Sin participación ciudadana no se puede festejar la revocación de AMLO
¡Detengan la fiesta!
Jiribilla Costeña
] El Brujo Chiripero
| Acapulco Press
Digan los que digan, difundan lo difundan, ninguna encuesta hecha por medios de comunicación y/o consultores privados cuenta con la credibilidad necesaria para dar por hecho cualquier pronóstico electoral –a favor o en contra– con respecto a la Revocación de Mandato de AMLO, prevista para el 2022, debido a que los sondeos realizados son al azar —muchos de ellos por la vía telefónica o a través de las redes sociales — y solo entre una «minúscula minoría» de ciudadanos (tomando en cuenta el padrón oficial de votantes), de los cuales no se tiene garantía que cuenten con credencial de elector o en edad para votar (en los casos de las consultas por teléfono). Si las consultas se realizaran con base a la lista nominal del INE, ¡otros serían los resultados y los pronósticos!
Actualmente se tienen registrados 90 millones, 36 mil 367 ciudadanos registrados, es decir, con facultades plenas para votar.
Aún si por la “Revocación de Mandato” de nuevo volvieran a votar por AMLO los 30 millones, 112 mil 109 ‘amlovers’ que lo eligieron presidente el 1 de julio de 2018 —cuya cifra ya no es la misma, irrefutablemente—, 60 millones decidiría la “no más permanencia” de AMLO en la Presidencia de México y el fin catastrófico de la mítica y fallida Cuarta Transformación y de Morena.
Por lo que para que este ‘milagro ocurra’, los propulsores de la renuncia o revocación de Andrés Manuel López Obrador deberán hacer un esfuerzo extra para lograr que la consulta de revocación de mandato ocurra en el año 2022 y que participen esos 90 millones, 36 mil 367 ciudadanos inscritos en el padrón del INE con derecho a votar… ¡caso contrario, habrá AMLO para rato!
] Fuente: https://www.ine.mx/credencial/estadisticas-lista-nominal-padron-electoral/
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¿Quién es López Obrador? ¿De qué está hecha la 4T?
En fuga…
] Federico Reyes Heroles
| Excelsior. / Vía Whatsapp
Se acabaron el margen. México está en juego. Los pronósticos son aterradores: más decrecimiento. Cientos de miles de empleos perdidos. Caída en picada de la inversión fija bruta, fiel termómetro de la desconfianza. El petróleo en el sótano. Las finanzas públicas se tambalean. El sistema de salud con severos brotes de ineficiencia. Hay muertos, no es exageración. Como amargo condimento, el coronavirus. Es momento de definiciones.
¿Quién es López Obrador; de qué está hecha la 4T? Irresponsabilidad es lo más evidente. Mientras el mundo se paralizaba ante el virus, el gobierno mexicano pospuso las medidas que llegaron tarde y mal.
A diferencia de Rusia y otros países, los cuales administraron la velocidad para no saturar el sistema hospitalario, México fingió demencia en aeropuertos, escuelas, espectáculos. El problema está en la cabeza, no en el enorme andamiaje de salud. Irresponsabilidad mortal. Allí están las fotos. El jefe de Estado, en lugar de poner el ejemplo, en su incontinencia populista, se lanza a besar y a ser besado. Hipertenso, 66 años de edad, con un infarto. Todos necesitamos de su salud. Pero él tiene que ayudarse. ¿O acaso desea ser mártir?, morir en palacio como Juárez. Y quién se va a encargar del desastre que heredaría en este momento. Irresponsabilidad destilada.
Los inexorables ajustes a las finanzas públicas también se postergan. Qué esperan para actuar. Ya estamos en emergencia. La impericia daña a México. No quieren leer las advertencias de Moody, de S&P, etc. Creen que México va sólo. Ya se comieron el 58% del FEIP, ya acabaron con el Fondo para eventos catastróficos. Han perdido casi dos años para encarar las pensiones. Les queda el IEPS en gasolinas. Lo demás es ilusión. Pemex está quebrado (18 mil mdd de pérdidas en 2019). Ése es Pemex, por eso la reforma. Pero no quieren admitirlo y cambiar de estrategia. Están dispuestos a ahogar a México por un espejismo. Rechazan compartir ganancias y riesgos. Insensatez nacionalista. Machismo económico.
Muchos de los recortes del 2019 fueron demagógicos, innecesarios, inhumanos, criminales: niños, mujeres con cáncer, fin de los albergues y estancias infantiles y otros. Pero eso sí, Dos Bocas, Tren Maya, Santa Lucía, sin financiamiento sano. Vendrán más recortes –es inevitable–. ¿Hasta dónde llegarán? A menor PIB, más deuda proporcional. Si no dan certidumbre en el sector energético, reventará Pemex y en una de esas caerá el grado de inversión de México; nos hundirán. No se trata de privados contra el Estado, es el Estado, que no puede solo, y los privados. Es suicida continuar por la misma ruta. Está en duda la sensatez.
La irresponsabilidad y la insensatez que guían a México generan escozor, nos llevan al abismo. La filtración de Reuters exhibe la alerta sobre la inviabilidad de la 4T, en México dice, se socaban acuerdos. La consulta sobre la planta de Constellation Brands exhibe a un gobierno que no respeta nada. ¿Quién quiere ir allí? Tres años con decrecimiento empobrecerían a México como no ha ocurrido en muchas décadas. La Docena Trágica sería un inviernito frente a eso. Pareciera que nadie en la tripulación le dice al capitán que el buque ya está haciendo agua y la tormenta es tremenda. La aprobación cae, está cruzando el 50 por ciento. De seguir este paso llegarán reprobados al 2021. El dolor económico se va a agravar con los meses: desempleo, empobrecimiento, violencia creciente; en eso están reprobados desde hace meses. La sorpresa es que también en corrupción, ya el 60 por ciento piensa que han errado. La insensibilidad frente a las mujeres los enterró. Deberían –si hubiera sensatez– enmendar los múltiples errores, pero no lo harán. El daño crecerá. Ya cruzaron el punto de no retorno.
Tenemos un gobernante en fuga, que huye. Imagina que lo persiguen los conservadores –como a Juárez– y entonces agarra un avión y se lleva a la República en una huida que no tiene fin, pues huye del fulminante desastre que ha creado en meses.
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Las ‘calenturas’ electorales de Adela
E d i t o r i a l
* La alcaldesa de Acapulco quiere la candidatura se Morena, pero sin compromisos partidistas.
Adela Román Ocampo está haciendo ya talacha electoral, acercándose a Morena y sus figuras más destacadas para promoverse como candidata del partido de AMLO a la gubernatura de Guerrero, pero sin hacer compromisos ni con los “Estatutos Básicos” de Morena ni los “Principios de la Cuarta Transformación”, debido a que estorban su soberbio, corrupto y nepotista estilo de hacer política de ‘juez, jurado y verdugo’ que la caracteriza.
¡Ojalá Alfonso Ramírez #Cuéllar no se deje impresionar por la apariencia ovejil de la exmagistrada que apenas si puede con la corrupción generada por sus parientes incómodos en Acapulco y ya quiere una responsabilidad mayor como la gubernatura de Guerrero!
Qué pena por #Adela: ¡Sigue creyendo que los 148 mil 788 votos que en 2018 le dieron el triunfo a Morena en Acapulco fueron por ella!
¡Mejor que se ponga las pilas (ella) y haga algo propio urgente para poder dejar huella histórica de su paso por la presidencia de Acapulco, en lugar de andar sudando su calentura electoral por la gubernatura y presumiendo con ‘sombrero ajeno’ obras públicas del Estado y la Federación!
Para nadie es un secreto que el gobernador Héctor #Astudillo es quien ejerce la verdadera promoción internacional turística del puerto y es el principal benefactor social de Acapulco, en vista que la alcaldesa solo tiene tiempo para lucir su soberbia y su cacareada ‘austeridad’ que las auditorías y depósitos por participaciones federales le desmienten y que podrían llevarla a la cárcel si alguien valiente e inteligente le denuncia por declarar “insolvente”, sin argumentos legales, su gobierno y por “omitir” deliberadamente sus obligaciones constitucionales, además de “desacatar” la ley a capricho.
Mientras Adela Román no efectúe una obra que impacte a la sociedad y “amarre las manos” a sus rapiñeros parientes incómodos y funcionarios corruptos, o aseste el golpe tam esperado por la sociedad contra su corrupto antecesor, #Evodio Velázquez Aguirre, no habrá reingeniería municipal ni asesoría portentosa —como la que le brinda su “Genio del Anafre Maravilloso», Silvestre Arizmendi Torres—, que pueda hacerle el milagro de aspirar, primero, a la codiciada candidatura de Morena y, segundo, soñar con la gubernatura de Guerrero.
¿O, acaso, no le ha contado #Chive, su inseparable ‘genio’, ese empedrado camino que está por atravesar en cuestión de meses?
Se avecinan tormentas eléctricas políticas y sismos sociales que sacudirán en serio los cimientos del Gobierno de Acapulco….
ojalá del ‘anafre’ de ‘Chive’ sigan fluyendo ideas y deseos nuevos para su Majestad, que por hoy tiene bien ganado el título nobiliario con el que AMLO ha galardonado a los corruptos, a los traidores de pueblo, a los pisoteadores de las leyes y los valores humanos, bautizándolos como ‘¡fuchi, cacas!’
‘Quien quiera azul celeste, que le cueste’, parafrasea el dicho: Al igual que #Félix Salgado y Luis #Walton, si Adela quiere la candidatura de Morena deberá inyectarse sangre morena en las venas, no sólo flirtear con Morena con fines electorales. Pero antes, deberá demostrar en Acapulco que posee talento político y verdadera vocación de servicio para poder dejar huella histórica de su gobierno. Luego, entonces, que aspire a escalar por la gubernatura. Es lo justo.
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Niños con cáncer, en el completo abandono de la esperanza de México
] CIUDAD DE MÉXICO. * 17 de febrero de 2020.
| AFP.
Dhana tiene apenas cinco años y en su corta vida la escasez de medicinas para combatir su leucemia linfoblástica aguda ha sido
una constante.
Primero en la clínica gubernamental en su natal Chiapas (sur) y ahora en el Hospital Infantil Federico Gómez de Ciudad de México, donde sus quimioterapias se han vuelto intermitentes desde hace meses. La medicinas faltaron en septiembre y octubre de 2018, luego en febrero y agosto de 2019.
Según el gobierno mexicano, la falta de medicamentos obedece en parte a la cruzada contra la corrupción del presidente Andrés Manuel López Obrador para evitar el desvío de recursos en el sector de la salud.
A ello se sumó la falta de insumos en el extranjero para producir los medicamentos y la decisión de las autoridades sanitarias de cerrar siete plantas de la distribuidora más importante de metotrexato, una de las medicinas utilizadas en el tratamiento del cáncer.
Aunque el gobierno prometió resolver el problema del desabastecimiento, eso aún no sucede.
«El nuevo gobierno se comprometió a que la interrupción de los tratamientos no volvería a ocurrir. Eso no pasó», explica a la AFP el padre de Dhana, Israel Rivas. En enero comenzó otra crisis y «no hubo ni una sola quimioterapia», agrega.
Desde entonces, padres que luchan contrarreloj para preservar la salud de sus hijos comenzaron a contactar a Rivas para exponer la escasez en hospitales públicos de todo el país.
A diario recibe mensajes de Tijuana (norte), Oaxaca (sur), Puebla (centro), Mérida (este), Guadalajara (oeste), Minatitlán (sur), Acapulco (sur), entre otras ciudades.
Afuera de Ciudad de México la situación empeora: los fármacos dejaron de suministrarse totalmente o tienen que dividirse entre varios pacientes para que, al menos, no interrumpan su tratamiento.
Para Crisanto Flores, papá de Cristal, una niña de tres años enferma de un cáncer que le afecta los ojos, cortar su medicación no es opción. Hace poco más de un año, y con pocos recursos, se mudó al Estado de México para que su única hija fuera atendida en la capital del país.
El cáncer ya le arrebató a Cristal uno de sus ojos y Flores no permitirá que la falta de medicinas la quite de nada más.
Según cifras de la secretaría de Salud, México registra cada año 7.000 casos nuevos de cáncer infantil. Si obtienen el tratamiento completo a tiempo, un 57,5% de ellos puede sobrevivir.
A sus cuatro años, Hermes Soto está a dos meses de vencer al cáncer, por eso su madre, Esperanza Paz, pide que en ese periodo no falten medicamentos para salir pronto de este mal sueño.
«A nosotros solamente nos faltan tres ciclos de quimioterapia, el lunes, recibiremos el antepenúltimo», comenta.
«El cáncer no espera» –
Emmanuel García, en Baja California (norte), y Alejandro Barbosa, en Jalisco (oeste), viven a más de 1.900 kilómetros de distancia, pero ambos tienen una misión común: conseguir medicinas para los niños en sus respectivos estados. «El cáncer no espera a nadie», advierte García.
«Compramos los medicamentos a distribuidores certificados por el gobierno que los traen del extranjero y nos sale carísimo», explica Barbosa, miembro del grupo de payasos de hospital Nariz Roja.
El costo de la vincristina, una de las sustancias más utilizadas en quimioterapias, se disparó ante la escasez. En menos de un año, aumentó más de un 400%, de unos 440 pesos (24 dólares) a más de 2.220 (118 dólares).
García explica que a los niños de Tijuana, ciudad fronteriza con Estados Unidos, se les «cerró la llave» en diciembre pasado.
Aunque ahora los niños gozan de un respiro gracias a una donación local, el activista no se conforma y prepara una protesta en la frontera.
«Me preguntan que, si ya no falta medicina en Baja California, por qué decimos que cerraremos la línea (paso fronterizo entre México y Estados Unidos). Yo les respondo: ¿y los niños del sur de México?», reflexiona García.
Escasez que no cesa
Un colectivo de padres de niños con cáncer cerró el 22 de enero el acceso al aeropuerto de Ciudad de México, el mayor del país, para presionar al gobierno para que se entregaran fármacos para sus hijos.
Un día después, López Obrador culpó de esto al antiguo modelo gubernamental de compras, que según él, estaba lleno de corrupción.
«No hay (falta de medicamentos), en el caso de los niños de cáncer, y no va a haber nunca (…) aunque los tengamos que comprar en otros países del mundo, tenemos presupuesto suficiente», prometió el mandatario mexicano.
Tres semanas después, la promesa no se ha cumplido en Mérida, capital del estado de Yucatán (sureste). Flor González, madre de una niña con cáncer, asegura que hace seis meses comenzaron a faltar «uno o dos fármacos», pero en febrero el número subió a casi una docena.
«El tratamiento oncológico de los niños es de esquemas de tres a cinco medicamentos. Prácticamente les aplican lo que hay», explica.
Ante estos problemas, el gobierno de México se comprometió a que esta semana quedaría resuelta la crisis de fármacos; sin embargo, los padres desconfían de esta promesa ya que en dos ocasiones anteriores les dijeron lo mismo.
«Les vamos a dar el último voto de confianza», lanza Israel Rivas, quien advierte que de no ser así continuarán las protestas en todo el país.
En México existen más de 26,4 millones de niños sin acceso a seguridad social. Estos menores acceden a tratamientos a través de programas gubernamentales sin minar la economía familiar.
Por eso, padres con niños que reciben quimioterapia como Rivas, Flores, González y Paz exigen al gobierno no solo garantizar el abastecimiento de medicinas, sino que este episodio no se repita. Sus secuelas, sin embargo, solo el tiempo las revelará.
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Logros frágiles, futuro incierto
Olga Pellicer
] Apro.
Recibí con enorme entusiasmo la llegada del primer gobierno de izquierda en México. No guardo los mismos sentimientos nueve meses después. El entusiasmo ha sido suplantado por sentimientos ambivalentes de beneplácito y temor. Lo logrado es aún muy frágil y las metas hacia el futuro son inciertas y plenas de obstáculos.
De ninguna manera desconozco el valor de las políticas de López Obrador que muchos anhelábamos desde hace tiempo. Se ha colocado en el centro de la agenda nacional a las clases marginadas del país, olvidadas o utilizadas sólo para comprar su voto por gobiernos anteriores; se ha dado atención al desarrollo de regiones en las que dominan situaciones de abandono y pobreza; se buscan nuevos términos en la relación con los empresarios que permitan, quizás, una convivencia provechosa entre poder político y económico; se ha puesto fin a la ostentación, la frivolidad y los privilegios de la clase política tradicional; existe un acercamiento entre gobernante y gobernados que no se veía en México desde los años de Lázaro Cárdenas.
Los cambios anteriores no son poca cosa. Pero falta mucho para que sean comparables con los momentos más significativos de la historia nacional, como el restablecimiento de la República en el siglo XIX o la Revolución Mexicana en el siglo XX. Lo logrado hasta ahora es frágil, decidido de manera atropellada y carente de los indispensables mecanismos de evaluación, identificación de errores y rectificación. Por ello puede ser reversible o, peor aún, quedarse en una simple simulación.
Mucho se ha escrito ya sobre los dos problemas que mayormente preocupan a la ciudadanía: la violencia creciente en el país y el estancamiento, cercano a la recesión, de la economía. En el primer caso, dentro de las preocupaciones más frecuentemente expresadas se encuentra la confianza excesiva que otorga el presidente al efecto positivo de sus programas sociales, como “jóvenes construyendo el futuro”, sobre el combate a la delincuencia; es probable que así sea, pero estamos lejos de poderlo corroborar. En segundo lugar, se señala la inexistencia de un verdadero estado de derecho en el país y la consiguiente impunidad que la acompaña, sin que semejante problema sea tomado en cuenta en la estrategia para controlar la violencia. Finalmente, no se da suficiente atención a la importancia de la cercanía con Estados Unidos (principal consumidor de drogas) y el tráfico de armas procedente de ese país que tanto fortalece el poder de los diversos cárteles.
A su vez, el problema del escaso crecimiento económico ha encendido un viejo debate sobre si es posible el crecimiento sin desarrollo o viceversa. La respuesta no es fácil porque la historia reciente de México tiene buenos ejemplos de crecimiento sin disminución o, incluso, aumento de la pobreza. Sobre ello ha insistido el presidente. Sin embargo, la respuesta al problema no es ahondar en esos ejemplos sino buscar, justamente, la política económica que promueva simultáneamente crecimiento y combate a la pobreza. Ello requiere de mayores precisiones respecto a lo que se busca en materia económica, más allá de la “austeridad republicana”.
Sin embargo, los detalles del proyecto económico de largo plazo no están definidos. Dependen mucho de la respuesta del sector empresarial en materia de inversión bajo condiciones políticas nuevas. Hay señales alentadoras, como la presencia de los empresarios más poderosos del país en la primera fila del mensaje en Palacio Nacional, así como su compromiso verbal con un proyecto sustantivo de inversiones. Sólo queda esperar que dichas inversiones se materialicen.
A los problemas anteriores es necesario añadir un tercero que me ha preocupado tradicionalmente: la posibilidad de llevar a cabo una Cuarta Transformación sin modificar los lazos de dependencia y vulnerabilidad que nos conectan con el exterior. Se trata, en otras palabras, de saber si la forma de inserción en el mundo, que se profundizó desde la firma del TLCAN, permite a México escapar de la vulnerabilidad que supone la alta concentración de nuestras exportaciones en Estados Unidos y el elevado grado de producción compartida en sectores tan estratégicos para la producción industrial, como el sector automotriz.
Desde hace cerca de cuatro años, cuando Trump ganó las elecciones presidenciales en Estados Unidos, quedó claro que el pretendido destino común de América del Norte era imaginario. No se trataba, desde luego, de pasar a desmantelar o abandonar lo mucho que se ha avanzado en la construcción de un sector exportador de manufacturas que representan el principal motor de crecimiento de la economía mexicana. Sin embargo, dado el difícil momento que se veía venir –cuando el proteccionismo trumpiano era evidente, cuando se rompían alegremente las reglas tradicionales del comercio internacional y cuando se resentía el fortalecimiento del supremacismo blanco, que tanto daño puede causar a la población mexicana en Estados Unidos–, era el momento de un cambio. Preparar un golpe de timón para que, cautelosamente pero con perseverancia, se fijara un proyecto estratégico para ir diversificando las relaciones exteriores de México.
No es sorprendente que el gobierno de Peña Nieto haya ido en otra dirección. Lejos de promover ese cambio, su mayor esfuerzo fue buscar el entendimiento con Trump. A tal objetivo se dedicó con enormes energías y pocos resultados el secretario de Relaciones Exteriores, dejando en el olvido cualquier esfuerzo para ir creando nuevas alianzas económicas y políticas.
Ahora bien, lo que nos ha sorprendido a muchos es que López Obrador haya seguido las líneas de su antecesor. El objetivo prioritario de su política exterior ha sido mantener el espíritu de conciliación hacia Trump. Así lo ha transmitido en mañaneras y mítines. Provoca una sonrisa irónica que en su mensaje en Palacio Nacional considere un éxito haber logrado la suspensión de una amenaza de aranceles a cambio de llevar adelante una política hacia los migrantes centroamericanos subordinada a las visiones estadunidenses. Pocas veces ha sido tan evidente la fuerza de presiones externas.
Los acontecimientos de El Paso, donde hace poco tuvo lugar un ataque terrorista dirigido contra mexicanos, puede ser un punto de transición hacia una política de mayor realismo ante lo que puede esperarse de quien probablemente gane la elección para un segundo periodo presidencial en Estados Unidos. No hay claridad sobre quién y cómo construiría esa política…
Nueve meses es un periodo muy corto para llegar a conclusiones definitivas. Sólo se detectan tendencias, avances y peligros que pueden modificarse rápidamente. Por lo pronto, las encuestas señalan que se mantiene un fuerte apoyo al liderazgo de López Obrador. Las esperanzas en un futuro más halagador persisten. Ojalá sean justificadas.
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Instituto para No Quitarle al Pueblo lo que ya Tenía
PAMELA CERDEIRA
] El Economista.
Lamento que el nombre sea tan rimbombante, pero no puedo imaginar administración más generosa que la actual para crear un instituto de tal importancia, por lo tanto, necesita un nombre acorde a estos tiempos. Es urgente crear el Instituto para no Quitarle al Pueblo lo que ya Tenía (Inpanoqapuloqt), y quiero explicar por qué.
Verán, la clase política, y seguramente cualquier ser humano preocupado por perpetuarse en el poder y ansioso por consentir a su vulnerable ego, se comporta como buen mamífero: marcando su territorio. Abrir Los Pinos, cambiar el logo de la administración, modificar la cromática de los taxis, cambiarle el nombre de las secretarías, las patrullas con otro color: son todos actos de territorialidad. Los perros, gatos, leones y otros mamíferos marcan su territorio con orina, así cuando un perro huele un poste, sabe que otro perro pasó antes por ahí, y cuando orina encima, habrá dejado su huella. No sería muy civilizado que las personas fuéramos por la vida orinándonos sobre todo aquello de lo que nos queremos apropiar o refundar, pero simbólicamente algunas de las acciones para destruir todo lo que hizo en el antecesor son incluso más agresivas y perjudiciales, ni se diga caras.
Si tenemos claro que la necesidad de reinventar el país cada seis años no escapa a nadie que asuma el poder, es importante crear un organismo apolítico que defina qué planes deben protegerse, cuáles mejorarse, y cuáles de plano destruirse. Sólo así podemos pensar en construir un México con miras a los próximos 100 años, no sólo a los siguientes seis, como lo hemos estado haciendo desde siempre.
Si tuviéramos el Instituto para no Quitarle al Pueblo lo que ya Tenía, éste podría decidir con base en información técnica y económica si es mejor terminar de construir el NAIM o convertirlo en parque, independientemente de todo interés político. El instituto no tomaría en cuenta si hubo corrupción en los contratos o los terrenos aledaños fueron comprados para beneficio de unos cuantos, porque eso es trabajo de la Secretaría de la Función Pública, la Auditoría Superior de la Federación y hasta la Fiscalía. El honorable Inpanoqapuloqt habría decidido si el programa de Estancias Infantiles tendría que haberse mantenido gracias a sus resultados, por lo tanto, su permanencia no habría estado a expensas de funcionarios que creen que las abuelitas deben dedicarse a cuidar a sus nietos, y que asumen que todos tienen abuela. Es más, estoy segura de que el Inpanoqapuloqt sería un férreo defensor del programa de pensiones para adultos mayores. El Inpanoqapuloqt sabría que todo nuevo programa social debe empezar con una prueba piloto que permita medir su efectividad y así poder decidir si hay ajustes que hacerle o incluso si vale o no la pena aplicarlo en todo el país. Es más, podrían crearse Inpanoqapuloqt locales, el Instituto Local para no Quitarle al Pueblo lo que ya Tenía (Inlopanoqapuloqt) velaría por los proyectos de construcción de los estados y ciudades a largo plazo.
Sé que estamos en tiempos de austeridad, no se preocupen, el Inpanoqapuloqt nos ahorraría miles de millones de pesos.
Sobre este tema sólo tengo una pregunta, ¿existirá el o la valiente que quiera tanto a México como para construir una correa tan fuerte que no le permita orinarse donde le venga en gana?
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¡Cuidado con las ocurrencias de la 4T si hay recesión!
ENRIQUE CAMPOS SUÁREZ
] El Economista.
En dos semanas, el Inegi nos despertará con el dato de la estimación oportuna del Producto Interno Bruto (PIB) al cierre del segundo trimestre de este año.
Y de aquí se desprenden tres cosas a tomar en cuenta.
La primera es que hasta hoy contamos en la economía mexicana con acceso a la información del comportamiento de las diferentes variables, sin restricciones y sin aparentes filtros ni maquillajes.
De hecho, este indicador oportuno a publicarse el miércoles 31 de julio por parte del Inegi es una innovación en la información económica en México. Hasta hace poco tiempo no teníamos esta primera lectura del PIB. Viene de la mano de ese otro semáforo relativamente reciente que es el Indicador Global de la Actividad Económica, el IGAE, que adelanta muy bien el comportamiento económico.
En fin, que gozamos de una apertura de la información estadística oficial que no teníamos hace tres décadas y que nunca queremos perder o ver restringida.
Otra consideración es que, si finalmente el conjunto de datos de la actividad económica de los tres sectores productivos arroja un resultado de crecimiento negativo, así sea algo ligeramente por debajo del cero como en el primer trimestre, se confirmará la regla básica, técnica, de la recesión.
No será sorpresivo, porque el sector secundario de la economía lleva ya varios meses en recesión, los servicios y el comercio también tienen una clara tendencia al estancamiento y sólo las actividades agroindustriales son tan impredecibles como los temporales que las rigen.
Si la economía estuvo el semestre pasado en recesión, lo que sigue es ver qué se les puede ocurrir desde el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para levantarla del sótano y que no descomponga las finanzas públicas.
Va a ser muy importante no perdernos en la discusión retórica en la que seguramente nos metería el presidente de la República.
Vendrá un reparto de culpas, que es la especialidad de la 4T, entre los neoliberales, los empresarios de mala fe, las insensibles calificadoras y demás enemigos creados para explicar un resultado negativo. Buscaría azuzar a su feligresía con miras, quizá, a tomar medidas poco ortodoxas.
Por eso, lo más importante será cuidar que no se radicalice el manejo financiero para evitar que a una recesión le siga una crisis financiera.
Habrá una enorme tentación, de quien ha calificado su política pública como la “economía moral”, de echar mano del endeudamiento para tratar de estimular la economía. Está claro que el Congreso es obediente y atendería cualquier orden presidencial al respecto.
Y la evidencia más clara de que la estrategia puede girar hacia la indisciplina macroeconómica llegó con el mal llamado Plan de Negocios de Pemex.
La empresa petrolera consigue transferencias gubernamentales y paga menos impuestos, con la promesa de que dentro de tres años regresará completito y copeteado los recursos que hoy le facilitan. Es una promesa que suena francamente hueca.
Entonces, la “economía moral” de la 4T no tiene evidentemente entre sus planes el restablecimiento de la confianza para levantar la economía. Y una recesión, o un estancamiento en crecimientos muy bajos, va en contra de su palabra empeñada.
Con el plan de Pemex, el actual gobierno ya demostró que cree en la magia de los recursos públicos en una especie de: endéudese ahora y pague después. Esto, en términos de las fianzas públicas, es un inminente peligro para la estabilidad.
Lo bueno, hasta hoy, es que tenemos información plena y confiable del comportamiento de la economía para advertir con tiempo cualquier desviación de la promesa de disciplina fiscal.
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