r Club de Periodistas de Guerrero archivos - Acapulco Press
  • SERVICIOS ONLINE
  • DIRECTORIO
  • NOSOTROS
  • CATEGORIAS
    • PORTADA
    • LIFESTYLES
      • El Morbo
    • Sin daños a terceros
      • Denuncias
      • Cartas
      • Jiribilla Costeña
      • Libertad de Expresión
    • Gobierno
      • Administración Pública
      • Gobierno de Acapulco
      • Gobierno de Guerrero
      • Regiones
    • WORLD NEWS
    • OPINIÓN Y ANÁLISIS
    • Especiales
      • Eventos Políticos
      • Eventos Generales
      • Eventos Sociales
    • SOCIEDAD Y POLÍTICA
      • Educación Superior
      • Ambientes Políticos
      • Turismo y Sociedad
      • Festivales y Tradiciones
      • Climatología
      • Ciencia y Tecnología
      • Internet y Redes Sociales
      • Seguridad Pública
    • TRAVEL GUIDE
    • DESTACADAS
  • SERVICIOS ONLINE
  • DIRECTORIO
  • NOSOTROS
  • CATEGORIAS
    • PORTADA
    • LIFESTYLES
      • El Morbo
    • Sin daños a terceros
      • Denuncias
      • Cartas
      • Jiribilla Costeña
      • Libertad de Expresión
    • Gobierno
      • Administración Pública
      • Gobierno de Acapulco
      • Gobierno de Guerrero
      • Regiones
    • WORLD NEWS
    • OPINIÓN Y ANÁLISIS
    • Especiales
      • Eventos Políticos
      • Eventos Generales
      • Eventos Sociales
    • SOCIEDAD Y POLÍTICA
      • Educación Superior
      • Ambientes Políticos
      • Turismo y Sociedad
      • Festivales y Tradiciones
      • Climatología
      • Ciencia y Tecnología
      • Internet y Redes Sociales
      • Seguridad Pública
    • TRAVEL GUIDE
    • DESTACADAS

Acapulco Press

Hasta pronto… Ito.

lunes, 24 febrero 2020 by Acapulco Press

De Frente
] Miguel Ángel Mata Mata
Síntesis de Guerrero

1.
Hubo un tiempo en que para convertirse en aprendiz de reportero era necesario no ser pendejo y lograr meterse la tinta a las venas. Poquito a poco. Tenaz, paciente y lecturamente.

2.
Un linotipo se muestra a los visitantes del diario Milenio, de la Ciudad de México. Es una máquina que hace letras. Funde lingotes de plomo que un operario, parecido a una mecanógrafa, hace pasar por matrices huecas para hacer, con letras, palabras; con palabras, oraciones; con oraciones, párrafos y con párrafos contar historias.

El ayudante del linotipista se llamaba corrector de galeras. Renglón por renglón se ponía en orden una historia. La idea, la historia, la opinión, de pequeñas letras en plomo, se hacían renglones, historias, en un conjunto de renglones de plomo llamados galeras.
Renglón a renglón se revisaba la ortografía de esos textos de plomo. Había una cama de hierro con un rodillo grandote y pesado. Había que entintar los renglones de plomo, ponerle un pedazo de papel encima y pasar el pesado rodillo para corregir sobre el papel.

Pero el tiempo siempre fue vital en un diario… el corrector de galeras se hizo experto en lectura al revés. Imaginen el plomo líquido convertido en renglón de plomo sólido. Ahí comenzaba a meterse la tinta a la sangre. Las yemas de los dedos se quemaban a cada cambio de renglón y, eventualmente, se abrían.

Respirar plomo en vapor hacía personas realmente pesadas… en plomo. Por eso los operadores del linotipo recomendaban al chalán: “Toma leche, con eso evitas el daño en los pulmones”. Inevitable fue la tuberculosis a muchos.

3.
Raúl Pérez García llegaba luego de las cuatro de la tarde a su oficina. En la planta alta del edificio del Trópico, en Nicolás Bravo, en el centro de la ciudad. Hoy existe ahí una tienda de conveniencia.

Alto, elegante y sobrio, no admitía bromas. Creo lo hizo así hasta el fin de sus días. Contrastaba con la bonhomía y bromas de su hermano Andrés, a quien no supe jamás por qué le decíamos Pancho. Éste era el gerente, aquel el director editorial.

— “Don Raúl lo recibirá en su oficina, me dijo Marina Guevara. Subí a la planta alta. Me miró de arriba abajo. Creo que no le gustó mi larga melena. Me dio unas cuartillas escritas por un reportero, activo aún en el 2020. “¡Corríjalo!”, me ordenó y mostró la salida de su oficina. A la media hora salió. Adusto, me arrebató las cuartillas corregidas y se metió a su despacho.

— “¿Dónde estudió usted? Preguntó.

— “Estudio en Prepa Dos”, respondí nervioso.

— “¿En Prepa Dos?, dijo con incredulidad. En fin. El puesto es suyo”, sonrió, al fin, y me dio la bienvenida a Trópico, el tradicional diario querido por la comunidad acapulqueña.

Fui, desde entonces, el corrector de galeras del Trópico. Diario Independiente de Información.

— “Leer sí da trabajo”, creo que pensé.

4.
La prepa en la tarde y el trabajo en la noche daban poco tiempo para la casa. Me llevaba mis libros y ahí leía. Noté la molestia por mi largo pelo, así que le apliqué casquete corto.

— ¡Caray, lo que hace uno cuando tiene hambre!

El ambiente se tornó raro, entonces. El jefe de redacción era, al mismo tiempo jefe de prensa del jefe de la policía. Había un tío, que hoy abandonó el vicio, que veía conspiraciones por todos lados. Me delataron: para uno era yo parte de una conspiración guerrillera, para el tío era espía de los militares. Ni a cuál irle.

Don Raúl los reprendió: “¿Hasta cuándo van ustedes a apoyar a los jóvenes? Él estudia y trabaja”.

Me dio ánimo a seguir ahí, a pesar de las cuatro semanas de abonos al salario y a la fonda de enfrente, que me incluyó en la larga lista de trabajadores del Trópico, ahí abonados.

Para quien no pasó por la etapa de abonados, les diré, éramos los que no teníamos para pagar la comida, pero nos daban chance de pagar a la semana… o cuando llegara el pago de la nómina. Samaritana fondera. Bonito negocio.

No quiero recordar por qué salí de Trópico, pero recorrí casi todas las redacciones. En todas ellas el referente fue siempre Raúl Pérez García y su padre, Manuel Pérez Rodríguez.

5.
Chema Gómez, de El Gráfico, me contrató como jefe de redacción de Prensa Libre y Gráfico, por recomendación de Raúl. Ahí conocí a “Chevechita”, Manuel Galeana Domínguez, quien me confesó haber sido el maestro de Ito.

— “¿Ito?”, pregunté.
— “Por Ito. Raul-Ito”. Y soltó la carcajada.

Mientras Don Arturo Parra Zúñiga y Enrique Díaz Clavel enseñaban a Raulito el buen escribir y la reporteada, Manuel me confesó que él lo llevó a beberse unas chelas.

— “Y de ahí para acá el señor Ito se hizo señor Ote”, agregó.

En los periódicos Ultima Hora y Diario del Pacífico, de los hermanos Ernesto y Arturo Caballero Vela, supe que le apodaban “La Garza”, por vestir siempre elegante, de blanco, y un caminar recto, muy recto. Hasta el final de sus días, y aún enfermo, jamás dejó esa postura: siempre recto.

Fue con Mauro Jiménez Mora que le volví a ver, en el Bar Chico, donde, con su amigo Horacio Medina de la O “se tomaban las tres de rigor” y, con sus compadres, Hugo Zúñiga Guzmán y Abel San Román Ortiz, hablaban de historia, anécdotas, política, libros y guacas. Muchas guacas.

— “Yo me bebí hasta sus guacas. Claro que me las bebí”.

6.
Raúl perdió su Trópico, pero no su esencia. Fue maestro, como fue mío, de muchos de los nuevos reporteros egresados, sobre todo, de la Universidad Americana de Acapulco.

Dedicaba su tiempo a corregir tesis de estudiantes de licenciatura de la Universidad Autónoma de Guerrero. Apoyó los cursos de redacción periodística que llevó el Club de Periodistas de Guerrero a lejanas regiones, como Tlapa.

¡Quién viera! Escribir, hasta sus últimos días, su columna, Hontanar, ¡En la agencia Quadratín! ¡Quién le viera!

Fanático de la lectura, tenía jóvenes alumnos a quienes platicaba y enseñaba, en torno de una mesa de cantina, hasta su último aliento. Chava Solís no me dejará mentir pues, fue Raúl, quien corrigió su adaptación a la obra de Juan Tenorio para hacer el Don Juan Costenorio.

Don Raúl Pérez García. Raúl Pérez García. Raúl. La Garza, Ito. Ha partido.

Hasta pronto.

#ItoAbel San Román OrtizAgencia Quadratín GuerreroArturo Caballero VelaArturo Parra ZúñigaBar ChicoChava SolísChema GómezClub de Periodistas de GuerreroDe FrenteDiario del PacíficoDon Juan CostenorioEnrique Díaz ClavelErnesto Caballero VelaHontanarHugo Zúñiga GuzmánLa GarzaManuel "Chevechita" Galeana DomínguezManuel Pérez RodríguezMauro Jiménez MoraMiguel Ángel Yunes LinaresRaúl Pérez GarcíaSíntesis de GuerreroTrópicoUltima Hora
Read more
  • Published in Los Periodistas
No Comments

Tiempos de libertad y civilidad periodística…

sábado, 31 mayo 2014 by Acapulco Press

El Santo Oficio
Ángel Miguel Blanco
massiosare@msn.com

Seamos honestos: mientras los periodistas no seamos honestos con nosotros mismos, la sociedad no volverá a creer en nosotros, mucho menos las instituciones y sus actores políticos nos restituirán el respeto perdido desde más de un par de décadas atrás.

Consciente estoy que este artículo llenará mi alforja de más ‘enemigos’ gremiales que odian mi estilo y perspectivas de ver el periodismo desde un ángulo imparcial y propositivo; empero, no lo hago para ofender a nadie,  alguien tiene decir las cosas por su nombre, y aunque no seré yo, sí intentaré dar mi personal opinión de lo que todos sabemos ocurre en Guerrero con el gremio periodístico, exclusivamente, sin pretender denostar la lucha a favor de la presentación con vida de Jorge Torres, la cual avalo sin importar el trasfondo del asunto, pues al final de cuentas, nadie puede negar la trayectoria de Torres como periodista, antes que funcionario municipal o burócrata.

En el estricto punto de vista personal, considero loable la acción emprendida por muchos compañeros y organizaciones periodísticas que intentan hacer un buen simulacro de unidad para demandar la presentación de Jorge Torres Palacios, portavoz de la dirección general de Salud del municipio de Acapulco, plagiado el jueves (29 de mayo) en su propio domicilio; ¿pero es loable salir a las calles a elevar las voces de protesta  y enjuiciar a un enemigo aliado (entienda quien pueda)?

No diré un solo nombre, pero como en muchos otros estados, los crímenes contra periodistas no han sido del todo producto del ejercicio periodístico. Debemos ser honestos para admitir este hecho.

En las filas del periodismo guerrerense existen muchos infiltrados del Cisen, de Inteligencia Militar, de Gobernación estatal y federal y hasta del crimen organizado que están al pendiente de nuestras acciones.

El mismo Gobierno del Estado presiona a sus voceros oficiales para que coaccionen conciencias periodísticas a fin de indagar las acciones de muchos periodistas ‘indisciplinados’. Este hecho lo digo con causa propia, si el Gobierno del Estado o cualquiera de sus testaferros tiene los testículos puestos en su lugar como para desmentirme, con gusto les acepto el reto.

A los periodistas de Acapulco, de Guerrero, nos pasó lo de «Pedro y el lobo»: ya nadie nos cree, muchos menos nos respetan.

Son contados los casos de periodistas a quienes el gobierno y la sociedad les reserva estos afectos altruistas, porque el resto o están al servicio de intereses oficiales (exclusivos del gobierno) o de la delincuencia organizada, digámoslo con mayúsculas y en negritas.

Y los que no pertenecen a ninguno de estos dos bandos, sencillamente utilizan el periodismo para llevar una doble vida que les ha ocasionado un sin fin de problemas, ajenos al periodismo, por supuesto.

En Guerrero han asesinado a periodistas con una ‘trayectoria inmaculada’, una ‘fama envidiable’ y un ‘estilo de vida’ inimaginable; muchos de los que se nos han adelantado en el llamado ‘viaje sin retorno’, sin embargo, jamás en su vida escribieron una protesta contra el gobierno, mucho menos quisieron ‘manchar’ su imagen ni sus relaciones afectuosas con el sistema apoyando a sus compañeros subyugados por el gobierno u otras instituciones dedicadas a perseguir, secuestrar y hasta asesinar a los auténticos periodistas que se ganan a pulso el título de periodistas, sino todo lo contrario: eligieron mantener incólumes su imagen de periodistas pulcros, intelectuales, de esos que se sienten ufanos de pertenecer a una élite aceptada por los gobernantes en turno y se codean con la clase política del momento y ostentan un estilo de vida propio de la realeza.

Pero absurdo, como parezca, no tardó en hacerse público que muchos de los homicidios de esos connotados periodistas no fueron sus acciones periodísticas las que les provocaron su desaparición forzada o muerte, sino el doble estilo de vida que llevaban, ‘envenenados’ por el estigma de la impunidad periodística.

A uno lo ordenó asesinar Arturo Beltrán Leyva, ex jefe del sanguinario Cártel de Los Beltrán Leyva –según sostuvo su ex cocinero personal–, a petición de una amiga de su hija –menor de edad, por cierto– que denunció el acoso y ultraje, a base de engaños, de un periodista que ejercía, a la vez, como catedrático.

Uno más fue ‘levantado’ por apropiarse de las cuotas del grupo para el cual fungía como ‘halcón’.

Dos más fueron víctima de crímenes pasionales… y así, sucesivamente.

En la actualidad, casi todo el gremio conoce las acciones de muchos compañeros que prestan sus servicios como ‘orejas’ o ‘halcones’ de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, el Ejército, las Fuerzas Armadas, Gobernación federal y estatal y/o el crimen organizado. ¡Pero nadie dice nada! Nadie hace algo por frenar a estos oportunistas del periodismo. Es más, algunas organizaciones, hasta los apapachan y los hacen miembros activos de sus organismos, equipándolos con charolas y hasta cargos administrativos. La Delegación 25 del Sindicato de Redactores de la Prensa (SNRP) es la más famosa por proteger y fomentar el periodismo pirata en Acapulco; empero, una sola agrupación no se salva del proteccionismo a periodistas apócrifos dedicados al chantaje y la extorsión, una vez encharolados, enchalecados y amparados bajo las siglas de Prensa.

E irónico, como parezca, las organizaciones que protegen a estos oportunistas, suelen ser las primeras rebasadas por la argucia de sus protegidos, al llegar estos a doblegar estos hasta políticos de primer nivel y gobernantes, tras de amenazarlos con exhibirlos y desprestigiarlos en las redes sociales que utilizan de fortaleza, a falta de medios propios para ejercer el periodismo. Por lo que es tarea de las mismas organizaciones periodísticas que simulan fomentar la unidad y la protección de los derechos de los periodistas quienes deben hacer más que una pantomima para ganarse la credibilidad del mismo gremio, no tanto de la sociedad ni de los gobernantes.

¿ALIADOS JUSTIFICADOS?

Jorge Torres PalaciosEn contraparte, pareciera que solo en Guerrero la crisis económica es la única culpable de las desgracias de los periodistas, la única culpable de la desunión periodística, y la única culpable de la muerte de muchos periodistas, porque en estados violentos como Veracruz, Tamaulipas, Chihuahua y Michoacán, los homicidios contra periodistas se han debido a su integridad y pasión periodística, salvo contados casos, como Acapulco.

Para muchos periodistas de Guerrero tolerar la crisis económica ha sido factor de venta de sus conciencias.

En Guerrero, hay periodistas que vende el alma hasta por 20 o  50 pesos.

En Guerrero se perdió la fe por el periodismo, el imparcial, independiente, crítico, principalmente.

En Guerrero se tiene que aceptar el chantaje, la coacción, el embute, para poder ser periodista. (Lamentable el hecho de que hasta en las universidades se imparta la Chayotología como asignatura obligada, como bien aciertan a revelar algunos egresados de las especialidades de las Ciencias de la Comunicación de la Loyola, la Americana y hasta el Hipócrates, donde los maestros de periodismo son connotados chayoteros y/o distinguidos periodistas al servicio de políticos del momento, famosos por su dotes corruptores de periodistas.)

Sí, lejos de la filosofía de Gabriel García Márquez, que muchos utilizan como bandera de presunción, al periodista guerrerense no le gusta «sufrir como perro», prefiere aceptar el título de «plumas prontas» otorgado por el ex gobernador Zeferino Torreblanca a los comunicadores dóciles y vendidos al mejor postor.

Muchos aceptan la vía fácil de depender del gobierno, quien por su fidelidad, docilidad y reptalismo, los premia con plazas fijas en ayuntamientos o dependencias estatales donde se convierten en parásitos del sistema, a la vez que ejercen el periodismo, exigiendo los mismos derechos que otros se ganan “sufriendo como perros”.

Y eso no se vale. Eso se condena.

No se vale vivir a expensas del gobierno y exigir trato preferencial como periodista.

Las organizaciones periodísticas de Guerrero y los mismos medios de comunicación debieran comenzar por fortificar los requisitos de quienes soliciten ser catalogados como periodistas, antes que montar simulacros contra la adversidad gubernamental y la utópica unidad periodística.

No se vale, para quienes corresponda, promover foros estatales a favor de la libertad de expresión y contra la represión gubernamental y solicitarle, al mismo tiempo, al ‘enemigo’ no solo patrocinar, sino apadrinar, dichos foros que han sido magnificados, más bien, como desahogos turísticos de quienes participan, pues a la luz de los hechos se desconocen las acciones a favor los periodistas.

Por si esto no bastara, dichos foros lejos de fomentar la depuración del gremio de oportunistas e impostores, ha servido para ejemplificar el cinismo con que se cobijan a los ‘enemigos de casa’ sin pudor ni remordimiento alguno. Es triste, decepcionante, ver a periodistas que se hacen acompañar de toda la familia, compadres y hasta los nietos, a convenciones que, supuestamente, son exclusivas de y para periodistas.

Mientras esto ocurra entre las propias organizaciones que fomentan el apadrinamiento de impostores del periodismo, ante la sociedad, ante las instituciones, ante el gobierno, los periodistas seremos los «pedros» que el lobo conservará como botanitas de entremés.

Mientras estas acciones ocurran en el seno del propio gremio periodístico, nuestras luchas, nuestras protestas, serán causa de risa para el gobierno y la misma sociedad.

Es tiempo de ser honestos con nosotros mismos.

Es tiempo de olvidarnos de los simulacros y las pantomimas.

Es tiempo de convocar a la unidad y el profesionalismo periodísticos.

infiltradosTiempo de depurar nuestro gremio, de blindar nuestras organizaciones, nuestro ejercicio, porque de ello depende no solo el respeto del gobierno, las instituciones y la sociedad, sino nuestro derecho a ser tratados como “periodistas”, en el estricto sentido de la palabra, y exigir nuestros derechos civiles y constitucionales con calidad moral.

Es tiempo de recobrar el valor civil para denunciar a los impostores; de unir fuerzas para defender a “los nuestros”, también en el estricto sentido de la palabra.

Es tiempo de que quienes añoren un estilo de vida lozano decidan de qué lado estar: de los que amamos «sufrir como perros» en nuestra profesión o la estabilidad económica, dependiente del servicio exclusivo y, a la vez, reptante del gobierno.

Es tiempo de definir, analizar, los términos de los beneficios correspondientes a los periodistas en activo y de los que deciden abandonar nuestras filas para convertirse en burócratas o alfiles del sistema, e insisten en ser tratados aún como periodistas al servicio de la libertad de expresión.

No, no es condenable aspirar a una mejor condición de vida.

A la filosofía de García Márquez, personalmente agregaría que «se puede vivir dignamente» aún “sufriendo como perro”.

Pero la dignidad tiene sus riesgos… y también muchas satisfacciones.

El secuestro y el homicidio de un periodista son condenables, pero más condenable aún es que sin haber «sufrido como perro» las adversidades del periodismo se pretenda hacerle creer a la sociedad que todas nuestras injusticias se deban al quehacer periodístico.

JOrge Torres2Honor a quien honor merece.

Nuestra solidaridad para los que sufren en carne propia un atentado como el de Jorge Torres Palacios, vocero de la dirección de Salud por segunda ocasión consecutiva en una administración municipal, excelente amigo, trascendental periodista, ‘levantado’ en su domicilio (el pasado jueves 29 de mayo) por un misterioso comando de 12 hombres armados que sin explicación alguna lo mantiene cautivo sin explicación alguna.

Sabemos a qué sabe y cómo duele un plagio, una desaparición forzada, un atentado de esta índole.

Ojalá no nos equivoquemos, como en ocasiones anteriores de los casos ya citados.

En el caso particular, protestemos, indignémonos, pero sin prejuicios; dejemos que las investigaciones hagan lo suyo, luego enjuiciemos.

Que Dios proteja la vida de nuestro compañero y amigo.

Que Dios nos ilumine y nos restituya el valor y la pasión por el periodismo y emprendamos una nueva lucha no contra nuestros aliados enemigos, sino contra los oportunistas e impostores que nos asechan en nuestras propias filas, vendiendo información de nuestras actividades a quienes, lamentablemente, se carcajean de nuestras luchas y simulacros en pro de nuestras garantías universales y la libertad de expresión, y de paso, hasta patrocinan y apadrinan nuestras supuestas luchas contra los embates de ellos mismos.

P.D. Sin daños a terceros…

www.efectoespejo.com

Ángel Miguel BlancoClub de Periodistas de GuerreroEl Santo OficioFrente de Periodistas de AcapulcoGabriel García MárquezJorge Torres PalaciosPedro y el LoboSindicato Nacional de Redactores de la PrensaZeferino Torreblanca Galindo
Read more
  • Published in Sin daños a terceros
No Comments
Facebook X-twitter Instagram Youtube
Te has suscrito correctamente! Ups! Hubo un error con la suscripción, inténtalo más tarde.

AcapulcoPress. © Derechos Reservados 2024

Translate »
  • SERVICIOS ONLINE
  • DIRECTORIO
  • NOSOTROS
  • CATEGORIAS
    • PORTADA
    • LIFESTYLES
      • El Morbo
    • Sin daños a terceros
      • Denuncias
      • Cartas
      • Jiribilla Costeña
      • Libertad de Expresión
    • Gobierno
      • Administración Pública
      • Gobierno de Acapulco
      • Gobierno de Guerrero
      • Regiones
    • WORLD NEWS
    • OPINIÓN Y ANÁLISIS
    • Especiales
      • Eventos Políticos
      • Eventos Generales
      • Eventos Sociales
    • SOCIEDAD Y POLÍTICA
      • Educación Superior
      • Ambientes Políticos
      • Turismo y Sociedad
      • Festivales y Tradiciones
      • Climatología
      • Ciencia y Tecnología
      • Internet y Redes Sociales
      • Seguridad Pública
    • TRAVEL GUIDE
    • DESTACADAS