| » Jacko Badillo
Voy a comenzar esta colaboración citando el estatuto del partido Morena, publicado en el Diario Oficial de la Federación, en cuyo Capítulo Quinto habla de la participación electoral y en su Artículo 44 hace alusión a la selección de candidatos a cargos de representación popular, tanto en el ámbito federal como el local.
Sobre las bases y principios de dicha participación, en el apartado «a» del mismo artículo menciona que la decisión final de las candidaturas de Morena resultará de la utilización armónica de los métodos de elección, insaculación y encuesta.
Luego en el apartado «b», dice que del total de candidaturas regidas por el principio de representación uninominal, se destinará hasta el 50 por ciento de las mismas a personalidades externas.
Mientras que en el apartado «c» añade que las listas de candidaturas por el principio de representación proporcional incluirán un 33 por ciento de externos que ocuparán la tercera fórmula de cada tres lugares, y en el apartado «d» establece que las candidaturas externas serán presentadas por la Comisión Nacional de Elecciones al Consejo Nacional de Morena para su aprobación final.
Todos saben que su amigo y servidor Jacko Badillo ha levantado la mano para participar en el proceso electoral del 2021 bajo las sigla de Morena, el partido fundado por nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador; y con lo expresado líneas arriba, lo que quiero decir es que no se trata de un capricho ni mucho menos de una actitud gandalla el pedir ser tomado en cuenta como parte de la sociedad civil, como candidato externo, al no estar afiliado a ningún partido político.
Se trata de una aspiración legítima, como auténtico acapulqueño y guerrerense que ama a la tierra que lo vio nacer y que desde los espacios de toma de decisión busca concretar los anhelos de un pueblo cansado de tantas injusticias, miseria y corrupción.
Morena está demostrando ser un magnífico instrumento, pilar de la Cuarta Transformación; con la apertura a la sociedad civil, además de cumplir con lo que marcan sus propios estatutos, estaría dando un mensaje de inclusión y pluralidad democrática, muy necesarias en estos tiempos.
En capacidad, experiencia, honestidad y, sobre todo, preparación académica de quienes aspiramos a ser dignos representantes, no queda. Así que no quepa la menor duda de que Acapulco lo va a lograr.
Mientras tanto… ¡Jálalo que es pargo!