» Javier Saldaña.
| UAGro.
La Universidad Autónoma de Guerrero en los últimos dos años se vio inmersa en dos procesos:
El primer año de la Cuarta Transformación que encabeza el Gobierno de México, en la perspectiva de la política de Estado que representa la reforma constitucional en materia de educación y su política de austeridad, dio lugar a un proceso de armonización de las políticas de la Universidad, en particular la armonización de su legislación universitaria.
La crisis sanitaria del Covid-19, inimaginable a finales de 2019, que se está viviendo, con carácter global, dio lugar a cuatro programas: programa de contingencia de continuidad académica concluido, con el propósito de continuar y terminan el ciclo escolar 2019-2020; programa de apoyo a los sectores más vulnerables de la sociedad, con el propósito de mitigar los efecto de la pandemia; programa de transición a la nueva normalidad, con el fin de iniciar el ciclo escolar 2020-2021; y el programa de renovación académica, cuyo objetivo se debe armonizar con la nueva normalidad.
La irrupción de la crisis sanitaria y su evolución, muestran de manera enfática que nada será igual cuando se salga de esta, dando lugar a un nuevo paradigma en todos los ámbitos del quehacer de la humanidad, que se ha denominado como “la nueva normalidad”, lo cual implica un cambio de época que contrasta con los anteriores cambios de época, al tener el reto de ponerlo en ejecución de ya, en el sentido de que no puede ser gradual como sucedió con la revolución industrial o más recientemente con la sociedad del conocimiento.
La nueva normalidad, en tanto que implica un cambio ineludible, debe acatarse so pena que el no hacerlo implicara, en su caso, rezagarse o ahondar desigualdades que la pandemia detono, por parte de los países en su conjunto, los sectores sociales y productivos, organizaciones, instituciones, etc. que los conforman, e incluso las instancias de carácter transnacionales, incluidas las relaciones internacionales.
En el ámbito de la educación superior de México, la pandemia recrudeció no solo las desigualdades que ya se observaban entre instituciones de educación superior y al interior de estas, entre la pública y la privada, sino que exacerbo en el entorno problemas como la violencia de género, la exclusión, por mencionar dos que afectan a este nivel educativo.
Estas desigualdades explican de manera natural la diferenciación de los impactos de la pandemia en el sistema de educación superior y la dimensión de las tareas que deben realizarse para estar en consonancia de la nueva normalidad.
La construcción de la nueva normalidad de la educación superior pone el centro cinco premisas:
Carácter predominantemente colectivo, sustentado en la coordinación, colaboración, solidaridad, unidad y cooperación, así como en alianzas estratégicas con el gobierno y la sociedad.
No hacer tabla rasa del pasado en el sentido de que lo nuevo requiere de las lecciones y aprendizajes del pasado en cuanto lo que se deja, reorienta, revalora, reestructura, o consolida, que conjuntamente con las innovaciones estructuraran la nueva normalidad, esto es, el pasado tiene sentido en concordancia las condicionantes de la construcción del futuro.
La puesta en ejecución de la nueva normalidad tiene como actor protagónico a las comunidades que conforman: académicos, estudiantes y directivos
La tecnología es un medio o un instrumento central, mas no el eje vertebrador de la nueva normalidad, esto es, la tecnología no es la panacea de la nueva normalidad.
No tratar o ver igual a desiguales, es imprescindible el considerar la diversidad y heterogeneidad de las instituciones de educación superior.
Bajo estas premisas la nueva normalidad para la Universidad que se denomina “UAGro post Covid”, tendrá como marco de referencia el proceso de transformación que se emprendió en el segundo quinquenio del presente siglo bajo seis ejes estratégicos:
Construcción colectiva, que tiene su antecedente en lo que se denominó “la Universidad un proyecto incluyente” en el Plan de Desarrollo Institucional 2013-2017 y en la elaboración del lema “Universidad de calidad con inclusión social”
Reorientación de procesos que la pandemia puso en la mira por sus incipientes resultados que se dieron más por inercia, que se requieren robustecer, destacando la formación no presencial.
Consolidación de procesos que la pandemia valoro su potencialidad, destacando los principios, la vinculación con el entorno, inclusión y planeación.
Consolidación de las alianzas estratégicas, destacando las que se han venido enriqueciendo con el gobierno federal y estatal, en particular con la Secretaría de Educación Pública, así como con la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior.
Universidad hibrida, que combina lo presencial y no presencial, al tiempo que lo amplia al resto de sus funciones sustantivas.
Consolidación del máximo órgano de gobierno de la Universidad, el H. Consejo Universitario, instancia que aprueba la hoja de ruta a seguir por la Institución.
Sera al seno de este órgano colegiado que se analizará y discutirá el programa “UAGro post Covid”, el cual integra, en su caso, de manera critica y asertiva las recomendaciones conjuntas de la Secretaría de Educación Pública y la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior en su documento del 28 de julio de 2020 denominado “Hacia la construcción colectiva de la nueva normalidad en la Educación Superior”
Teniendo presente lo que al final del documento señala en los siguientes términos:
“La nueva normalidad exige cambios profundos e inéditos que deben transformar la forma como las IES llevan a cabo las funciones de docencia, investigación, extensión y difusión de la cultura, en cumplimiento de la misión que la sociedad les ha encomendado”