La marcha de AMLO contra sus ciudadanos
» CARLOS | LORET DE MOLA
) The Washington Post
El más reciente desplante autoritario del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), es convocar a una manifestación en contra de sus propios ciudadanos.
En la incipiente democracia mexicana no hay registro de algo similar. Hay que remontarse más de 50 años, en la era del Partido Revolucionario Institucional —como partido de Estado— para encontrar una referencia cercana: el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, repudiado por la masacre de estudiantes del 2 de octubre de 1968, convocó a una manifestación de “desagravio” a la bandera nacional después de que el movimiento estudiantil izó en su lugar una rojinegra de huelga en el Zócalo, la plaza central de la capital mexicana. De ese tamaño es el retroceso del reloj democrático al que AMLO quiere someter al país.
Todo comenzó porque el presidente presentó al Congreso una iniciativa de reformas a la Constitución para ganar control sobre las autoridades electorales. Ante esta amenaza a la democracia, organizaciones de la sociedad civil convocaron a una marcha de protesta a la que se sumaron partidos políticos de oposición.
Desde que se anunció la manifestación, AMLO dio muestras de que no la estaba procesando bien. La idea de que un grupo que no fuera suyo tomara las calles le generaba una especie de indigestión política.
Desde días antes de que se efectuara, la marcha se volvió el tema central en la conversación pública del país. El presidente contribuyó en gran medida a eso. De entrada, porque insultó a los convocantes de la marcha y a quienes planearan asistir. Y luego porque los retó a que llenaran el Zócalo (la marcha no tenía esa ruta), como él lo ha hecho tantas veces.
A todas luces, AMLO no esperaba que la marcha fuera lo que fue: según los organizadores, cientos de miles marcharon en distintas ciudades del país. Las cifras del gobierno señalaron decenas de miles. En los cuatro años que lleva este gobierno no se había registrado una protesta tan nutrida. Los ciudadanos fueron a darle pelea en su terreno y le ganaron: perdió el monopolio de la protesta y su supuesta condición de dueño de la calle, que se había abrogado durante dos décadas de ser el opositor más eficaz a tres presidentes de México.
No fue lo único que perdió: los partidos de oposición se mostraron unidos y anunciaron su rechazo a la pretendida reforma electoral. Morena, el partido de AMLO, no tiene los legisladores suficientes para aprobarla y el presidente lo tuvo que admitir.
Pero ya había perdido también algo más valioso y estratégico: el control de la agenda nacional. Para un gobierno que depende tanto de la palabra, que tiene como único logro haber dominado la narrativa, perderla es quedarse sin nada. “Ya me voy, ya me enojé”, dijo cerrando abruptamente su conferencia de prensa tres días después de la manifestación.
La marcha dejó claro que hay un músculo social y político capaz de enfrentar al presidente. Entre los inconformes y quienes se sienten agraviados por el régimen se contagió la sensación de que no todo estaba dicho en la sucesión presidencial que vendrá en 2024. Y que, a pesar de que las encuestas favorecen ampliamente al partido en el poder, hay tierra fértil para sembrar un movimiento que pueda rendir frutos.
Todo esto dejó a AMLO no solo con una derrota política sino con un duro golpe al ego, tan definitorio en las actuaciones de los políticos populistas como él: escaló los insultos a los asistentes y, en un arranque infantil, decidió convocar a una marcha en apoyo de sí mismo para el 27 de noviembre. Parece que la megamarcha contra su reforme electoral fue una afrenta inaceptable: estás conmigo o contra mí. En su gobierno no caben el disenso legítimo ni la divergencia natural. Así que lo que corresponde es un contraataque a la mitad del país que no está de acuerdo con él, pero al que está obligado no solo a respetar sino a servir porque así lo juró el día que tomó posesión.
A lo largo de esta administración, los mexicanos hemos aprendido a convivir con sus absurdos, a trivializar sus excesos, a hacer chistes de sus exabruptos y normalizar sus abusos de poder. Pero marchar contra sus propios ciudadanos debe marcar un antes y un después. Es inaudito e inaugura un nuevo nivel de intolerancia y desnuda su concepción facciosa del ejercicio del poder. El lema de campaña electoral de AMLO fue “Juntos haremos historia” y la está haciendo: es el único presidente en 50 años que protesta contra sus ciudadanos.
Del estratega político sofisticado que fue el presidente hoy queda un adolescente de la política que parece tropezarse con piedras que ya estuvieron en su camino. ¿Qué fue lo que hizo que AMLO arrasara en la elección presidencial de 2018? ¿Por qué su tercer intento fue el exitoso? Porque a diferencia de los dos primeros, decidió hablarle a la clase media y mostrarse amigable con los sectores más ricos de la sociedad. Después de que le dieron su voto, se ha dedicado cuatro años a humillarlos y criminalizarlos.
Ha insultado a todo aquel que quiere a una vida mejor (“aspiracionistas”, les dice con desdén). Se ha distanciado de empresarios, intelectuales y periodistas afines, integrantes del mundo de la cultura que hicieron campaña por él, ambientalistas y defensores de derechos humanos que apoyaron su proyecto. Ha ido sistemáticamente cortando lazos porque no admite la menor de las críticas.
Hoy, mientras se arremanga la camisa para convertirse en el coordinador de la campaña de su posible sucesor o sucesora desde Morena, AMLO está repitiendo los errores que lo alejaron de la presidencia en 2006 y 2012. Está mostrando otra vez, sin pudor, que lo único que le importa —además de su imagen— es asegurarse de mantener el poder y no de resolver las grandes crisis del país. No ve el ser presidente como la responsabilidad de resolver los problemas, sino como una herramienta para aplastar cualquier disidencia y estar —como criticaba él mismo en su faceta de opositor— en el poder solo por el poder.
Pero mal haría la oposición en envalentonarse por esta mala racha obradorista: ganar la calle no es ganar las urnas, y ganar la batalla del domingo 13 no es ganar la guerra de 2024.
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El monopolio de la manifestación
Frentes Abiertos
» MISRAÍM | OLEA ECHEVERRÍA
) Facebook: @Misraim Olea Echeverría
Desde 1988, Andrés Manuel López Obrador ha tomado las calles para exigir que su verdad sea la única que se propague, así comenzó su carrera en la izquierda. Luego de perder la gobernatura de Tabasco frente Salvador Neme Castillo, López Obrador inauguró una serie de estrategias que lo fueron posicionando en la escena nacional: apropiarse de las calles con marchas, plantones y reclamar “fraude” cada vez que perdía una elección.
A finales de 1991 realizó el “éxodo por la democracia”, de Tabasco a la Ciudad de México, esta concluyó con un plantón en el Zócalo y con la posterior caída de Neme Castillo como Gobernador en 1992.
Este es el punto de inflexión en la carrera de Amlo, la lucha por el poder tenía que ser a través de la presión en las calles, no en los tribunales. Organizarse y movilizar para ser visibles y presionar.
En 1994 López Obrador repitió la estrategia al perder frente a Roberto Madrazo Pintado; en esta ocasión realizó un plantón en la plaza de armas de Villahermosa y, posteriormente, en el 1995 realiza la “caravana por la democracia”, que sólo le sirvieron para ser visible y lograr la presidencia del PRD nacional.
De 2005 a 2018, el Presidente se dedicó a hacer mítines, luego de su derrota electoral en 2006 no ocupó ningún otro cargo de elección popular, su fuerte son la protesta y las plazas. Ocupar un puesto como Diputado o Senador no eran opción, esos ámbitos lo limitan, sabía que estaría expuesto a las negociaciones necesarias que se hacen en esos espacios para construir acuerdos.
Por eso el 13 de noviembre marca un antes y un después en el gobierno de López Obrador, hasta ahora nadie había podido quitarle el monopolio de la movilización, los cientos de miles de manifestantes que expresaron su rechazo a la reforma electoral caminando por Paseo de la Reforma le recordaron que cuando la gente sale a la calle, el gobierno tiene que ceder.
Cerrar el zócalo para que la concentración de quienes apoyan al INE no se realizará ahí, fue una acción desesperada, desde 2006 ese espacio les pertenece y se han mofado que hasta ahora nadie lo ha podido llenar como él.
El domingo 13 de noviembre la ciudadanía, a la que se sumaron partidos políticos, le arrebató a AMLO y la 4T el monopolio de la manifestación. En respuesta, el miércoles 16 el Presidente en su conferencia matutina convocó a una marcha del Ángel del a Independencia al zócalo, un día antes, el martes 15 se reunión con los gobernadores de su partido.
Sin duda la marcha del próximo 27 significará un gasto al erario público, que en la lógica de sus seguidores, mantener arriba el ego del presidente lo vale.
En 2006 López Obrador instaló un plantón en Reforma por más de 40 días, afectando a miles de negocios y vecinos. En 2022 la ciudadanía vistió de blanco y rosa la misma avenida. A diferencia de 2006, en esta ocasión vecinos y comerciantes se sumaban en una marcha por la defensa de la democracia.
Cuando los ciudadanos se politizan y participan en los asuntos políticos del país los gobiernos que no atienden a la crítica se caen, AMLO lo sabe, por eso le urge controlar las manifestaciones, la percepción y por supuesto las elecciones.
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Los mexicanos cambiamos la política por los gritos | Espino
» LUIS ANTONIO | ESPINO
) The Washington Post
La demagogia es una forma de argumentación en la que no importan las ideas, la evidencia, los datos o los hechos, sino las identidades de las personas, sus lealtades de grupo y, sobre todo, su supuesta bondad o maldad. Divide al mundo en dos bandos irreconciliables y en lucha permanente: “ellos” contra “nosotros”. Es un atajo que evita el esfuerzo de pensar y nos permite expresar nuestros puntos de vista con la convicción de quien cree estar siempre del lado correcto.
La experta en retórica Patricia Roberts-Miller explica que la demagogia es como las algas en un lago. En pequeñas cantidades, las algas son inofensivas y hasta cumplen un papel en el ecosistema. Pero si se reproducen fuera de control se vuelven un problema: consumen todo el oxígeno del agua, la enturbian, desplazan a otras plantas, dejan sin comida a los animales y amenazan a todo el lago. Llegado un punto, las algas solo permiten que crezcan más algas y eso es lo que hace la demagogia: crear un ambiente tóxico donde solo puede crecer más demagogia. Cuando eso sucede en una sociedad, quienes tratan de argumentar con base en evidencia se ven desplazados por los demagogos, quienes solo discuten para imponer su propia “realidad paralela” a los demás.
En México llegamos a ese punto en el que la demagogia domina prácticamente todos los espacios de la conversación pública. Dejamos de hablar de los temas y nos enfocamos solamente en las personas y los bandos de “buenos” o “malos” a los que supuestamente pertenecen.
En la arena política, sin duda el demagogo en jefe es el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en vez de argumentos para persuadir usa insultos para denostar a sus propios conciudadanos. Pero no es el único. En su círculo hay aprendices aplicados, como el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien trata de copiar la retórica divisiva de su jefe cuando afirma que los mexicanos que viven en el sur “son más inteligentes” que los del norte. Y hay aprendices rezagados, como la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien trata infructuosamente de ser polarizante contra instituciones del Estado como el actual mandatario. Ninguno ha podido lograr el mismo efecto sobre las masas que su mentor, debido sobre todo a su incapacidad para transmitir con su discurso emociones como el resentimiento, un motor poderoso de la retórica presidencial.
La demagogia, sin embargo, no es monopolio del presidente y sus cercanos. Basta asomarse al Congreso mexicano para darse cuenta de que esta existe en todos los partidos políticos, en medio de una polarización aguda en la que las formas y el fondo dejaron de importar. Ante la negativa de la mayoría oficialista para negociar cambios a sus iniciativas de ley, legisladoras y legisladores de la oposición usan el podio para insultar, descalificar y agredir.
El lenguaje ha dejado de ser un instrumento de deliberación y se ha transformado en arma de confrontación. Un bando celebra la estridencia opositora por las mismas razones que el otro celebra la estridencia gubernamental: con esa gente no se puede razonar y solo queda escupirles sus verdades a la cara. Del lado oficialista poco importa brindar alguna prueba real de que el gobierno hace bien las cosas. Lo importante es conservar el poder y usarlo para aplastar al opositor, humillarlo y negarle legitimidad política. La calidad de los discursos es lo de menos. El Poder Legislativo ya es un lago sin oxígeno en el que solo crecen algas.
La demagogia, sin embargo, no es un mal que solo generen los políticos. Los ciudadanos la esparcimos cuando usamos la identidad de las personas para descalificar sus opiniones. Y la potenciamos al aplaudir, aprobar y votar a políticos que, aunque sean corruptos, incompetentes o ignorantes, nos parecen “auténticos” porque “dicen verdades” y “ponen en su lugar a los otros”. También alimentamos a la demagogia cuando no escuchamos a liderazgos que tal vez tienen buenas ideas, pero nos parecen “aburridos” por hablar con evidencia y argumentos razonados.
Somos nosotros, los ciudadanos, los que damos un “me gusta” y compartimos en redes discursos llenos de gritos de coraje y vacíos de contenido. Somos nosotros los que pensamos que gobernar es pelear, golpear y aplastar, no conciliar, negociar y construir. Así, le damos permiso a nuestros gobernantes de abandonar la razón y entregarse a las peores emociones: enojo, odio, resentimiento, venganza. Está bien esperar algo de emoción de los discursos políticos, pero está muy mal que nos conformemos solamente con eso.
El acelerado descenso de nuestra democracia hacia la demagogia tiene una consecuencia funesta de la que nos tendremos que hacer cargo: nuestras instituciones son cada día más débiles y disfuncionales, y por eso nuestros problemas están empeorando sin que se les atienda con políticas públicas eficaces o con planes de gobierno sensatos.
La única forma de escoger, diseñar y poner en práctica esas políticas y planes es hablando entre ciudadanos, deliberando, discutiendo, entendiendo y negociando. Es decir, haciendo política. Para eso tenemos partidos, elecciones y representantes. La demagogia, sin embargo, está matando a la política: nos está despolitizando al convertirnos en miembros de tribus vociferantes, no en ciudadanos de una república.
De este modo, los problemas crecerán, alimentando la impaciencia y frustración de votantes que, en vez de demandar dialogo y soluciones, apoyarán a demagogos cada vez más autoritarios que nos defiendan a “nosotros” y limpien al país de “ellos”. Por eso, si no ponemos un alto a la demagogia, si no comenzamos a oxigenar de nuevo el lago que todos compartimos, entonces los peores gobernantes del siglo XXI todavía están por venir.
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AMLO va contra el INE y las instituciones que lo hicieron presidente
» CARLOS | LORET DE MOLA
) The Washington Post
El principal beneficiario de la democracia mexicana la quiere destruir. Es difícil encontrar en la historia reciente un ejemplo de alguien a quien las reglas del juego democrático lo hayan beneficiado tanto como al hoy presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Empezó en la política en un partido político, se encumbró en otro y fundó un tercero. Logró ser dirigente nacional, gobernante de la capital del país y presidente. Inició su carrera política en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) cuando este era un partido de Estado. Conforme se fue consolidando la apertura democrática en México, también AMLO abrió su abanico de opciones: rompió con el PRI y se acomodó en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), del que llegó a ser dirigente nacional y con el que fue jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal. Con el PRD fue dos veces candidato presidencial y, cuando otros grupos dentro del partido se negaron a sometérsele, fundó otro donde milita actualmente: en Morena ha sido dirigente nacional, candidato presidencial por tercera vez y, finalmente, presidente de México.
Durante esos más de 20 años en los que López Obrador fue la principal figura de la oposición en México, no tuvo problemas de financiamiento. Por ley, los partidos políticos reciben una partida del presupuesto público en función del número de votos que obtienen. La democracia mexicana le ha permitido a los partidos donde ha militado y que ha dirigido AMLO (PRD y Morena) acceder a un presupuesto de más de 17,000 millones de pesos (850 millones de dólares), desde 1997 hasta lo presupuestado para 2023, por conceptos como actividades ordinarias y específicas, y gastos de campaña.
Además, a partir de una reforma electoral en 2007, estos partidos también han recibido millones de minutos para transmitir gratuitamente anuncios políticos en televisión y radio, en los cuales enviaba sus mensajes contestatarios contra los gobiernos en turno.
Con todo ese dinero y difusión, AMLO pudo consolidarse como el líder político opositor más feroz y poderoso, quien capitalizó los errores de los gobiernos y los tradujo sagazmente en votos que lo condujeron a la presidencia.
Antes de ganar dicha elección, en 2018, los partidos opositores que encabezó ya tenían bancadas fuertes en el Congreso federal; habían conquistado gubernaturas, congresos locales y cientos de presidencias municipales; también negociado reformas y presupuestos para, poco a poco, pavimentar su camino hasta llegar a Palacio Nacional.
Todo eso pudo pasar porque la larga historia de fraudes electorales en México quedó atrás gracias a que, desde 1996, las elecciones las dejó de organizar el gobierno y empezaron a estar en manos de los ciudadanos a través de un órgano autónomo, encabezado por la sociedad civil (avalado por los partidos políticos) y bien dotado de recursos: el Instituto Federal Electoral (IFE), luego renombrado Instituto Nacional Electoral (INE).
Fue tan estratégico este IFE ciudadano que, al año siguiente de su creación y tras organizar su primera elección, por primera vez en la historia de México el PRI no tuvo mayoría en la Cámara de Diputados. López Obrador era dirigente nacional del PRD en ese momento y, en una entrevista posterior, dijo sobre esa situación: “En 1997, el logro más importante es el de la autonomía del Consejo del IFE, la forma como se llegó a tener consejeros independientes. Eso fue una negociación política importante porque no pudieron tener ellos (el gobierno) el control, es decir, ya no tienen la mayoría en el Consejo del IFE. No solo dejó el IFE de depender de (la Secretaría) de Gobernación, no solo se cortó el cordón umbilical, sino que ya el órgano de dirección del IFE se formó tomando en consideración la opinión de los partidos de oposición”.
Hoy, sentado ya en la presidencia, López Obrador quiere que nadie más tenga las oportunidades políticas que él tuvo. Él y su partido acaban de plantear una reforma electoral que implica un retroceso democrático, la cual sustenta en su típico discurso de “austeridad republicana” que ya ha hecho daño a las instituciones y las personas más vulnerables del país. La reforma va en tres avenidas.
La primera es reducir los recursos que se entregan al INE y a los partidos políticos. Es una medida sumamente popular según una encuesta, casi nadie está en contra. Pero sí escandaliza el momento político en el que el presidente decide plantear este recorte: quiere secar de recursos a la oposición cuando en 2023 se realizarán elecciones a gobernador en Estado de México —la entidad más poblada del país y controlada por el PRI— y en 2024 habrá comicios presidenciales. Esto en medio de acusaciones de la oposición de que Morena habría encontrado en el crimen organizado una fuente de financiamiento.
La segunda es reducir el número de legisladores, tanto a nivel federal como local, otra medida con un respaldo casi unánime. El truco es con qué criterios se van a reducir. Porque lo que parece buscar esta propuesta es darle más poder a Morena y menos a los partidos más pequeños y de oposición. ¿Será privilegiando a la mayoría para aplastar a las minorías como planean reformar los Congresos? Parecería justo el antónimo de democracia y contra lo que AMLO y sus seguidores lucharon durante años.
La última es que los consejeros del INE sean nombrados mediante el voto popular, y que puedan ser propuestos por el Poder Ejecutivo abandonando cualquier idea de neutralidad política, convirtiendo a los jueces en jugadores en la arena que ellos van a arbitrar. Es como si en un partido de futbol, para designar a los árbitros, los pusieran antes como delanteros de un equipo a ver qué árbitro mete más goles: al final, ese árbitro quedará comprometido con el equipo que le ayudó a llegar al cargo.
La embestida desde la presidencia y su partido contra el árbitro electoral es apenas la consolidación de una estrategia que lleva mucho más tiempo en operación. El presidente quiere todo el poder y ha trabajado para conseguirlo. Inició minando el poder de los gobiernos estatales, ejerciendo presión mediante el control del presupuesto. Trató de doblegar a la Suprema Corte de Justicia. Siguió con la cooptación de los organismos autónomos (Fiscalía General de la República, Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Comisión Reguladora de Energía y otros). Ha atacado ferozmente a la prensa crítica usando el aparato del Estado y ha buscado el desprestigio de las organizaciones de la sociedad civil. Para el presidente, quien fue el opositor más mimado en la historia de la democracia mexicana, no hay oposición legítima ni crítica válida. Todos son parte de grupos “conservadores” que buscan frenar a su gobierno.
Pero solo hay una cosa que no parece estar midiendo AMLO: que en esta batalla hay un rival de su tamaño, si no es que más grande. El INE cuenta con una opinión positiva de 88% . AMLO tiene una aprobación de 59%. El INE es de los ciudadanos, es de los mexicanos. Está en el ADN de quienes hemos visto cómo su consolidación ha provocado lo mismo con la democracia en nuestro país. No ha estado exento de tropiezos, errores ni excesos, pero siempre ha avanzado en una dirección clara y contundente que no debe ser obstaculizada: la democracia mexicana.
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Fiscalía General Vs Corrupción
Tercera Vía
» ERNESTO | RIVERA RODRÍGUEZ
) Facebook @Ernesto Rivera
La Fiscalía General del Estado que maneja a su antojo la Tte. Coronel Sandra Luz Valdovinos, a tocado los puntos más oscuros de la galopante corrupción en que se encuentra, situación que busca negar con esa sonrisa de adolescente que enmarca su verdadera rostro de intolerancia y prepotencia bajo una ordenanza pseudo militarizada con la que a estructurado su equipo interno, bajo un control fascista de manejar una institución que a todas luces es de carácter civil.
Tal aberracion a logrado llevar a esta institución a una profunda degradación en todos sus niveles y áreas a tal nivel que el cinismo se ha apoderado hasta de los «boletines» que son publicados sin pudor alguno, pretendiendo manejar desde hace meses una imagen de trasparencia, que en la realidad está más cercano al Retrato de Dorian Grey, corroído por la corrupción, que a su maquillada sonrisa.
Dicen que el hilo se rompe por lo más delgado, pero aquí el hilo es una madeja de 10 millones de pesos!!!, sí, un dineral que han desaparecido estando en resguardo en las oficinas de la Agencia del Ministerio Público de Costa Azul, en Acapulco, pese a que por instrucciones del alto mando de que No se movieran, simplemente desaparecieron. Las fechas de ese fantasmal movimiento son oscuras.
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¿Quién se robó los diez ‘melones’?
» De Frente
MIGUEL ÁNGEL | MATA MATA
] Facebook @miguelmatamata,
1.
Por los caminos del sur, se escucha en la canción.
Pasó el 15 de octubre pasado. Inauguraron una agencia del Ministerio Público del Fuero Común en San Miguel Totolapan. Tomaron la carretera que llega a la cabecera municipal de Arcelia. Desde ahí sería muy sencillo legar a Chilpancingo.
Puede llamarse imprudencia. Puede ser ignorancia. Pude ser arrogancia. Quien conducía decidió viajar de noche.
Nadie les dijo que, por los caminos del sur, serpenteantes, es peligroso viajar de noche.
Una camioneta blanca, propiedad de la Fiscalía General del Estado de Guerrero, se salió de la carretera San Miguel Totolapan-Arcelia y cayó en un barranco de más de 50 metros de profundidad.
El director de comunicación social de esa institución, Rafael Lara Hidalgo, y tres de sus colaboradores salvaron la vida como de milagro, al salir, como pudieron, del barranco profundo. La camioneta, tras una veintena de vueltas, quedó como pérdida total.
— ¿Por qué no existe una averiguación previa del accidente, como ordena la ley?
2.
Alguien dio el pitazo. El pasado 14 de junio fue detenido un pasajero en el Aeropuerto Internacional de Acapulco, procedente de un viaje doméstico de Toluca. Policías federales lo sometieron a revisión y le hallaron diez millones de pesos, en efectivo.
Presentaron, al entonces misterioso pasajero, y los fajos de billetes, ante la agencia del Ministerio Público del furo común en la colonia Costa Azul. El titular en turno no quiso recibir, ni al detenido, ni el dinero, porque, consideró, se trataba de un delito del orden federal.
Pero sí informó a sus superiores en Chilpancingo, desde donde le ordenaron recibir tanto al detenido como el dinero.
El protocolo, en casos de aseguramiento de bienes, ordena enviar de inmediato a la oficina especializada la evidencia, es decir, los diez millones de pesos.
La orden vino en contra sentido: “guarden ahí el dinero”.
— ¿Quién ordenó dejar en una agencia del fuero común detenido y evidencia de un supuesto delito federal?
3.
El mes de octubre fue de cambios y movimiento de funcionarios en agencias que la Fiscalía tiene en todo Guerrero. La agencia de Costa Azul no fue la excepción, en donde cambiaron tanto a los titulares del MP como a los comandantes de la policía investigadora ministerial.
En octubre, también, el detenido el 14 de junio en el aeropuerto demostró la procedencia legal de los diez millones de pesos que le incautaron y exigió la devolución de los mismos.
Pero…
— El dinero había desaparecido de las oficinas de la agencia del Ministerio Público de Costa Azul.
4.
Abraham Isaac se llama el detenido, liberado y quien se convirtió en acusador al denunciar, por robo, a quien resulte responsable.
Un juez de Control ordenó la devolución por la cantidad de nueve millones 85 mil pesos al afectado e impuso una multa al fiscal regional de Acapulco, por la cantidad de nueve mil 622 pesos. Se sabe que ya están en proceso penal el titular de la agencia del MP Costa Azul y sus dos auxiliares. Pero…
— ¿Dónde está el dinero?
5.
Luego del escándalo por la desaparición de diez millones de pesos en efectivo, la fiscal general de Guerrero, Sandra Luz Valdovinos Salmerón, ordenó la baja de cinco agentes del ministerio público de Costa Azul y una comandante de la Policía Investigadora Ministerial, egresada de la Academia policial con honores.
En seis oficios que circularon la tarde del viernes en redes sociales, el director general de presupuesto y administración de la FGE, Ricardo Ferrer Martínez, envió oficio el pasado 18 de octubre al vicefiscal de investigación de la FGE, Ramón Celaya Gamboa, para darle a conocer el rompimiento de vínculos laborales de elementos de la institución, adscritos a la agencia del MP sector Costa Azul.
Se trata de cinco agentes del ministerio público que responden a los nombres de José Lenin García Valencia, Grecia Itzayana Giles Castro, Zitlali Ortega Calvo, Leticia Serrano Vélez y Fischer Alberto Aparicio Gómez, así como la comandante de la Policía Investigadora Ministerial, Delfina Agustina Trani Bernal. Pero…
De acuerdo con datos proporcionados de manera anónima, los ahora depuestos no tuvieron derecho a defensa legal alguna y las acusaciones vinieron directamente del personal militar que ha sentado sus reales en la Fiscalía General del Estado de Guerrero a quienes señalan de hostigar a todos los elementos con actuaciones personales y familiares.
— ¿Y el dinero?
6.
La trama de la misteriosa desaparición de diez millones de pesos no concluyó aún. El pasado sábado, el vicefiscal de Investigación, Ramón Celaya Gamboa, presentó su renuncia al cargo que venía desempeñando en la Fiscalía General del Estado en Guerrero.
Su dimisión causará efectos a partir del primero de noviembre.
¿Tiene qué ver su renuncia con la trama del robo?
La Fiscalía no informa y, para colmo, quien estaría obligado a informar, el joven Rafael Lara Hidalgo, director de comunicación social, también ha presentado su renuncia.
— ¿Y los diez millones?
7.
Desde la llegada de la teniente coronel a la fiscalía se denunció un clima de hostigamiento de militares en contra del personal civil. La sustitución de agentes del Ministerio Público y comandantes de la policía ministerial, para poner en su lugar a militares, fue un hecho cotidiano.
Se ha anunciado que el miércoles próximo habrá una protesta en contra de las decisiones unilaterales y por el hostigamiento que se promueve en contra el personal de la Fiscalía
La fiscal, a diez meses de asumir el cargo, como se nota, tiene menos elementos que le ayuden a su lado. Algo anda mal, muy mal, en la Fiscalía General de Guerrero.
— ¿Y el dinero?
8.
Por los caminos del sur… que son sinuosos, y son peores, cuando se recorren con imprudencia, arrogancia e ignorancia.
— ¿Quién se robó los diez millones de pesos?
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Loret | AMLO minimiza revelaciones de Guacamaya, pero son gravísimas
CARLOS | LORET
) Washington Post
Carlos Loret
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha intentado minimizar el hackeo masivo a la Secretaría de la Defensa Nacional por parte de los hacktivistas Guacamaya, que expuso miles de documentos confidenciales y arrojó luz sobre actividades que el gobierno había querido esconder.
Desde que dimos a conocer este hecho, hace casi un mes, el mandatario no ha aceptado la gravedad de la vulneración histórica: dice que el hackeo no expuso nada grave, que no es noticia, que ya a nadie le importa… pero sigue teniendo que hablar casi todos los días del asunto, porque regularmente hay una nueva revelación que deja en entredicho a su administración.
Hay más de seis terabytes hackeados y el cúmulo de documentos que han sido expuestos hasta ahora han evidenciado cosas gravísimas. La primera es la alianza del crimen organizado con el régimen de AMLO. El ejemplo más contundente son los informes de inteligencia del Ejército que señalan que, durante la gestión de Adán Augusto López como gobernador de Tabasco, el hoy secretario de Gobernación y aspirante a la presidencia, entregó el control de los órganos de seguridad pública al Cártel Jalisco Nueva Generación. La información no proviene de una investigación periodística, una denuncia de un partido de oposición ni de una organización no gubernamental: es el Ejército implicando con el narco al número dos del gobierno federal mexicano.
La segunda es que en México el presidente está al servicio del Ejército, no al revés. Lo que los militares analizan, diagnostican y plantean es lo que AMLO ofrece como sus propias opiniones y rutas de solución a los problemas. El presidente queda como una mera correa de transmisión de los intereses militares.
La publicación de la información confidencial ha ido desmontando una a una las frases más emblemáticas del presidente. Su gobierno se ha construido sobre su gran capacidad de popularizar lemas pegajosos detrás de los que esconde sus errores y fracasos: mantras que repite incesantemente para tratar de dominar la narrativa política y tratar de hacerlas pasar por verdades.
AMLO dice que el lema de su gobierno es “no mentir, no robar y no traicionar”. Los Guacamaya Leaks evidenciaron que el presidente mintió sobre su estado de salud: escondió hospitalizaciones de emergencia y las disfrazó de chequeos de rutina. Y sobre la terminación en las obras del Tren Maya, una de las obras icónicas de su gobierno: en los informes del Ejército se señala que es muy complicado que sea concluida a tiempo.
AMLO ha dicho que el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles es el mejor de América Latina. Pero en los documentos filtrados se reconoce que opera con pérdidas multimillonarias y que solicitó un subsidio de 2,600 millones de pesos (130 millones de dólares) para operar en 2023. En otro informe se afirma que el nuevo aeropuerto de Tulum no será atractivo para turistas y aerolíneas si no hay más hoteles en la zona, lo cual contradice la narrativa oficial.
Las filtraciones también contradicen al presidente sobre no robar: el Ejército revisó el proceso de construcción de 17 sucursales del Banco del Bienestar, nada más en la Ciudad de México, y detectó irregularidades por casi 20 millones de pesos. Es decir: sí mienten, sí roban y sí traicionan.
A López Obrador le gusta repetir “no somos tapadera de nadie”. Pero los documentos revelan nexos de Adán Augusto López, funcionarios de la empresa Pemex y miembros de la Guardia Nacional con una red de traficantes de combustible robado. Además, el Ejército señala a gobiernos estatales y municipales de Morena vinculados con el narcotráfico. No ha habido una sola renuncia tras las revelaciones y el presidente ha salido a defender al secretario de Gobernación. Así que sí es tapadera.
El presidente insiste en señalar que su gobierno “no espía a nadie”. Pero el Ejército espió a grupos feministas, activistas y hasta universidades. A las colectivas feministas, que irrumpieron hace unos años con gran poder y legitimidad en la escena nacional, las catalogó como una organización de “amenaza media-alta”, incluso mayor que la red terrorista Al Qaeda. Hay “seguimientos” también a embajadores, legisladores y gobernadores. Y paralelamente se supo que contrataron el software espía Pegasus para ingresar a los teléfonos celulares de periodistas y activistas.
Cuando el presidente dice “no somos como los de antes” es para intentar diferenciarse del abuso del poder en sexenios pasados. Pero los documentos revelaron que a su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, una patrulla costera de la Marina la cuidó mientras realizaba actividades acuáticas recreativas durante unas vacaciones que pasó en un hotel de Grupo Vidanta, cuyo dueño es amigo del presidente. También mostraron los tratos especiales del Ejército que han recibido legisladores y dirigentes del partido oficialista Morena; los 18 militares que tiene como escoltas el director de Pemex, Octavio Romero; y cómo el Hospital Central militar es usado como clínica VIP de la clase política obradorista. “Ya no hay lujos en el gobierno”, dice AMLO, pero el secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, compra regalos carísimos para sus allegados.
López Obrador lleva todo el sexenio diciendo que el Ejército ya no viola derechos humanos. Pero los informes relatan abusos sexuales de mandos contra su tropa, la “Operación limpieza” para exonerar a los militares de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, y los vínculos de soldados, marinos y guardias nacionales con delincuentes.
El hackeo de Guacamaya ha hecho una radiografía que muestra un gobierno sucio e ineficaz. López Obrador también repite mucho que “en este país, el presidente se entera de todo”. Si es así, entonces él es cómplice de lo que sucede. Por eso es lógico que prefiera minimizar el impacto del hackeo: es puro instinto de supervivencia.
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La encrucijada del #SNTE14: Cambiar o seguir lo mismo de siempre
» Epístolas Surianas
JULIO | AYALA CARLOS
epistolassurianas@hotmail.com
) Facebook @julio.ayalacarlos
* La encrucijada de la sección 14 del SNTE
* El cambio, o seguir lo mismo de siempre
POR MUCHO, LA PLANILLA ORO, que encabeza el Maestro René Molina es la mejor para dirigir la sección 14 del SNTE, tanto por su integración como por el compromiso que tiene con el magisterio guerrerense, de tal forma que si los maestros votan con inteligencia y responsabilidad, sin presiones ni amenazas en la elección que está próxima a llevarse a cabo, encabezará el futuro de los maestros.
Hay que decir que en los últimos años, la sección 14 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación ha estado secuestrada por seudodirigentes que lo único que han hecho es enriquecerse con las cuotas sindicales de los maestros, incluidos la de los cetegistas, además de los negocios que han hecho al amparo de esa sección sindical, de tal forma que en la elección que está por llevarse a cabo, los maestros, y me refiero a los verdaderos maestros, están ante la posibilidad de elegir a un auténtica direccional seccional que mire por ellos.
En efecto, hoy por hoy el magisterio guerrerense tiene ante sí la posibilidad de liberarse de las ataduras que por años los han mantenido en el olvido y con promesas sin cumplir, para tomar en sus manos su propio destino, a fin de dejarse escuchar y finalmente acordar con las autoridades lo que les conviene.
Sin embargo, y eso hay que decirlo, sólo podrán lograrlo si eligen como su dirigente a quien encabeza la Planilla Oro, es decir, al Maestro René Molina, quien si bien no es un santo, es el mejor de todos los aspirantes a encabezar la sección 14 del SNTE, y es que no sólo está comprometido con los maestros, sino que en los cargos que ha ocupado ha dado muestras de ello, y eso es lo que requiere en estos momentos el magisterio: dirigentes que se ocupen de ellos, y no que se enriquezcan en su nombre.
Hoy, como nunca antes, los maestros podrán elegir libremente. Podrán hacerlo sin presión, sin amenazas, sin hostigamiento. Podrán votar por una dirigencia que de verdad los represente, y no por los mismos de siempre. Podrán mandar a la basura a sujetos sin escrúpulos, bandidos y sinvergüenzas, y votar por el candidato que de ser elegido, hará la diferencia.
Sí. El magisterio guerrerense, incluido el que milita en la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación, en la elección de su nueva dirigencia sindical, está ante la oportunidad de darle un nuevo rumbo a la sección, y desterrar, de una vez por todas, seudoliderazgos como el que encabeza Javier Sanmartín Jaramillo, quien se convirtió en el nuevo rico de los maestros guerrerenses, y que a través de terceros pretende perpetuarse en el poder.
Tienen la oportunidad de cambiar, pero también de continuar igual…
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El ‘cash’ resultó ‘morralla’
» JORGE | ZEPEDA PATTERSON
) Sin Embargo
Tras leer el libro de Elena Chávez, la exesposa de César Yáñez, quien fuera mano derecha de Andrés Manuel López Obrador durante varios años, queda la sensación de que la diatriba termina confirmando lo contrario a lo que pretendía. Si era el rey del cash, López Obrador resultó más bien centavero. En lugar de dar cuenta de la “riqueza inexplicable” lo que describe, sin querer, es la “pobreza explicable” en la que ha vivido el ahora Presidente.
Leí el libro El Rey del cash: el saqueo oculto de López Obrador y su equipo cercano, el mismo día que se publicó una nota en el diario El País sobre la fortuna secreta, 224 millones de dólares, de Juan Collado, abogado de Enrique Peña Nieto. Y no pude menos que contrastar esas fortunas con las cifras irrisoriamente modestas que la autora maneja a lo largo del texto para dar cuenta, según ella, de la perversidad de AMLO. Al intentar hacerlo se ve obligada a describir una y otra vez escenas de la vida diaria que simplemente confirman que la austeridad o la pobreza franciscana es un rasgo genuino del tabasqueño, una verdadera anomalía entre la clase política.
La autora afirma que carretadas de millones pasaron por las manos de AMLO y sus colaboradores inmediatos para financiar a su movimiento, pero a partir de información de oídas; los hechos que documenta, sin embargo, lo que verdaderamente le consta porque lo compartió con Yáñez, es la modestia en la que vivía López Obrador o ella y su propio marido.
En 2016 o 2017, “César le había comprado a Beatriz Gutiérrez un departamento en la colonia Portales, en la calle de Tokio, en más de un millón 600 mil pesos. ¡Eso no era posible! Cuando se fue de casa lo hizo con una mano atrás y otra adelante”. Elena Chávez cita lo anterior para denostar a César Yáñez, pero lo que está describiendo sin proponérselo es a un hombre honrado. Un absurdo desde la lógica de la clase política mexicana, heredera de la filosofía de Hank González de que un político pobre es un pobre político. Lo que se preguntaría cualquier Diputado que se precie sería: ¿cómo es posible que haya terminado empobrecido quien fuera brazo derecho de López Obrador, su jefe de comunicación en la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal y por quien supuestamente pasaron cientos o miles de millones de pesos?
“Recuerdo que en aquella época, entre 2005 y 2006, el salario de César era de 20 mil pesos mensuales, al igual que todos los que tenían su nivel; los de bajo rango recibían desde cinco mil hasta 10 mil pesos al mes. Ni qué decir de los viáticos: era tan poco que se hospedaban en hoteles casi de paso. No les importaba compartir cuarto en parejas y hasta con alguna que otra cucaracha”.
Para resaltar su cercanía indirecta con AMLO termina haciendo descripciones que más bien lo benefician: “la mayoría de las veces preparaba desde una noche antes dos lonches, uno para mi pareja y otro para el hoy Presidente: galletas, alguna fruta, agua y semillas para aguantar el hambre debido a los recorridos a pie tan largos y pesados”. En otro pasaje afirma que tanto Yáñez como su jefe se vestían con las guayaberas y ropa que les regalaban en los pueblos por los que pasaban; el ahora Presidente andaba con muchos colores porque era lo que tenía y no sabía combinar, aunque prefería las camisas de cuello en v y las redondas se las pasaba a su colaborador. Viñetas que más bien resultan conmovedoras por su autenticidad y dan cuenta de los valores y prioridades que predominan en el ánimo de López Obrador.
“Pocos meses después de la boda nació Jesús Ernesto. Un día César me pidió que lo acompañara a conocer al bebé y llevarle un regalo. La pareja vivía en un departamento de la colonia Del Valle en la Ciudad de México, en la calle Heriberto Frías, casi enfrente de Plaza Universidad. Llegamos por la tarde. El departamento era pequeño y sencillo: la cocina a la entrada, el comedor y la sala casi agarrados de la mano; el baño de frente y al lado dos recámaras; una la habían modificado para hacer un estudio donde tenían un librero y una computadora, en la otra estaba el bebé”. Y otra vez, uno no puede dejar de pensar que lo que está describiendo es un departamento de clase media baja. Eso es lo único que pudo permitirse, para instalar a su esposa y su hijo recién nacido, un hombre que había sido Jefe de Gobierno de la capital. Una propiedad inferior a la que podría aspirar el secretario del secretario de cualquier Gobernador que no fuera AMLO. Unas líneas después da cuenta de la angustia de Beatriz Gutiérrez Müller y recuerda que la esposa del ahora Presidente “reconoció sentirse incómoda de vivir en ese departamento donde no tenía ninguna privacidad. Con voz entrecortada nos dijo: Jamás tendré una casa, así como es Andrés Manuel”.
La autora se ceba en particular con Beatriz Gutiérrez y para hacerlo se ve obligada a reconocer aspectos que muestran facetas poco conocidas del Presidente. “¿Por qué tu jefe siempre sale corriendo?, le pregunté a César uno de tantos domingos. Su respuesta me dejó estupefacta: Tiene que cuidar al niño, la nana sale a las seis”. En esencia, el candidato a la Presidencia tenía que acortar algunos actos de campaña porque su esposa estaba estudiando una maestría.
El principal misil del libro intenta dar substancia a uno de los cuestionamientos históricos de los críticos de López Obrador: ¿de qué ha vivido? Pero es un aspecto al que se asoma por encima, con referencias a escándalos ya conocidos o presunciones de lo que interpretó a partir de expresiones o gestos de quien fuera su marido. En el proceso, insisto, lo que sí demuestra es que más allá del origen de los recursos con los que haya vivido AMLO, el hecho es que ha vivido modestamente.
El movimiento, está claro, se apoyó en recursos de militantes, funcionarios y empleados públicos y algunos lo hicieron con menos ganas que otros, empresarios simpatizantes y muy probablemente, en efecto, de transferencias de gobiernos afines. Esto último no sería algo para enorgullecerse, pero una práctica que palidece frente a la escala en que lo han realizado los gobiernos priistas y panistas para financiar sus campañas. Algo a lo que Morena se sintió obligado para estar en condiciones de ser competitivo frente a los adversarios a derrotar. En el mismo paquete de las alianzas vergonzantes que el partido concretó con fuerzas impresentables como las del PVEM, entre otros.
Pero el punto central del libro, exhibir a López Obrador como un vividor de los recursos extraídos de sus seguidores, es fallido. En todo caso, demuestra lo contrario. La sobriedad de López Obrador es genuina.
@Jorgezepedap
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Impunidad alienta violencia contra mujeres | Frente Amplio Feminista de Guerrero
» Karla | Galarce Sosa
CHILPANCINGO * 18 de Octubre de 2022.
) Con Perspectiva
El integrante del Frente Amplio Feminista del estado, Enrique Solano López, señaló que la Fiscalía General de Guerrero no investiga con perspectiva de género los feminicidios ocurridos. De ahí, dijo, que la impunidad y falta de sanciones alienten a que haya mayor saña y violencia hacia las mujeres.
El pasado 12 de octubre la Comisión de Seguridad Pública del Senado aprobó un dictamen para exhortar a la Fiscalía General de la República y a sus homólogas en las 32 entidades federativas a investigar los casos de feminicidios con perspectiva de género. También para que las instituciones de seguridad pública de los tres órdenes de gobierno establezcan políticas públicas para evitar los distintos tipos de violencia contra las mujeres.
En contraste, ese mismo día fue asesinada una joven en la colonia Emiliano Zapata de Acapulco, luego de que dos hombres la levantaron en esa misma colonia dos horas antes de matarla a balazos. Ese mismo día fue asesinada otra mujer en la colonia Esmeralda, también en el puerto de Acapulco, según información difundida por la Fiscalía General de Guerrero ese mismo día.
Existe subregistro de feminicidios en Guerrero
En entrevista para Con Perspectiva, el activista informó que en un mes se han cometido al menos 17 feminicidios en Guerrero y criticó la lentitud en las investigaciones, así como la falta de datos en el Banco Nacional de Datos e Información sobre Casos de Violencia contra las Mujeres (Banavim), que depende de la Secretaría de Gobernación (Segob) federal.
Guerrero no ha registrado un solo feminicidio en dicha plataforma, a pesar de que tres feminicidios han sido de relevancia mediática por la crueldad con la que fueron cometidos el mes pasado. Tanto que la Comisión de los Derechos Humanos de Guerrero señaló que era preocupante el aumento de los feminicidios en la entidad.
Julia fue asesinada a pedradas en Chilpancingo el 6 de octubre, lo que causó indignación del gremio del sector salud que se movilizó al día siguiente para exigir justicia por el feminicidio. Ella era trabajadora en el hospital de la Madre y el Niño de Chilpancingo.
Otro feminicidio fue el de Jessica, también en Chilpancingo, quien fue degollada y el o los agresores incendiaron el domicilio donde habitaba; familiares y vecinos sacaron el cuerpo de la casa ubicada en la colonia CNOP.
El 17 de junio, hombres armados atacaron a balazos a una mujer y a su hija, una adolescente de 14 años de edad, cuando ambas viajaban sobre la carretera federal Acapulco-Pinotepa Nacional, Oaxaca, en las inmediaciones del municipio de Cuajinicuilapa, en la Costa Chica guerrerense.
Solano López advirtió que quienes integran el Frente Amplio Feminista harán un pronunciamiento dada la falta de datos ante organismos internacionales, al subrayar que existe un subregistro en cuanto a feminicidios en el gobierno estatal.
Dijo que los 17 feminicidios contados por diferentes organizaciones feministas el mes pasado, han ocurrido en las regiones Costas Grande, Costa Chica, La Montaña, Tierra Caliente y Acapulco.
No hay avances en el combate a la violencia feminicida
Lamentó que no haya apertura a representantes e integrantes de la sociedad civil para contribuir en el análisis de la información y que se haga con perspectiva de género, por lo que se violan acuerdos internacionales que sugieren incluir a integrantes de la sociedad civil organizada ante grupos de coordinación interinstitucionales dada la alerta de género vigente en nueve municipios de Guerrero.
Destacó así la detención prácticamente circunstancial en Tijuana de César Gómez Arciniega, expareja de Magdalena Aguilar Romero, nutrióloga taxqueña de 28 años que fue reportada como desaparecida y su cuerpo fue hallado desmembrado y parcialmente cocinado en el negocio de su ex esposo en enero de 2018.
Solano López estimó que cada año se registran en promedio 180 feminicidios; no obstante que se carece de avances acerca de las recomendaciones por violencia feminicida y agravio comparado de la norma 046 de salud en la interrupción legal del embarazo, y que mantienen la alerta de género en Guerrero.
Señaló que falta trabajar en los médicos y las médicas objetores de conciencia, luego de la despenalización del aborto, además que falta de infraestructura para tales intervenciones a las mujeres violadas.
Recordó que Guerrero tiene el primer lugar en embarazos adolescentes, por lo que habló de la necesidad de un programa integral de atención de las mujeres, ya que se sigue cosificando a las mujeres sin preparar a los hombres en el ejercicio pleno de la sexualidad.
Nueve municipios en alerta de género
El 23 de junio de 2016 la Asociación Guerrerense contra la Violencia hacia las Mujeres presentó una solicitud de declaratoria de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres para los municipios de Acapulco, Ayutla, Chilpancingo, Coyuca de Catalán, Iguala, Zihuatanejo, Ometepec y Tlapa, la cual fue admitida el 28 de junio de ese mismo año.
El 8 de diciembre de 2017, la misma AC solicitante, pidió que se incluyera al municipio de Chilapa como los municipios con declaratoria de alerta de violencia de género contra las mujeres en Guerrero.
El grupo interinstitucional y multidisciplinario encargado del seguimiento a la implementación de la alerta de violencia de género por violencia feminicida sesionó de manera virtual el 10 de agosto pasado.
Entre los acuerdos está solicitar que se designe a una persona representante del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio al trabajo del grupo interinstitucional y multidisciplinario luego de su solicitud para incorporarlo.
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