Tercera Vía
» ERNESTO | RIVERA RODRÍGUEZ
) Acapulco Press

«Lo grave que demuestra ante el mundo el armar a niños para qué hagan cumplir el orden y La Paz en su comunidad, Ayahualtempa, demuestra las grandes fallas del DIF estatal y del mismo gobierno de Guerrero».

Ante la toma de protesta del General Rolando Solano Rivera cómo nuevo Secretario de Seguridad pública en Guerrero, el retiro del Capitán Evelio Méndez por la misma responsabilidad en el estado era de esperarse.

Desde hace semanas el escarceo de la renuncia del Secretario de Seguridad Pública, Evelio Mendez Gómez era cuestión de qué la gobernadora Evelyn Cesia Salgado Pineda, le aceptara su renuncia qué según versiones la primera mandataria la tenía desde hace días sobre su escritorio.

Las señales se venían acumulando ominosamente, Guerrero se había convertido en noticia de primer nivel en medios escritos y electrónicos, los focos rojos se habían encendido a nivel nacional, pese a los esfuerzos por pretender minimizarlos, y sin poder generar estrategias que desde la Mesa de Coordinación para la Paz, qué diariamente se llevan a cabo resultaran efectivos.

Paralelamente se desarrolló una estrategia mediática para pretender exhibir la presunta falta de resultados de la Fiscalia General del Estado, señalando como responsable de ella a la propia Fiscal, Maestra Sandra Luz Valdovinos Salmerón, quién desde su primer día al frente de dicha institución se convirtió en automático en una piedra en el zapato del gobierno de Guerrero, exigiendo a la federación qué sea  un guerrerense quién quede al frente de dicha institución, lo cual se les ha negado una y otra vez, por conocer desde los altos niveles del gobierno federal y de las autoridades castrenses la colusión qué existe en Guerrero con las fuerzas fácticas. La presencia del General Crescencio Sandoval Secretario de la Defensa Nacional, en el relevo de la titularidad de la Secretaría de Seguridad pública en Guerrero es un claro mensaje de ello.

Más de dos años de grandes diferencias y continuas emboscadas mediáticas al no tener bajo su control a la Fiscalía General del Estado, desde dónde se llevó y se lleva cabo una politica de depuración y limpieza ética y profesional, rompiendo poco a poco el sedazo de la filtración de información y con ello la confianza en el servicio, a tal grado que últimas fechas maquiavelicamente utilizaron  a los miembros de la Barra de Abogados de Acapulco, con su presidente al frente para demandar su retiro inmediato, cuando los abogados  no han sido capaces de demandar al Tribunal Superior de Justicia en el Estado, la apertura de todas las salas y servicios que están detenidos desde hace meses, cuyo titular Raymundo Casarrubias se ha convertido en un «socialité» abandonando con indolencia oficial el cumplimiento de su autoridad al frente del organismo impartidor de justicia en el estado.

En momentos en qué no sólo la sociedad guerrerense y en particular la acapulqueña sufre un gran deterioro de su cohesión social por la ausencia de gobernabilidad y llegado a niveles de una total falta de civilidad, ha sido más qué notorio la pésima acción de las fuerzas del orden y en sentido estricto los señalamientos en contra de la Fiscalía, institución qué desde el mismo gobierno del estado la ha convertido en el «negrito en el arroz», cuando su labor a sido estrictamente institucional en su lucha por contener y controlar a la Delincuencia organizada y las células delictivas qué a azotan a la integridad y seguridad de la población y de las propias instituciones.

En esta «lucha de vencidas» debe prevalecer el orden por la aplicación de la prevención de la seguridad y la aplicación de la justicia, antes qué los perversos intereses de grupo o personales.
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