By El Brujo Chiripero
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Sin ser ‘encuestólogos’, los guerrerenses –no los zalameros, aclárese–, saben perfectamente bien quiénes merecen una oportunidad en la política, quiénes merecen una oportunidad de gobernar Guerrero y las ciudades más importantes de la entidad, y tratando de captar sus opiniones, consideramos que los siguientes personajes «sí» y «no» deberían figurar en las elecciones de 2015.
LOS QUE SÍ (Gobernador):
— Luis Walton Aburto.
El presidente de Acapulco es un políticos al 50 por ciento de su capacidad, medio elitista y populista, pero con ganas de dejar huella en Guerrero.
Pese a los atributos que le cuelgan sus admiradores, Luis Walton no es un hombre honesto ni un empresario exitoso, pero al menos no es descaradamente corrupto ni cínicamente oportunista, como los que se rasgas las vestiduras en las plazas públicas y hasta cuando se tiran una flatulencia sus fanáticos están allí para adorarlos.
Luis Walton es un político bajo reserva, un político táctico, de vez en cuando se espanta de sus propios fantasmas, pero cuando se trata de sacar la casta lo hace bien.
El alcalde acapulqueño está a tiempo de desdibujar esa imagen que le dejaron sus ‘lágrimas de cocodrilo’ a raíz del supuesto saqueo de las arcas de su antecesor, que solo sirvió como ardid para que tuvieran un pretexto de no hacer nada durante 2 años mientras todos ‘arañaban’ de donde podían alguna ‘lanita’ extra, como en los asaltos bancarios, donde el gerente aprovecha para abultar el monto de lo robado y después aparece con auto nuevo, chequera nueva y hasta casa nueva.
Pero bueno, Walton ha aprendido de sus errores (no así su equipo, que sigue creyendo que la cantaleta de ‘no hay dinero’ porque ‘la administración pasada nos dejó en quiebra’ sigue siendo efectiva), ya despunta en los medios por méritos propios, ya no tiene que pagar para que digan que trabaja, que se preocupa por Acapulco, que se preocupa por el desempleo y los campesinos. Luis Walton da ya señales de vida propia, ya se palpa al político emprendedor que puede hacer todo con solo proponérselo.
Y solo por eso, Luis Walton Aburto merece un lugar en las elecciones del 2015 y la gubernatura de Guerrero. Solo habría que esperar que Ángel Aguirre y sus hermanos y sobrinos, principalmente, le dejen algo de dinero en las arcas para que no se repita la triste historia de Acapulco, si no… ¡adiós Luis Walton del ‘Salón de la Fama’ y el ‘Bulevard de las Estrellas’ guerrerense!
— Lázaro Mazón Alonso.
El expresidente igualteco es un político callado, reservado, pero se ha ganado su posicionamiento a pulso.
Si no fuese por su adicción secreta a coquetear con delitos de alta peligrosidad sexual, Lázaro sería buen gobernador. Salió ‘medio’ raspado de su paso por la presidencia municipal de Iguala, de hecho hasta fue inhabilitado para ocupar cargos públicos, pero por algo Ángel Aguirre le expió todas sus culpas. Y aunque la secretaría a su cargo parece panal de avispas, con cientos de aviadores recomendados por el DIF Guerrero, Lázaro ha sabido mantenerse sereno y a la expectativa de los tiempos.
Su mayor pecado es creer en San López Obrador, pero de allí, es un buen político; de los males necesarios, es el mejor. Controversialmente ‘merece’ (entre comillas) ser considerado para la gubernatura del 2015. Se vislumbra buen papel como gobernador, aunque con los mismos errores de su progenitor político: el nepotismo.
— Armando Ríos Rebolledo-Piter.
El tecpaneco se ha caracterizado por ser un político voluble, interesado, oportunista, ¿pero qué político no es voluble ni oportunista?
El «Jaguar» es también un político elitista, sectarista, y salvo las ‘manchitas’ de apropiarse de lo ajeno bajo la mesa, ha sabido conducirse con candidez política. Rodearse con los famosos –que no es lo mismo que con mejores– ha sido su éxito. Sin embargo, hay que concederle el mérito de ser buen estadista.
El que administre bien los recursos no significa que sea ‘codo’ o ‘agarrado’; el que no se codee con todos los periodistas no significa que no respete la libertad de expresión ni que sea enemigo de los periodistas: Armando Ríos sabe elegir con quién y dónde tomarse la foto y el café para una buena entrevista. Es dado a evadir las entrevistas de banqueta, ¡pero hasta eso le sienta bien al tecpaneco!
Al «Jaguar» se le acusa de traidor de la patria por haber avalado algunas reformas contradictorias para los mexicanos, pero al análisis concienzudo de la ley, el senador perredista solo ha jugado sus cartas como todo político que busca estar siempre en los círculos decisivos del poder. El político romántico aún sueña con el populismo, con la fidelidad partidista y la entrega incondicional a su Patria. Que no extrañe que el propio gobernador Ángel Aguirre aprovecha los reflectores de el «Jaguar» para salir en la foto, para llamarlo al diálogo y la concertación política.
Hay quienes auguran que con Armando se repetirá la historia de Zeferino. La respuesta es sí y no. «Sí» porque no habrá oasis de recursos para tirarlos a manos llenas como estilan los caciques para congratularse con la plebe. «No» porque Ríos Piter tiene más cerebro político que Zeferino. El ex gobernador amarillo pecaba de honesto, pero vivía en secreto tórrido romance con el pecado. Zeferino Torreblanca gobernaba como empresario, Ríos Piter se antoja para que gobierne como estadista, como administrador nato de los recursos, aun cuando alguno que otro pecado populista y nepotista se le escape de las manos.
En suma, quienes no lo quieren es por que temen no ser incluidos como aviadores o parásitos del sistema; quienes lo aman, sin embargo, también deben estar conscientes que en el juego de la política se gana y se pierde, aun con los ‘dados cargados’. Saldrán todos a la carrera, pero serán pocos los que lleguen la meta de la mano de Armando Ríos Rebolledo-Piter.
Pero hay que admitirlo, de todos los que buscan su ‘maicito’ o se rasgan las vestiduras para participar en las elecciones del 2015, el «Jaguar» aventaja con méritos propios, con encuestas o sin encuestas.
— Manuel Añorve Baños.
El político ojiverde merece ser mencionado no por su honestidad ni mucho menos por sus dotes altruistas ni humanitarios. Añorve Baños es una rara mezcla del descaro, el cinismo, la desvergüenza y el latrocinio, pero con un maquiavelismo intrínsecamente envidiable y una perversidad perfecta que tanta falta les hace a Luis Walton, Lázaro Mazón y Armando Ríos.
Añorve es de los políticos que merece marcaje corto, pues es el simbiotismo perfecto de todas las artes de la manipulación y el poder, aunque para lucro personal; pero también es de los políticos que conoce la máxima del buen ladrón: «el que parte y reparte se queda con la mejor parte».
El problema de Añorve en Acapulco fue que llegó atado no de las manos, sino de los testículos, y aún así se dio el lujo de repartir a manos llenas a los suyos y a los extraños, pero cometiendo el error de no frenarse a tiempo, pues cuando quiso hacerlo descubrió que las cuentas ya no le cuadraban, y recurrió a las artimañas que lo mantienen con el título de «El Saqueador de 10» de Acapulco.
Y si bien Luis Walton no ha podido comprobarle lo hurtado no es porque le falten elementos, sino porque sabe que enfrentarse a Añorve es magnificarlo y hasta expiarlo, porque Añorve Baños si algo tiene es que sabe defenderse, sabe escurrirse y sabe ‘convencer’ a sus acusadores.
Añorve Baños es el mejor mercadólogo de su persona; Añorve ha sido el único presidente que no necesitó de un jefe de prensa para promoverse (aunque tuvo dos): es él quien dicta cómo y dónde debe promoverse su imagen, cuándo armar un escándalo para que no lo olviden, y en qué momento detener una guerra mediática con sus adversarios.
Su cerebro simula un disco duro con particiones exclusivas para sus propósitos. En una de ellas tiene definido sus planes maquiavélicos y en otra su arte de hacer política populista, debido a que esta faceta de la política es la que permite apropiarse de lo ajeno sin reproches ni remordimientos de ninguna índole.
Así que si los guerrerenses quieren un gobernador más apachador, populista y repartidor que el actual, Manuel Añorve Baños es el indicado.
LOS QUE NO (Gobernador)
— Mario Moreno Arcos.
Si lo que se busca es un gobernador atrapado en su propia telaraña de la mediocridad populista, además de sus propios demonios, y que se la pase seis años deslindándose de sus vínculos con el narcotráfico y el crimen organizado, mientras la entidad se hunde en el rezago social, el desempleo, la inseguridad, la corrupción y el desempleo, el alcalde chilpancingueño es el idóneo para ese cargo. Moreno Arcos es indiscutiblemente carismático, ‘generoso’, populacho, pero excesivamente ‘inteligente’ a grado tal que cree que con un millón de ‘likes’ en Facebook ganará la guberntura, tal como le aseguran sus ‘mercadológos’ y asesores legionarios.
Chilpancingo es el fiel reflejo de su presidente: Como nunca antes, la capital del estado había figurado en la lista de las ciudades más peligrosas de México. Como nunca antes Chilpancingo se había visto inmersa en tanta corrupción, desempleo, inseguridad, insalubridad y potencial ausencia de autoridad.
Mario Moreno es un auténtico Diógenes que necesita su inseparable lámpara hasta de día para caminar por la obscuridad social en que tiene sumergida la capital de Guerrero.
Y aunque los fans de Moreno Arcos le reiteren insistentemente que no haga caso del ‘amarillismo’ de sus supuestos detractores mediáticos, empresariales y políticos, para nadie es un secreto que el Zombi que deambula por Chilpancingo y algunos municipios de Guerrero en busca del voto no es otro que un espectro sabedor de su triste realidad, manipulado por su lado humano inerte al que el orgullo le dice lo que Jesús a Lázaro; «Levántate y anda», solo que Mario sigue andando como zombi, desaprovechando la ‘segunda oportunidad de vida’ que le dieron como alcalde de Chilpancingo.
— Cuauhtémoc Salgado Romero.
Hablar del «Bigotes» es perder el tiempo. Nadie lo conoce, no hay huellas de su pasado político ni presenta signos futuros de vitalidad política. Es la generación del nuevo PRI corrupto, simulador y oportunista que viene, pero con más de lo mismo.
— Socorro Sofío Ramírez Hernández.
A este señor no lo desapendejen. Está perfecto como ‘gato’ y ‘dama de compañia’ del gobernador.
Está en el mejor papel de su vida.
Siendo Senador de la República, con un poder descomunal a nivel federal, después del Presidente de la República, decidió por voluntad propia ser el «Sr. Cremallera» de Ángel Aguirre, y así es feliz.
Como presidente de su natal Tlalixtaquilla fue un caos, también saqueó las arcas de su municipio, pero allá no hubo un Walton que lo acusara de saqueador, mas bien, hubo aduladores que lo vitorearon como héroe y un accidente político lo puso en el camino de Ángel Aguirre, quien astutamente lo hizo secretario de Desarrollo Rural, Senador y, finalmente, su mayordomo, para darse el lujo de contarle a sus nietos que tuvo a un Senador a sus ‘servicios’, no a cualquier pendejo.
LOS QUE SÍ (Chilpancingo)
— Jorge Salgado Parra.
Al diputado federal por el Distrito 7 de Guerrero le falta dar el estirón, bajarse de la carreola, pues es dueño indiscutible del privilegio de los selacios: «los tiburones nacen nadando».
Salgado Parra ha mantenido una actuación casi perfecta como legislador federal, pero su mercadología ha estado un tanto desatinada de sus objetivos.
Los aplausos zalameros comienzan a afectarlo. Los flashes inoportunos molestan a algunos espectadores. Y no es culpa de Jorge, sino de quienes permiten que se distorsione y se magnifique al «Diputado Supermán» en lugar de ir a la par con el verdadero rostro humano y político que Salgado Parra trata de darle a su electorado distrital.
Después del punto y aparte, Jorge Salgado Parra reúne todos los requisitos para ser alcalde Chilpancingo. Tiene juventud, talento, cultura, intelecto, jurisprudencia, y tiene un panorama ya definido sobre los problemas que quejan a la capital del estado. Él lo ha dicho y lo ha dicho bien: «Ningún político tiene la varita mágica para desaparecer todos los males ni para corregir, con actos de magia, el cáncer que paulatinamente asesina a Chilpancingo. Eso es sensato, plausible; habla bien de Jorge Salgado.
LOS QUE NO (Chilpancingo)
Ricardo Moreno, hermano del que actualmente no puede con Chilpancingo, y Alejandro Mendoza Pastrana tienen sus méritos, pero no el talento.
Chilpancingo no es Acapulco ni Alejandro es Zeferino para buscar en una tercera oportunidad la capital del estado. De Ricardo no hay mucho qué decir, salvo que está bien donde está, ‘troleando’ a los ‘enemigos’ de su hermano y soñando con no soñar nada.
LOS QUE SÍ (Acapulco)
– José Rubén Figueroa Smutny.
Rubencito es terco, mula, obcecado, boquisuelta, bronco, pero hay algo que tiene que los demás que quieren Acapulco no tienen: «Testículos».
Un hombre con testículos no forzosamente necesita a Harry Potter ni a Robert Green (coautor de «Las 48 Leyes del Poder») como asesores, aunque no estaría mal buscarse algunos con esos dotes.
Además de testículos, Rubén cuenta con un apellido que le da el peso político por si solo.
Los ‘santos’ y ‘pecados’ habidos y por haber de su familia es otra cosa.
Es cierto que «los pecados de los padres recaen sobre sus hijos», pero José Rubén Figueroa Smutny ha sabido esquivar bien las flechas de los detractores de su apellido.
Ya ha demostrado que puede por sí solo ganar una alección popular de mayoría relativa, ya ha demostrado que puede hacer temblar a gobernadores y presidentes municipales. Y se ha reconciliado con ellos no por cuestiones altruistas, sino porque sus adversarios han asimilado que con Rubén Figueroa Jr. es mejor «llevar la fiesta en paz».
Todo mundo sabe que César Flores Maldonado hace campaña para abrirle el «Mar Rojo» a sus pies, y que en agradecimiento, el Gran César tendrá seguro su ‘maicito’ durante tres años.
Todo mundo sabe que el objetivo del ‘mayordomo’ de Rubén Figueroa Smutny, con la ayuda de Manuel Añorve, es colapsar las aspiraciones de Ángel Aguirre Herrera, cooptando conciencias y vendiéndoles ‘espejitos’ a los contricantes del vástago del madatario para que armen una bulla contra el «Angelito» de papá Aguirre y le dividan los votos, aunque el objetivo real sea dividir a las izquierdas y confrontarlas entre sí, mientras Figueroa Smutny repite la dósis de Manuel Añorve a Luis Walton en 2008: el efecto sorpresa que lo hizo presidente, aún cuando a Añorve todos lo daban por ‘muerto’.
La trayectoria de Rubencito, como lo llaman sus amigos, es también casi perfecta. ¿Quién mejor que Manuel Añorve, Héctor Astudillo, Mario Moreno y hasta Ángel Aguirre para avalar este hecho?
Nos guste o no, el grupo al que pertenece JRFS tiene significativa presencia en el grupo en el poder a nivel nacional.
De este grupo no han querido deslindarse el ex gobernador René Juárez Cisneros, el delegado de la Sedatu, Héctor Vicario Castrejón, el mismo César Flores Maldonado y el alcalde atoyaquense Ediberto Tabárez Cisneros, así como el mismísimo Manuel Añorve Baños y hasta Ángel Heladio Aguirre Rivero, muy a pesar que estos últimos aseguran representar sus propios grupos políticos.
No olvidemos que René Juárez Cisneros figura dentro del círculo de allegados del Presidente Enrique Peña Nieto, a quien le interesa no solo rescatar Guererro, sino tamnbién a Acapulco, para el Partido Revolucionario Institucional, y nadie mejor que José Rubén Figueroa Smutny para esta misión.
Figueroa Smutny es empresario, es político, y goza de una sapiencia política envidiable.
Es buen administrador, no necesita robar para gozar de poder económico.
Los Figueroa se han caracterizado por broncos, irreverentes, no por ladrones ni pendencieros.
Es, pues, en pocas palabras, el único precandidato con posibilidades de ganar la presidencia de Acapulco y hacer un papel decoroso, sin necesidad de apoyarse en propaganda barata para prometer lo que no se puede ni cacaraquear que gobernará con manos limpias y rostros nuevos o que su gobierno será honesto y transparente, como los que han pasado por Acapulco y terminan peores que los que usan como escudo para congratularse con los acapulqueños.
Al menos en ese aspecto Figueroa Smutny ha sido honesto.
Hasta el momento solo se ha proyectado como lo que es: José Rubén Figueroa Smutny, y punto.
¡Merece los aplausos!
— Ángel Aguirre Herrera
El cachorro de Omepetec merece estar entre los figurables por Acapulco por el único y exclusivo motivo del padrinazgo. Aguirre Herrera tiene intelecto, juventud y talento, pero aún no le han cortado el cordón umbilical; todo lo deja en manos de ‘papi’, cuando le sería más fácil encomendarse a Dios y su fe.
Si eso de que en ‘política nada está escrito’ es cierto, entonces Ángel Aguirre Herrera merece la oportunidad de gobernar a Acapulco.
Tiene madera el ‘chamaco’, tiene trayectoria politica, intelecto, su único pecado es asirse siempre de la mano de ‘papi’ y ‘mami’ para caminar.
Lo que descalifica a Aguirre Herrera es la planilla que representará, saturada de nepotismo y personas nefastas y oportunistas que le impedirán tomar decisiones propias.
Comenzando por su coordinador de campaña, Jesús Ernesto Aguirre Gutiérrez, sus aspiraciones se antojan repulsivas, nauseabundas, pero nos guste o no, Ángel Aguirre Jr. merece la oportunidad de demostrarnos de qué es capaz la juventud. Solo que se sacuda a los parásitos que llevaron al fracaso a su padre como gobernador de Guerrero y Aguirre Herrera tiene también asegurada la presidencia de Acapulco.
LOS QUE NO (Acapulco)
— Evodio Velázaquez Aguirre
Evodio ya sabe lo que es el poder y de qué es capaz el poder.
Evodio representa al clásico político manipulador, oportunistas, vividor, chantajista, aunque se le vislumbren buenas intenciones y chispazos de honestidad. Pero debe recordar que de buenas intenciones está lleno el mundo de la política, y Acapulco ya no quiere buenas intenciones ni simulacros de honestidad, sino de políticos que quieran hacer bien las cosas.
Acapulco requiere de políticos que no pequen de honestos, porque resultan ser los más peligrosos para Acapulco.
Evodio ha tuvo la oportunidad de gobernar a Acapulco en 2012, pero su avaricia lo llevó a cometer el error de vender su candidatura por un planto de lentejas que terminaron provocándole acideces estomacales, según reveló su ex vocero personal, Jorge Fierro Rendón.
Aunque pareciera haber recapacitado, Evodio busca hoy afanasonamente la alcaldía ataviado de promesas que resultan novedosas solo para él y sus seguidores, pues para quienes conocen a Evodio les resulta familiar el dicho aquél de que «perro que come huevo… ¡ni porque le quemen el hocico deja sus mañas!», y las malas de Evodio son las de un político viejo, retrógrado, oportunista y simulador muy al estilo priísta-neoperredista.
— César Hilario Flores Maldonado
De don César no hay mucho qué decir: Él figura nuevamente para perpetuar su ‘maicito’ y dividir a las izquierdas de Acapulco a favor de José Rubén Figuero Smutny, por lo que no merecen más palabras al respecto.
En vano seguirán gastando adulaciones y vítores sus seguidores, pues solo los que están cerca de él saben que donde llegue César sólo su ejército de gavilleros de siempre tendrá un lugar asegurado.
— Víctor Manuel Jorrín Lozano
A este empresario lo sepultó su estado de salud.
De cualquier manera, era mejor una salida honorable que cargar con la vergüenza de sentirse amado de dientes para afuera.
P.D. Un favor, señores precandidatos: no olviden que las encuestas son engañosas hasta para ustedes, y que una verdadera encuesta no se fundamenta en un sondeo de mil personas: «Según el INEGI, Guerrero cuenta con 3 millones 383 mil 768 habitantes (1 millón 645 mil 561 son hombres, y 1 millón 743 mil 207 son mujeres)», así que mucho cuidado con los ‘espejitos’ electoreros que le venden a la sociedad, la mayoría ya sabe como terminó la historia de los españoles y sus espejitos con los que pretendieron colonizar México.
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