El rey no ha muerto, sigue vivo y rodeado de amigos
«Le roi est mort, vive le roi» (El rey ha muerto, viva el rey).
— Frase popular francesa empleada en la sucesión de poderes.
Ángel Miguel Blanco & El Brujo Chiripero
massiosare@msn.com
La frase completa utilizada durante la unción de Carlos VII de Francia, en el año 1422, se complementaba con la cortesía «¡Larga vida al rey!», para demostrar lealtad y así poder ganarse la atención y favores del sucesor o, por lo menos, hacerle saber que su vida ahora estaría al servicio del «nuevo rey».
El 1 de octubre del 2015, Dámaso Pérez Organes rindió protesta como presidente municipal de Atoyac de Álvarez.
Era imposible no notar la nostalgia de Edi Tabarez Cisneros… pero ¡oh, sorpresa!
Finalizado el protocolo de sucesión de poderes, los asistentes al evento se arremolinaron sobre el expresidente que durante casi todo su mandato había sido víctima de injurios e improperios y hasta acusado de casi todos los males sociales del municipio.
Fue alli donde me pregunté: «¿Es real lo que pasa?»
Periodistas, pueblo y amigos hacían filas para abrazar y estrechar la mano del que entregaba la estafeta al «nuevo rey» atoyaquense, quien con rostro adusto y mutis inocultables miraba de reojo la algarabía en torno a su antecesor. Parecía que no podía creer que el expresidente «enjuiciado» tuviera más afectos que el que entraba al quite para mejorar y atender los reclamos de la ciudadanía.
…
Han pasado más de 14 meses. El «nuevo» rey no solo está muerto en vida, sino que tampoco presenta signos vitales. Su «larga vida» se extinguió antes de tiempo, mucho, mucho antes de lo previsto.
De vez en cuando al «nuevo rey» atoyaquense se le ve pululando con una lámpara en la mano –como Diógenes, el filósofo griego que se sentía iluminado pero terminó solo, olvidado, sin amigos, como vil vagabundo y hasta durmiendo en una tinaja–, pero ni levantando piedras, barriendo las calles o empujando una carretilla ha podido ganarse el afecto incondicional de los suyos… ni el de sus lacayos y captores, que evidentemente solo lo siguen por interés.
En el aspecto publicitario, Dámaso Pérez ha tenido que acceder a los sobornos (vídeos que exhiben sus borracheras con dinero del pueblo) para no tener problemas con la prensa.
EL AYER
Oí de Edi Tabarez Cisneros desde el inicio de su campaña como candidato del PRI a la presidencia de Atoyac de Álvarez. Lo seguí de cerca porque Atoyac es mi patria paterna y, ante todo, por que sus dos supuestos jefes de prensa me solicitaron ayudarlos a ellos, no a Tabarez, como podría haber sido lo obvio y correcto.
Electo presidente, los mismos voceros de Tabarez comenzaron a enviar información de sus actividades a Efecto Espejo, pero a los pocos meses una «propuesta indecorosa» de sus ‘jefes de prensa’ despertó la duda que, afortunadamente, dio paso a una amistad que meses después de culminado su mandato aún perdura entre #EdiTabarez y los editores de Efecto Espejo.com.
«Te vamos a mandar unas notas de todas las chingaderas de este cabrón, porque se anda haciendo pendejo y nomás no suelta prendas; no nos hace caso y ya comienza a ponernos hasta la madre, y si sigue así lo vamos a mandar a la chingada, a ver quién le ayuda; él sabe que sin nosotros no es nada», se quejaron sus supuestos amigos y portavoces.
No olvidamos las paráfrasis serenas de la asistente de «EdiTabarez»: «Señor, Ángel. A lo mejor puede estar equivocado. ¿Por qué no viene y pide una audiencia con mi presidente y comprueba usted mismo que a nadie le cierra las puertas ni es tan ‘malo’ como lo pintan?».
Eso hicimos y fue la decisión correcta.
Después de verificar la autenticidad de las notas y descubrir los chantajes en los que hasta Efecto Espejo y Ángel Blanco estaban inmiscuidos, no vacilamos en ofrecer una disculpa pública en redes sociales al presidente, quien sin explicaciones, reclamos ni pedirnos nombres de los que confabulaban a sus espaldas, optó por acceder a una entrevista que finalmente se formalizó el 22 de diciembre de 2012, a eso de las 6:30 y tantos de la tarde, en su oficina, en una fecha en la que la mayoría de los políticos huyen de los periodistas o se toman una pausa para las tradicionales fiestas decembrinas y de año nuevo.
La charla se prolongó por más de una hora.
No hubo acuerdos publicitarios, tampoco delaciones pedidas ni ofrecidas, pero a partir de entonces quedó comprobado que las amistades incondicionales entre políticos y periodistas son posibles mientras haya honestidad, transparencia y, ante todo, lealtad y respeto entre ambas partes.
Meses posteriores, atestigüé los éxitos y fracasos políticos de Edi Tabarez, quien, no obstante, supo asimilar cada uno de los buenos y malos momentos de su administración.
A Tabarez casi lo crucificaron después de que la sociedad, en ocasiones «mal informada» (entrecomillado propio) no halló otro culpable de los males sociales del municipio que Ediberto Tabarez Cisneros.
Viví al lado del político la austeridad económica de Atoyac de Álvarez, pero también me regocijé con la animosidad de Tabarez, quien nunca perdió la sonrisa, aunque por dentro estuviera derrotado. Siempre halló una solución, grande o pequeña, a las necesidades requeridas.
Padecí hambre y sed durante algunas de sus giras. Viví las inclemencias del tiempo (fríos, sismos y torrenciales lluvias) en carne propia, cuantas veces fui invitado a sus giras en la parte baja o media de las estribaciones de la Sierra Madre del Sur, exclusivas del municipio. Y ni las sacudidas de la tierra impidieron a Edi Tabarez estar cerca de su gente, quien siempre lo recibía, pese a sus limitaciones económicas, como si fuera día de fiesta.
Alguna vez le pregunté dónde estaban sus detractores, especialmente aquellos medios de comunicación que lo acusaban de no hacer nada por su pueblo. Edi solo sonreía, se encogía de hombros y me decía: «Tú estás aquí para responderte esa pregunta. Agradezco que seas uno de los que han aceptado subir hasta acá con valor y deseos de constar a qué se dedica el presidente. Aquí está la respuesta. Edi Tabares no es un presidente de escritorio, es de hechos, de campo, puedes entrevistar a la gente lo que gustes. Edi Tabarez no teme a los malos comentarios, pero está seguro que hay más gente que habla bien del presidente que la que solo lo acusa por tener algo en qué utilizar su tiempo».
…
Dije alguna vez que Ángel Blanco y El Brujo Chiripero jamás fueron, ni serán, los defensores de oficio de Ediberto Tabarez… y siguen firmes en esa postura. Pero Ángel Blanco y El Brujo Chiripero saben reconocer las buenas obras y acciones de los políticos y han dejado constancia de este hecho en diversas ocasiones.
Manuel Añorve, Zeferino Torreblanca, fueron amigos de Ángel Blanco, pero al confundirse la amistad y la lealtad con idolatría y veneración fue imposible mantener esos lazos de amistad que hoy solo se limitan a respeto. No obstante, admiro a ambos políticos, pese a no ser del gusto o agrado de todos por sus acciones. Trato de buscarles el «lado amable»… y creo que quizá por eso de vez en cuando nos saludamos.
En el caso de #EdiTabarez, el destino marcó las pautas.
El expresidente atoyaquense jamás reclamó nuestras publicaciones ni rechazó nuestras opiniones y observaciones.
Periodista y político aprendieron juntos el arte de convivir con «estilo», aunque las opiniones a veces fueran contrapuestas.
#EdiTabarez fue criticado hasta el cansancio por propios y extraños, pero hasta donde recuerdo, ni uno solo de sus fortuitos detractores pudo sustentar sus acusaciones.
Cuando Tabarez se convenció y animó a presentar públicamente sus defensas los «mariachis» callaron… no entonaron ni «Las golondrinas», guardaron sus trompetas y guitarras y hasta el día de hoy, casi 14 meses después de culminado su mandato, #EdiTabarez regresa a su»pueblo» y son más las manos y los brazos que quieren saludarlo y abrazarlo que las lenguas viperinas que se animan a seguir denostándolo.
Irónica o inverosímilmente, es inevitable palpar cómo con Edi en el «pueblo» hasta el supuesto «nuevo rey» de Atoyac de Álvarez «se agacha y se va de lado».
EL PRESENTE
Fue en octubre del 2015 cuando Ediberto Tabarez Cisneros entregó la estafeta presidencial a Dámaso Pérez Organes, el «borrachales» que funge #PresidenteImaginario de los atoyaquenses.
Uno que otro ciudadano «nacionalizado» atoyaquense sigue inconforme con los supuestos incumplimientos de Edi Tabares, pero sin el valor civil de reclamarle frente a frente con sustentos, ya que quienes aún lo odian manifiestan sus rencores de forma cobarde, a través de terceros, con calumnias, prejuicios y peyorativos discordes e incoherentes en redes sociales o medios escritos de índole pseudolegales.
Más de 14 meses después, no comprendo los por qués ni los motivos del por qué del «árbol caído» (entre comillas) algunos quieran seguir haciendo leña, si bajo la sombra de ese árbol hallaron cobijo propios y extraños y hasta a algunas víboras de aguas zarcas y buitres y zopilotes izquierdosos que –evidentemente– nunca tuvieron llenadero.
Es cierto, Ayotac arrastra deudas impagables, pero siendo honestos, no es justo cargarle al ausente todas las culpas. Hay nombres y apellidos detrás de todas y cada una de los problemas financieros del municipio, y lo justo es que cada quien responda por lo suyo, sin necesidad de que alguien cargue con las cruces de los demás. Hasta donde me consta, Edi Tabarez aún sigue atendiendo sus «problemas», y eso habla bien de él. Pero no es a sus detractores a quienes debe rendir cuentas, eso todo el mundo lo sabe. Tiempo al tiempo y que la historia juzgue a quien tenga que juzgar. Es lo justo. Y si juzga bien, lo justo es que también la sociedad acepte el veredicto.
Atoyac de Álvarez fue uno de los municipios más afectados por el huracán «Manuel» e «Ingrid» en septiembre de 2013. Fue en Atoyac de Álvarez donde la muerte dejó más llanto y luto, pero donde también la federación y el estado minimizaron las desgracias y desatendieron sus compromisos. Edi Tabarez hizo lo que pudo, ni Harry Potter quiso prestarle la «varita mágica» para reparar todo el daño ocasionado por las lluvias, los terremotos y los huracanes. Hay que admirarle que aunque pedía y exigía casi a gritos ayuda nadie lo oía ni veía, pero jamás se cruzó de brazos… siguió tocando puertas y hasta pidiendo prestado para atender su ayuntamiento y las necesidades de los damnificados.
Yo lo vi, a mi nadie me lo dijo, como dice la canción. Puedo dar fe de lo que se hizo con los recursos disponibles y con lo que, aunque se quiso, no se pudo, pese a que ello provocó culpar a #EdiTabares de todos los males del pueblo.
Conocí a Tabarez imperfecto. No ha cambiado, sigue igual de mortal e imperfecto como todos. No obstante, tampoco ha cambiado su estilo y su personalidad. Sigue siendo el mismo Edi generoso de siempre, aunque tenga que seguir pidiendo prestado, algunas veces, para «cumplirle» a sus amigos.
Por ese motivo e inequívocamente me atrevo a reconocer que en Atoyac de Álvarez, «el rey no ha muerto, sigue vivo… y con larga vida por delante»… a diferencia del otro, el que con su investidura de «nuevo rey» necesita de la lámpara de Diógenes para iluminar sus pasos y ni así consigue la animosidad ni de los muertos que lo siguen mientras haya dinero y poder bajo su sombra.
Me quedo corto, me reservo tantas vivencias personales porque tengo derecho a conservarlas así y porque harían falta millones de lineas para transcribirlas.
#EdiTabarez estamos en paz… gracias, gracias, gracias, por el amigo leal y sincero que te has erigido para los amigos que te recordamos y admiramos con respeto y fraternidad.
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