El Santo Oficio
Ángel Miguel Blanco
massiosare@msn.com
Es triste ver a un amigo en desgracia, vilipendiado por todos los francos, calumniado y ridiculizado hasta por sus propios amigos…
El alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, es un buen político, con talento, carisma y creatividad, pero su caso nos hace recordar el ocaso de Ángel Aguirre, quien tras de ser aclamado por gran parte de los guerrerenses como su gobernador, de la noche a la mañana fue sepultado vivo por sus propios colaboradores, amigos y compadres de máxima confianza.
No solo Comunicación Social, la principal dependencia que férreamente debería resguardar su imagen como fiel perro guardián, sino también CAPAMA, Sedesol y hasta la secretaría de Finanzas se han encargado de hacer de Evo Velázquez una caricatura, permitiendo así que el presidente sea ridiculizado, bombardeado, a nivel nacional e internacional.
Lo curioso o inexplicable, que al igual que Ángel Aguirre, Evodio Velázquez pareciera que está consciente de lo que ocurre a su alrededor; de hecho, con certeza pudiera decirse que sus enemigos no están en el PRI, en el Movimiento Ciudadano de Luis Walton, ni en Los Pinos o la secretaría de Gobernación federal, sino en su propio gabinete.
En Comunicación Social, por ejemplo, les ha valido madres la ridiculización nacional e internacional del presidente. Dicen, quienes saben, que los encargados de esa oficina están más ocupados en darse una vida de narcos, ingiriendo whisky del caro y cocaína, en lugar de pagarle puntualmente a los proveedores de imagen del gobierno de Evodio Velázquez, quienes ante tanta apatía y desatención no les queda otra que hacerse a un lado, sin poder hacer algo por el «presidente amigo» de los acapulqueños.
En CAPAMA quien manda es el delegado administrativo, Guillermo Galeana, en lugar del director general. Al personal de esa dependencia se le ha coaccionado, se le ha amenazado de muerte, y muchos han renunciado por temor a que se les cumplan las sentencias presuntamente surgidas desde la oficina de quien ordena y manda en CAPAMA.
En el gobierno de Evo Velázquez muchos funcionarios menores traen vehículos blindados (CAPAMA principalmente) y escoltas que ponen en duda la supuesta crisis financiera que nos dicen atraviesa el ayuntamiento.
Lo peor de este asunto es que mientras los ciudadanos no tienen ni resorteras para defenderse de la delincuencia y el crimen organizado, los allegados del presidente hasta se conducen en autos blindados y escoltas obviamente solventados con los impuestos de los acapulqueños.
En Sedesol la cosa está peor.
El secretario de dicha dependencia, Victor Aguirre Alcaide, ha llegado al extremo de decir que se “chinguen al presidente” pero que a él no lo toquen, porque él no tiene la culpa de las chingaderas que pasan en el Gobierno de Acapulco.
Verdad o mentira, Evodio Velázquez tendrá que actuar inmediatamente si quiere llegar a Navidad como presidente, pues al paso que corren sus allegados seguro se repetirá la historia de Ángel Aguirre en Acapulco.
Triste realidad…
A Evo le llueve sobre mojado mientras su gabinete se da vida de narcos, creyendo que el poder y el dinero son eternos.
Las relaciones prensa-gobierno están tirantes; los acapulqueños se están hartando de tantas mentiras, se están cansado del vació de poder que comienza a aflorar en el municipio, pero quienes conocemos un poco la realidad de lo que ocurre en el seno del infierno que vive Evodio Velázquez nos resulta sencillamente imposible ayudar a un amigo en desgracia, secuestrado y vilipendiado por su propio gabinete.
En Comunicación Social pareciera que la consigna es acabar mediáticamente con el presidente. Pasan meses y meses y el director de esa oficina sigue hermético en su política del avestruz: no contesta teléfonos, no responde mensajes, no acude a su oficina, no da informes sobre adeudos publicitarios, y en lugar de dar la cara se fuga a su mundo feliz de poder y fantasías… y lo que es peor: le ‘vale madre’ si se ‘chingan’ a su jefe. Mientras él luce eufórico por su fugaz ascenso al Olimpo, al lado de Zeus, Evodio Velázquez, su jefe, va en picada directa hacia el abismo.
Dicen algunos editores y periodistas que la actitud apática del director de Comunicación Social hacia algunos medios de comunicación, se debe a que no le ofrecen el «diezmo» que otros diarios y revistas le gratifican por darles un buen convenio y tratarlos preferentemente.
En CAPAMA, Sedesol, Zonatur, Desarrollo Económico… lo mismo.
Evodio Velázquez está solo contra el mundo.
Las antorchas con leña verde se aproximan por todos los frentes y es triste ver a Evodio cercado, secuestrado, sin que nadie de los suyos venga en su auxilio.
Insistimos: Evodio es un buen político, pese a sus desaciertos humanos, pero si no actúa con prontitud no tardaremos en ver la historia de Ángel Aguirre escenificada en Acapulco, pero en versión corregida y aumentada.
Existen muchos acapulqueños, muchos medios de comunicación, muchos amigos suyos, que quisieran ayudar a Evodio Velázquez, pero «es difícil ayudar cuando no se permite la ayuda».
Las nóminas oficiales del ayuntamiento son otra historia. En ella se refleja el otro lado de la crisis que tanto se cacarea en casi todas las oficinas del Ayuntamiento de Acapulco.
Que, por favor, no se ofenda el presidente: cuando los de adentro se acuartelan y cierran las puertas a los que quisieran prestar ayuda, una realidad es cierta: «los amigos se ayudan con críticas constructivas y la verdad».
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