ACAPULCO * 13 de septiembre de 2022.
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Después de haberse enriquecido a costa de la política y de que gracias a la benevolencia del partido y de quienes le dieron la oportunidad de figurar al darle trabajo como servidor publico y haberlo hecho regidor y diputado, Ricardo Taja Ramírez oficializó hoy su cacareada renuncia al PRI con la cara ensalivada.
En una conferencia de prensa que fue, más bien, un acto político donde acudieron no menos de 300 personas, a lo mucho, el que ‘no se raja’ escupió para arriba al presumir principios y valores e indicar que su salida del PRI se debía a las traiciones del PRI a la militancia y las imposiciones, que como las de él, beneficiaron a otras personas, menos a quienes han hecho carrera política en el partido.
Ricardo Taja olvidó que fue el expresidente municipal y actual Senador de la República, Manuel Añorve Baños, quien lo rescató del anonimato en que se hallaba como regidor perredista faltista en el Cabildo de Acapulco y se lo llevó a su lado y le dio la oportunidad de crecer como político.
Olvidó también que gracias al exgobernador Héctor Astudillo Flores y el Partido Revolucionario Institucional fue diputado y ocupó cargos estatales de primer nivel que lo enriquecieron.
Taja Ramírez olvidó también que él mismo fue producto de varias imposiciones a cargos de elección popular que pisotearon los derechos de otros aspirantes que no pudieron cristalizar sus aspiraciones porque Taja siempre recibía la bendición para acaparar candidaturas como las que perdió en Acapulco dos veces, una en 2018 y la otra en 2021 por marcadores estrepitosos.
Sobre el mismo tema de las imposiciones, el que ‘no se raja’ olvida que él mismo como candidato a presidente municipal en la pasada contienda fue uno de los que traicionó al excandidato de la alianza PRI/PRD que llevó como abanderado para Gobernador a Mario Moreno Arcos al retener los recursos que correspondía aplicar en Acapulco para fortalecer la imagen de su candidato a la gubernatura.
Ricardo Taja olvidó, también, que en materia de imposiciones, pasada la elección que perdió se encargó de imponerle a algunos de sus ayudantes a Genaro Vázquez Flores, regidor petista que llegó al Cabildo de Acapulco bajo su patrocinio y no meramente por las siglas del PRI.
En los poco minutos que duró la conferencia y la serie de preguntas y respuestas, Ricardo se desvivió en acusaciones, pero con cada señalamiento se escupía la cara él mismo, pues entre más hablaba de traiciones pintaba un perfil que cuadraba perfectamente con todo su accionar como servidor público y como político.
Dijo, categórico, que a diferencia de Añorve y Astudillo, él no ha vivido de la política y que tampoco ha necesitado padrinazgos para ser lo que es, cuando fue gracias a Manuel Añorve y Héctor Astudillo que saltó al estrellato político y el servicio público, cuyo brillo él mismo se encargó de enlodar.
Taja olvidó de pronto que mientras se beneficiaba del PRI y las oportunidades que le brindaron sus «amigos» Manuel Añorve y Héctor Astudillo, ambos políticos eran «excelentes ejemplos de liderazgo, amistad y aprendizaje» y el PRI «el mejor partido político» en México, pero una vez que su carrera fue decayendo por méritos propios y su imagen se fue enfangando por sus excesos de poder, a grado tal que fueron del dominio público sus presuntos nexos con el crimen organizado y sus riquezas se fueron convirtiendo más inexplicables, al PRI lo condenó a su exterminio con sus profecías guajiras y llamó traidores a los que le dieron todo, aunque ahora se presuma onmipotente.
Al finalizar, Ricardo Taja reiteró que no ha vivido de la política, como otros, pero adelantó que en 2024 resurgirá en busca de la candidatura de algún partido político para buscar la presidencia de Acapulco o algún otro cargo político de elección popular.