BOGOTÁ, Colombia* 28 de junio de 2022.
) Reuters

Durante la madrugada de este martes 28 de junio, un incendio tuvo lugar en la cárcel de media seguridad de la ciudad de Tuluá, perteneciente al departamento suroeste del Valle del Cauca. Las fuentes oficiales informaron que son 51 muertos confirmados hasta ahora.

El director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), Tito Castellanos, afirmó que “49 de los fallecidos fueron en el establecimiento y los otros dos fueron durante el traslado a centros médicos”.

Castellanos explicó que “la mayoría” de los muertos perecieron “por inhalación de humo” y que ya están en desarrollo las labores de identificación, actividad a cargo del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía.

El funcionario detalló que la tragedia en la cárcel de Tuluá, la cual recibe a 1.267 reclusos y cuenta con una superpoblación del 17%, inició por una pelea que derivó en un motín en donde se prendieron fuego unos colchones, pero los prisioneros no pudieron controlar el foco y se extendió en gran parte del lugar.

Según las primeras versiones, el incendio arrancó alrededor de la 1:00 a.m. y, pese a que los bomberos acudieron velozmente, la muerte de los reos por inhalación de humo fue inevitable.

El informe inicial había ratificado la muerte de 49 reclusos –cifra posteriormente ampliada- y la laceración de otros 30 que fueron derivados a hospitales de la región. Por su parte, Castellanos no aclaró la situación de los guardias que también quedaron afectados.

Situación carcelaria, en la mira del nuevo Ejecutivo

El actual presidente de Colombia, Iván Duque, expresó sus condolencias por la tragedia y emitió un mensaje de solidaridad para los familiares de las víctimas. En su cuenta de Twitter apuntó que tiene diálogo fluido con el director del Inpec e instó a “adelantar investigaciones que permitan esclarecer la situación”.

En tanto que el recientemente electo Gustavo Petro también envió sus afectos a los allegados de los fallecidos y remarcó la situación carcelaria que vive el país.

“Lo acontecido en Tuluá, como en la masacre en La Modelo, obliga a un replanteamiento completo de la política carcelaria de cara a la humanización de la cárcel y la dignificación del preso”, sentenció. “El Estado colombiano ha mirado la cárcel como un espacio de venganza y no de rehabilitación”, agregó.

El antecedente de La Modelo, en Bogotá, ocurrió en la noche del 21 de marzo de 2020. En aquella oportunidad, 24 presos murieron y 90 terminaron heridos a causa de una revuelta de los reclusos que pedían cuidados del coronavirus.