* Guerrero, sumido en la violencia
* Que nadie se cuelgue medallitas con Caso Yoseline
» Un Rapidín
ÁNGEL | IRRA CARCEDA
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Lo dicho. En la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz, en Guerrero, los datos no les cuadran. O su maquillaje es pésimo.
Mientras que en ese órgano se grillan entre sí, a nivel nacional tienen otros datos, y bastante diferentes.
Este lunes se informó que Guerrero ocupa el no tan honroso octavo lugar, a nivel nacional, con el mayor número de homicidios dolosos.
En La Mañanera del presidente Andrés Manuel López, la secretaria de Seguridad Pública federal, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, ubicó a Guerrero en ese octavo lugar.
Pero, también dijo que en Acapulco y Chilpancingo se registra el repunte de homicidios dolosos.
Mi adorado Acapulquito sumaba 134 de esos crímenes, pero en abril pasado la cifra ascendió a 143. Mientras que Chilpancingo, de 22 subió a 27.
Y, bueno, y esos avances, porque eso son, pero no en lo que los guerrerenses quisieran, siguen nutriendo la estadística criminal.
Los tan cacareados anuncios de cambios de estrategias en el combate a la delincuencia, solo en eso han quedado. Anuncios con bombo y platillo.
POR CIERTO…
Mientras no se informe con suma transparencia el caso de la niña Yoseline Patricio Vendrel, raptada la mañana del viernes en Acapulco y que, gracias a Dios, regresó sana y salva a su hogar el domingo, nadie se puede colgar medallas.
Ni el gobierno estatal ni la Fiscalía General del Estado, pueden ni deben hacerlo.
Lo que resaltó en este penoso caso, fue la gran movilización social que se inició la misma mañana del viernes exigiendo su regreso sana y salva.
Eso fue lo que realmente forzó el regreso de la niña a su hogar.
Si las autoridades se vieron obligadas a ir la noche del sábado al lugar del bloqueo ciudadano, a dialogar con los padres de Joseline, se debió a que el domingo inauguraban el Tianguis Turístico.