Tercera Vía
] Ernesto Rivera Rodríguez.
En el mes de Enero pasado dentro de la competencia política en el Partido Revolucionario Institucional, parecía a todas luces que el senador Manuel Añorve Baños, llevaba la delantera, cuando Mario Moreno Arcos, aún continuaba con su responsabilidad al frente de la Secretaria de Desarrollo Social del gobierno del estado.
En algún momento Mario Moreno Arcos, había expresado que se sumaria a la determinación de su partido. Su institucionalidad nunca ha estado en duda. Era el momento de mostrarlo, hoy a la mitad de la campaña su crecimiento en la preferencia político electoral sigue en ascenso y está mejor evaluado en las encuestas más recientes.
En ese mismo mes de Enero en el PRD, el ex alcalde de Acapulco, Evodio Velazquez Aguirre, se percibía con una lejana ventaja sobre su oponente más cercano Carlos Torres. Su candidatura por el Sol Azteca era cuestión de tiempo. Las tribus seguían en el jaloneo.
En ambos institutos políticos hubo de tejerse fino para evitar rupturas insalvables que después sería difícil cicatrizar… Así el 12 de Febrero «salió humo blanco de las chimeneas priístas», Mario Moreno Arcos era su candidato a la gubernatura del estado. En tanto la lucha por «todas las canicas» dentro de la alianza PRI-PRD estaba en «ebullicion», tanto Mario Moreno, como Evodio Velazquez, se veían seguros de representar una alianza que se había tejido con filigrana. Fue hasta el 27 de Febrero cuando las cúpulas partidistas nacionales, por el PRI, Alejandro «Alito» Moreno, y del PRD Jesús Zambrano, acompañados de los representantes en el estado, Alejandro Albarran y Alberto Catalán, por el PRI y el PRD, respectivamente dieron a conocer la candidatura del priísta Mario Moreno Arcos, como su candidato al gobierno del estado de Guerrero. En esa fecha se registra como candidato aliancista. Esa noche pudo dormir tranquilo, con el pensamiento firme de que el ejercicio democrático del próximo 6 de Junio, durante el proceso electoral, No es al antojo de nadie.
El llamado de Mario Moreno Arcos desde su primer discurso como candidato y que ha sido su planteamiento rector, a sido «la solides de las instituciones políticas de México, la riqueza del espíritu guerrerense y su anhelo de lograr arribar a mejores estadios.
La ruta no había sido fácil, existían aún muchas lagunas que sortear en ambos partidos, que por momentos parecían insalvables…los intereses eran muchos pero se impuso el diálogo y los acuerdos y la maquinaria aliancista ajustada se ha desarrollado con rubustesn en su campaña.
Mario Moreno Arcos a mitad de una campaña inusitada por la gubernatura del estado, donde se ha privilegiado guardar los protocolos del Semáforo de Salud impuesto por la pandemia Sarc2-Covid-19, ha tenido contacto y visitado las principales ciudades y polos poblacionales de las Siete regiones del estado, con un mensaje esperanzador, real, sin manoseo demagogico de las grandes necesidades de la entidad, pese a su incansable entrega del gobernador Héctor Astudillo Flores, que ha logrado instalar al estado dentro del Top 10 por la disminución de los delitos dolosos y su aceptación entre los guerrerenses.
Las sombras y nubarrones que buscan inquietar el proceso electoral, no lo distraen, sin embargo ha sido claro y enfático que el ejercicio democrático del 6 de junio No está al antojo de nadie, hoy tenemos, ha afirmado, una democracia fuerte, robusta y que va a generar condiciones para que se lleve a cabo una elección transparente y apegada a derecho.
Otro elemento y que no estuvo lejos del forcejeo y que fortalece el trabajo aliancista ha sido la integración de la planilla de unidad para la alcaldía de Acapulco, que con el priísta Ricardo Taja, que como candidato fortalecerá el gran equipo, y que se integrará a los eventos de proselitismo político electoral… ojalá que no lo tenga que arrastrar, que Taja no se convierta en un lastre en lugar de ser una suma al proyecto aliancista.