E d i t o r i a l
Hay mucha tensión en Guerrero por causa de un inculpado que no puede demostrar su inocencia ante un delito prescrito pero existente.
¡Fácil!
Si Félix gana la gubernatura será gobernador constitucional de todos, no solo de Morena y de los amlovers guerrerenses.
Por consiguiente, si de impedir su llegada al Poder Ejecutivo se trata, no queda de otra más que todos los guerrerenses, sin importar partido ni ideologías políticas, se unan en una sola voz y levanten la mano si están a favor de que se haga justicia a la víctima de identidad reservada –la ‘ identidad reservada’ es el resguardo de la identidad y otros datos personales en los casos que las víctimas sean menores de edad o cuando se trate de delitos de violación, trata de personas, secuestro o delincuencia organizada y cuando, a juicio del juzgador, sea necesario para su protección, salvaguardar todos sus datos– y que, por dignidad política y entereza humana, Félix Salgado Macedonio decline su candidatura y se enfrente a la justicia con el mismo valor con que cometió sus delitos sexuales seriales (la FGE documenta dos casos oficialmente denunciados), a pesar de estar consciente de que violar dolosamente a una mujer es un pecado imperdonable e inadmisible para un político que busca gobernar un pueblo con «honor y justicia», en cuyo caso de Félix moralmente no podría, por la falta de valores y principios evidentemente carentes.
Si Félix Salgado conserva un poco de dignidad, decoro, moral y respeto por la ley y por las mujeres; si Félix Salgado de verdad ha aprendido de sus errores, como dice, sabrá entrar en razón y comprender que por bien del prestigio de su partido (Morena), por la imagen de la Cuarta Transformación que profesa y por su entereza como ser humano, sabiamente tendría que abandonar con humildad su candidatura y asumir sus riesgos para tratar de enmendar su pasado.
No se trata de hacer leña del árbol caído en el caso de Félix, pero tampoco hay excusas para argumentar ‘guerra de temporada’ ni ‘ataques políticos’ por ser el rival más fuerte a vencer en la contienda electoral que se avecina.
La Fiscalía General del Estado, en su informe público, dio fe de la existencia de una «violación sexual dolosa» y un delito penal, lamentablemente, prescrito. Solo por esta razón, Félix Salgado está impedido, penal y moralmente, para ejercer el poder público. No tiene caso que se empeñe en ser candidato si su reputación y calidad moral están en entredicho. (Según los expertos, se ejecuta un delito doloso cuando el agresor, con conocimiento de que son conductas prohibidas y sancionadas por la ley, realiza la acción con toda la intención de ocasionar un daño. Ahora bien, el delito doloso se cuantifica como grave cuando el agresor reincide en más de dos ocasiones en cometer el mismo delito de dicha naturaleza. Posiblemente a este apartado alude la FGE cuando aclara que, aunque el delito de Félix Salgado ya prescribió, por haberse denunciado hace 22 años, aún queda el análisis de otra carpeta de investigación relacionada al caso, transferido por la Fiscalía General de la República (FGR) a la Fiscalía General de Guerrero (FGE), el pasado 15 de enero.)
Guste o no, Félix es una leyenda política viviente, pero si quiere hacer historia como el instaurador de la Cuarta Transformación de Andrés Manuel López Obrador en Guerrero, debe demostrar su grandeza política, su dignidad y entereza como ser humano, no aferrándose a un candidatura que, por los hechos en ciernes, no le corresponde, sino desistiendo humildemente de su obstinación por una candidatura que legal y moralmente le está impedida por un delito penal abominable y condenable desde todos los ángulos civiles y morales que se le mire.
Félix Salgado se inmortalizaría aún más si recapacita y hace historia como el político que aprendió de sus errores y se sometió al escrutinio de le justicia, y no como un infractor de la ley al que le valió ‘madres’ la moral y la dignidad de las mujeres por una ambición política.
Félix es leyenda nacional. Nadie puede desconocer su trayectoria cuando ha sido figura pública en Guerrero, en el Congreso de la Unión y el Senado de la República.
Sus seguidores lo aman, a pesar de sus errores. Sus no seguidores y adversarios lo respetan.
Félix es ‘grande’ entre los grandes; su liderazgo político no está en entredicho, pero su grandeza podría perpetuarse si no permite ser sepultado políticamente en vida dejando sus aspiraciones para un mejor momento y permite que se le recuerde como un hombre renovado, imperfecto pero respetuoso de las leyes y sus congéneres, y no como el violador serial que se obsesionó por ser gobernador valiéndole ‘madres’ las moral, las leyes, su entereza de hombre, y el respeto intrínseco por la mujeres.
PRI, PRD y todos los demás partidos saben, al igual que la mayoría de guerrerenses, que Félix Salgado está imparable como candidato de Morena a la Gubernatura de Guerrero, pero no se puede anteponer el estado de derecho a un capricho en entredicho.
Morena y la 4T harían mejor historia con un candidato no perfecto pero tampoco acusado de delitos crasos como violación sexual y pedofilia.
Si Morena o el Presidente insisten en dejar a Félix como candidato, no existe la menor duda de que casi todo los pronósticos le sean favorables. ¿Pero aguantaría Morena y la 4T tanto descrédito moral durante seis años por un violador serial que, en sus diversas tareas, estaría obligado a ser ejemplo en honestidad, valores y principios, e impartir y procurar justicia con estricto apego a derecho?
¿Le gustaría a Félix ser Gobernador y ser señalado como ‘violador serial’ en lugar de ser honrado como el instaurador de la verdadera democracia, con valores y principios, en Guerrero?
En manos de los guerrerenses está impedir un ‘gobernador violador’, si Félix se obstina en su candidatura, no en manos de AMLO, ni Mario Carrillo (presidente nacional de Morena) ni Marcial Rodríguez (dirigente estatal del partido), ni en sus huestes fanatizadas que lo aclaman, sin importarles el delito penal que pende a sus espaldas y el dolor de un víctima que sigue clamando por justicia y el grito de miles de mujeres que recriminan a Morena por permitir ser candidato a un hombre acusado de delitos crasos que ponen entre dicho los principios y valores de la Cuarta Transformación del ‘mesías’ de Macuspana, Andrés Manuel López Obrador, y el aclamado partido de la ‘esperanza de México’.
Si Félix no tuviera un obstáculo penal en frente, ¡seguro sería un honor tener al ‘Toro sin cerca’ de Gobernador, en lugar de ‘violador serial sin cerca’ como Gobernador!
Ya eres grande Félix.
Ya eres leyenda viviente.
¡Inmortaliza tu ‘vida y obra’ con gloria en las páginas de la historia de la moralidad, la dignidad humana y la justicia!
Los caprichos pueden esperar.
¿Quién dice que, después de someterte al escrutinio justo e imparcial de la justicia, no podrías regresar con más bríos, a cumplir tu sueño sin complicaciones ni restricciones?
Mientras tanto, cavila, razona, no puedes ser ni candidato ni gobernador porque tu pasado se interpuso en tus aspiraciones, no el PRI, ni el PRD o tus adversarios internos en Morena.
Culpar a la ‘guerra de temporada’, como defiende AMLO, o los ‘ataques políticos’ que argumentan tus defensores, es insano: «¡También las batallas políticas o electorales se ganan con argucias!»
Tu propio pasado te jugó chueco. He ahí tu gran enemigo, don Félix Salgado. No el ex fiscal Xavier Olea; no el PRI, no el PRD, no el PAN, no Luis Walton, no Pablo Sandoval, no la Fiscalía General del Estado, no los medios de comunicación o periodistas ‘antifelixcistas’; no las feministas ni activistas del colectivo 50 más 1; no las legisladoras del PRI, PAN, Morena y PRD de la Comisión de Equidad de Género de la Cámara de Diputados que exigen la cancelación de tu candidatura; no el Código Penal, no los críticos de oficio. ¡Nadie! Solo tu pasado.
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