Tercera Vía
» ERNESTO | RIVERA RODRÍGUEZ
) Facebook / Ernesto Rodriguez
Ese «vuelvan pronto» generado por un entusiasmo alegórico producto de una catarsis turística navideña y de año nuevo, fue dicha de corazón por la gobernadora Evelyn Cesia Salgado Pineda, de buena forma muy necesaria, arrancada de tajo ante los hechos ya consumados de la violencia dentro de los primeros días del año, que sacaron a los guerrerenses de la resaca de Reyes y nos ubicaron en una realidad que conmovió a toda la sociedad.
Qué nos pasó ayer? Suena a título de película, qué nos sumerge en la vorágine de una cotidianidad olvidada por el sisma meteorológico causado por el Otis qué dejó a los acapulqueños y a su ciudad en el filo de la navaja…ya nos habíamos olvidado de esa cotidianidad perversa del del «pago por evento diario» por llamarlo eufemisticamente.
La calma suspendida sobre alfileres se convirtió en un infierno. Las puertas del averno se abrieron apocalipticamete al terrorismo puro. El sigilo se convirtió en el vehiculo de la información, y los despachos de la comunicación llamaban a tomar precauciones; por doquier la tarde del 11 de enero se llamó a un supuesto «toque de queda»…el transporte comenzó a escasear por dos atentados reales a la base de los colectivos Bicentenario y una urban encendida en La Poza. Las redes sociales dieron cuenta de mayores presiones por supuestas células de la delincuencia organizada, via audio en las redes sociales qué llevaba la amenaza a niveles superiores, con la característica de una voluntad hostil y deliberada. Caída la tarde su evolución surtió efecto. La crisis ya no fue un incidente. Era real.
Al día siguiente el secretario general de gobierno Ludwing Marcial Reynoso Nuñez expresó a los medios qué «todo estaba controlado y el transporte en funciones era del 70%». Ni lo uno ni lo otro. Acapulco vivía ya bajo el terrorismo provocado por fuerzas fácticas poniendo en predicamento a las autoridades y del orden público en un estado de estupor y sorprendidos por la rápida evolución de los eventos. A quién o ha quiénes les interesó mover el avispero de esa manera.
La Ley Nacional de Seguridad en su Artículo Cinco, señala qué son amenazas a la Seguridad Nacional, Inciso Tres: Actos que impidan a las autoridades actuar contra la delincuencia organizada. Catalogando al terrorismo (lo aplicado en Acapulco), cómo un acto criminal con fines politicos (actos delictivos cómo los sucedidos) concebidos y planeados para provocar un estado de terror en la población en general, son injustificables en todas las circunstancias.
El terrorismo es en pocas y rigurosas palabras, una amenaza absoluta a la cohesión social, un acto de violencia predeterminada, y políticamente motiva, organizada y llevada a cabo, utilizado para que otros hagan cosas que de otra manera no harían, tratar de menoscabar la fuerza del estado, (Código Penal Federal, Artículo 139), que en el caso del estado de Guerrero es muy débil, y han logrado su cometido ante la autoridad del mismo y presionando la para que tome una determinación, qué de otra manera no harían, en un estado diría hasta sumiso hacia los dos extremos, el oficial y los poderes fácticos. Sin duda en este caso han logrado más de lo que proponían, dado que a cinco días de crisis se tiene aún secuestrado a la población cómo actos contra las personas, el vital sistema de transporte y los servicios públicos. Parafraseando al poeta: «Cuándo desperté el monstruo estaba ahí, y no había transporte»…
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