extraer concesiones de México en materia de seguridad y comercio fronterizo desde que asumió en 2017. [nL1N2EF1R5]
“Fallaron los pronósticos, no nos peleamos, somos amigos y vamos a seguir siendo amigos”, dijo López Obrador a Trump antes de una cena en la Casa Blanca.
Pero mientras los funcionarios mexicanos celebraron las palabras generosas y los sentimientos cálidos, algunos legisladores demócratas expresaron su preocupación de que el encuentro había sido poco más que una estratagema de campaña del republicano, quien buscará la reelección en noviembre.
“Creo que la reunión, en su mayor parte, fue un circo”, dijo Jesús García, un congresista demócrata de Illinois nacido en México, a la cadena de televisión C-SPAN.
“También es muy revelador que el presidente López Obrador venga y se reúna sólo con el presidente Trump y ni siquiera organice una llamada telefónica con (Joe) Biden”, agregó.
López Obrador, conocido por su acrónimo AMLO, dijo que no tomaría partido en las elecciones estadounidenses y que no sería correcto hablar con el exvicepresidente Biden, el candidato presidencial demócrata, porque estaba en una visita de trabajo.
García fue uno de mas de una docena de miembros democratas del Caucus Hispano del Congreso (CHC), quienes en una carta habían instado a Trump a cancelar la reunión, que condenaron como un intento de distraer la atención de la pandemia del coronavirus y politizar las relaciones entre ambos vecinos.
Estados Unidos alberga a más de 35 millones de personas de origen mexicano y los críticos de ambos líderes temen que la reunión pueda ayudar a Trump a atraer a los votantes de esa comunidad.
En una entrevista con la cadena Telemundo, AMLO aseguró que Trump había “cambiado completamente su discurso” sobre los inmigrantes residentes en Estados Unidos, sin embargo, adelantó que no lo invitaría próximamente a México.
“Ahora no porque ya después de esta reunión vienen las elecciones. Ya no podríamos hacerlo, pero vamos a esperar los resultados (de las elecciones)”, se excusó.
GIRO
Trump describió a los migrantes mexicanos como violadores y narcotraficantes durante su última campaña electoral, prometiendo mantenerlos fuera con un muro fronterizo que dijo que México pagaría.
El propio Biden señaló esto en una breve declaración emitida poco después de que los dos líderes se reunieran.
El miércoles, Trump adoptó un tono bastante diferente, refiriéndose a López Obrador y a México como “amigos queridos”.
“Los mexicano-estadounidenses elevan nuestras comunidades y fortalecen nuestras iglesias y enriquecen cada característica de la vida nacional”, dijo Trump. “Son gente trabajadora e increíble”.
Mientras estaba en la oposición, López Obrador comparó a Trump con Adolf Hitler por su trato a los migrantes. Se comprometió a defenderlos si ganaba la presidencia, la que consiguió en julio de 2018.
El miércoles, López Obrador agradeció a Trump por tratar a México con “gentileza y respeto”. [nL1N2EF1R5]
Eso enfureció a los críticos internos del líder mexicano, que también se molestaron porque no sacó a relucir públicamente el muro o los intentos de Trump de derogar un programa que ha protegido a los inmigrantes en Estados Unidos conocidos como “Dreamers”, muchos de ellos de origen mexicano.
En una declaración, Sylvia García, congresista demócrata de Texas, expresó su consternación por el hecho de que la inmigración haya sido ignorada en la reunión, lo que considera como “otra operación fotográfica de la Casa Blanca”.
Incluso si la intención de López Obrador había sido defender a México, su apoyo a Trump sólo hizo más probable que el magnate inmobiliario se mantenga por otros cuatro años, dijo Andrés Rozental, exsubsecretario de Relaciones Exteriores de México.
“Trump ha sido una mala noticia para México durante cinco años”, dijo Rozental. “Me temo… que lo usará para su ventaja política y que quedaremos atrapados en la mira otra vez”.
Si Biden, que lidera las encuestas de opinión, derrota a Trump en noviembre, las escenas del miércoles en Washington podrían pesar en las relaciones con una administración demócrata, dijo Jorge Buendía, jefe de la empresa de encuestas mexicana Buendía & Laredo.
Un gobierno demócrata también podría ser menos indulgente con López Obrador en su agenda energética nacionalista, que ha amenazado las grandes inversiones en la generación de energía renovable, un tema clave para muchos a la izquierda del espectro político estadounidense.